lunes, 30 de noviembre de 2015

Hora de Misericordia

Manso y humilde Corazón de Jesús que donas todo de Ti, que te ofreces enteramente al que confiado se sumerge,
Que consuelas y restauras,
Sanas y confortas,
Alegras y pacificas...
A Ti, en ésta hora de Misericordia confiamos a los que aun tras largos años de espera confian,
A los que no bajan los brazos aún sin comtemplar fruto alguno,
A los que no han desistido del amor,
A los que apuestan contra toda esperanza,
Abre para ellos en este monento tus mismas entrañas y haz Tu Obra.

Sagrado Corazon de Jesús.
En Vos confío!

Oficio de Lectura

Del Opúsculo de Orígenes, presbítero, Sobre la oración
(Cap. 25: PG 11, 495-499)

VENGA TU REINO

Si, como dice nuestro Señor y Salvador, el reino de Dios no ha de venir espectacularmente, ni dirán: «Vedlo aquí o vedlo allí», sino que el reino de Dios está dentro de nosotros, pues cerca está la palabra, en nuestra boca y en nuestro corazón, sin duda cuando pedimos que venga el reino de Dios lo que pedimos es que este reino de Dios, que está dentro de nosotros, salga afuera, produzca fruto y se vaya perfeccionando. Efectivamente, Dios reina ya en cada uno de los santos, ya que éstos se someten a su ley espiritual, y así Dios habita en ellos como en una ciudad bien gobernada. En el alma perfecta está presente el Padre, y Cristo reina en ella junto con el Padre, de acuerdo con aquellas palabras del Evangelio: Vendremos a fijar en él nuestra morada.

Este reino de Dios que está dentro de nosotros llegará, con nuestra cooperación, a su plena perfección cuando se realice lo que dice el Apóstol, esto es, cuando Cristo, una vez sometidos a él todos sus enemigos, entregue el reino a Dios Padre, para que Dios sea todo en todo. Por esto, rogando incesantemente con aquella actitud interior que se hace divina por la acción del Verbo, digamos a nuestro Padre que está en los cielos: Santificado sea tu nombre, venga tu reino.

Con respecto al reino de Dios, hay que tener también esto en cuenta: del mismo modo que no tiene que ver la justificación con la impiedad, ni hay nada de común entre la luz y las tinieblas, ni puede haber armonía entre Cristo y Belial, así tampoco pueden coexistir el reino de Dios y el reino del pecado.

Por consiguiente, si queremos que Dios reine en nosotros, procuremos que de ningún modo continúe el pecado reinando en nuestro cuerpo mortal, antes bien, mortifiquemos las pasiones de nuestro hombre terrenal y fructifiquemos por el Espíritu; de este modo Dios se paseará por nuestro interior como por un paraíso espiritual y reinará en nosotros él solo con su Cristo, el cual se sentará en nosotros a la derecha de aquella virtud espiritual que deseamos alcanzar: se sentará hasta que todos sus enemigos que hay en nosotros sean puestos por estrado de sus pies, y sean reducidos a la nada en nosotros todos los principados, todos los poderes y todas las fuerzas.

Todo esto puede realizarse en cada uno de nosotros, y el último enemigo, la muerte, puede ser reducido a la nada, de modo que Cristo diga también en nosotros: ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? Ya desde ahora este nuestro ser, corruptible, debe revestirse de santidad y de incorrupción, y este nuestro ser, mortal, debe revestirse de la inmortalidad del Padre, después de haber reducido a la nada el poder de la muerte, para que así, reinando Dios en nosotros, comencemos ya a disfrutar de los bienes de la regeneración y de la resurrección

Elementos centrales de la RCC

"El elemento central de lo que nos pasó a nosotros y en medio de nosotros en el derramamiento pentecostal católico original es ser bautizado en el Espíritu. Hay muchos movimientos, espiritualidades, y obras del Espíritu vivas hoy, desde el rosario y grupos de sodalicio hasta movimientos de acción social. Todos tienen una contribución que hacer a la vida de fe. Pero la herencia única del Movimiento Pentecostal en la experiencia del "bautismo en el Espíritu Santo". Define quienes somos y por qué existimos. Solamente cuando mantenemos esta “herencia” al frente de nuestro movimiento – sin dejar que dominen otras devociones y espiritualidades – seremos fieles a lo que el Señor ha hecho en medio de nosotros. De hecho, creemos que no está destinado a ser sólo la "propiedad" de aquellos en algún movimiento. Por el contrario, creemos que nuestro rol como movimiento es alimentar la conciencia de que esta experiencia está destinada para todos, para cualquiera en la Iglesia."
Kevin y Dorothy Ranaghan


CARISMAS - Las visiones

Tanto las visiones como las locuciones pueden ser de tres clases:

  • 1ª. Sensibles o externas, es decir, percibidas por los sentidos. 
  • 2ª. Imaginarias, o no percibidas por los sentidos externos sino por la imaginación. 
  • 3ª. Puramente intelectuales, o no percibidas ni por los sentidos externos, 
  • ni internos, sino recibidas directamente por la inteligencia.

Las primeras son de suyo propias de los principiantes en la vida mística,
quienes no saben prescindir de sus sentidos externos ni han conseguido
desligarse de los efectos sensibles, además son las menos seguras.

Las segundas corresponden a las almas más adelantadas y que han
conseguido vencer a sus potencias sensitivas, pero no de forma como para
no necesitar de ciertas consolaciones.

Y por último, las terceras son las de las almas que han llegado a un grado
de perfección grande, cuyas potencias del alma están muy purgadas y que
además están en condiciones de alcanzar un conocimiento puramente
espiritual. Estas últimas son las más seguras y según los teólogos, en ellas
no es posible el engaño al no percibirse por los sentidos.

Todas estas gracias carismáticas podemos considerarlas como un fenómeno
ordinario entre las almas que han llegado a una elevación espiritual o
contemplación, a través del desarrollo de las virtudes en su corazón y desde
luego por medio de la disciplina y el esfuerzo. En cambio, en las
manifestaciones que se dan en las almas que carecen de un grado de
perfección espiritual, como suele ocurrir en las actuales apariciones de la
Virgen, eligiendo a sus videntes de entre los simples fieles, tiene lugar
preferentemente las visiones o manifestaciones sensibles por los sentidos.

Lo que importa es no apegar el corazón a estos medios extraordinarios del
Señor, sobre todo sabiendo despreciar lo que tienen de consuelos sensibles,
ya que esto sería buscarse uno a sí mismo y olvidar de quién procede la
dádiva.

Pero también es cierto que no debemos resistir si Dios las ofrece, ni impedir
que infunda esta gracia en nosotros si El así lo desea. Nuestro consejo a
todas las almas es que se fundan en una verdadera unión mística con su
Creador, y será entonces cuando los Dones del Espíritu Santo se
derramarán sobre toda criatura.

Mas para escuchar la voz del Espíritu y entablar conversación amorosa, es
preciso el mayor recogimiento y pureza de corazón por nuestra parte.
Difícilmente se comprenderá la voz del cielo si estamos sumergidos en el
estrépito del mundo, en lugar de buscar las cosas de Dios en el silencio y
aislamiento de todo lo terreno. Incluso para las almas consagradas y las
que viven trabajando por Dios, si están continuamente atareadas y sin
tiempo para recogerse en oración, no llegan a captar como favores de cielo
ciertos hechos que para los sencillos y pequeños, son palpablemente
manifestaciones de Dios.

Para alcanzar la ciencia de la mística, que en su más estricta acepción es la
misma vida cristiana llevada a su plena manifestación, se necesita de un
continuo esfuerzo en la oración.

Tema tomado de Luis Matute Murillo de su libro CARISMAS: don sobrenatural

La familia



“La estabilidad de la familia está hoy en peligro. Para salvaguardarla,
con frecuencia es necesario ir contracorriente a la cultura dominante,
y esto exige paciencia, esfuerzo, sacrificio y búsqueda constante.
Pero también hoy los cónyuges pueden superar las dificultades y mantenerse
fieles a su vocación, recurriendo a la ayuda de Dios con la oración
y participando asiduamente en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía.”

Benedicto XVI

Comprendiendo La Palabra

San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia 
Homilías sobre el evangelio de Mateo, nº 14, 2
«Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres»

     ¡Qué admirable pesca la del Salvador! Admirad la fe y la obediencia de los discípulos. La pesca, como sabéis, requiere una constante atención. Ahora bien, cuando esos se encuentran justo en medio de su trabajo, oyen la llamada de Jesús y no dudan un solo momento; no dicen. «Déjanos regresar a casa para hablar con nuestros próximos». No, lo dejan todo inmediatamente y le siguen, tal como Eliseo hizo con Elías (1R 19,20). Es esta clase de obediencia la que nos pide Cristo, sin la más mínima duda, incluso en el caso que nos apremien necesidades aparentemente más urgentes. Por eso cuando un joven que le quería seguir le pidió si podía ir antes a enterrar a su padre, ni tan sólo esto se lo dejó hacer (Mt 8,21). Seguir a Jesús, obedecer su palabra, es un deber que está por encima de todos los demás.

     ¿Acaso me dirás que la promesa que les había hecho era muy grande? Por eso los admiro yo tanto: ¡cuando aún no habían visto ningún milagro, creyeron en una promesa tan grande y renunciaron a todo para seguirle! Es porque creyeron que, con las mismas palabras con las que habían sido cogidos durante la pesca, podrían ellos pescar a otros.

Mateo 4, 18-22

Jesús llamó a personas de diferentes condiciones para que fueran sus discípulos. Andrés, cuya fiesta celebramos hoy, era un pescador sencillo, como su hermano Pedro. Andrés estuvo presente cuando Juan Bautista proclamaba que Jesús era “el Cordero de Dios”, y ellos siguieron a Jesús para conocerlo de cerca. Habiendo pasado el día con el Señor, Andrés le dijo a su hermano Pedro: “Hemos encontrado al Mesías”.

Según la tradición, seguramente Juan fue el discípulo anónimo que estaba con Andrés cuando ambos tuvieron su primer encuentro con Jesús. Los dos buscaban a Dios de corazón y respondieron al llamado del Señor con mucho entusiasmo.

Los primeros discípulos no tenían nada de extraordinario; eran más bien hombres sencillos y de oficios muy variados, como nosotros, los que formamos el Cuerpo de Cristo hoy. El amor y el poder de Jesús los transformó a todos, salvo a uno, en hombres que se dedicaron de lleno a predicar el Evangelio y a proclamar el mensaje de salvación. Sus antiguos prejuicios, recelos y diferencias de opinión fueron desvaneciéndose cuando escucharon al Señor y lo siguieron.
Jesús nos invita a nosotros a servirlo de la misma forma. Nos acepta tal como somos, con nuestros defectos, virtudes y flaquezas y sin reprocharnos nada, pero nos llama a cambiar y llevar una vida de santidad: “Por el Bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva” (Romanos 6, 4).

Con el Adviento comienza el nuevo Año Litúrgico, por lo que nos encontramos ahora experimentando el rebrote de nuestra vida con el Señor, por lo cual sería conveniente pasar un momento de recogimiento y reflexionar en oración para analizar cómo ha sido nuestra vida; cómo respondimos al llamado de Jesús durante el año que terminó y si cumplimos a cabalidad lo que el Señor espera de nosotros. Si la respuesta no es del todo positiva, arrepintámonos y recibamos el perdón de Cristo. En este tiempo del Adviento, Dios hará maravillas en sus hijos, porque él nos ama a todos y cumple fielmente sus promesas.
“Amado Jesús, quiero prepararme de una manera digna y profunda para celebrar el portentoso acontecimiento de tu llegada al mundo, la Luz que alumbró al mundo que se encontraba en tinieblas.”
fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros

RESONAR DE LA PALABRA - 30 NOV 2015

Evangelio según San Mateo 4,18-22. 
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. 


RESONAR DE LA PALABRA
Juan Lozano, cmf
Querido amigo/a:

Me encanta el tiempo de Adviento que acabamos de comenzar. Ojalá viviéramos en esta clave de esperanza todos los días del año; una esperanza fundada, no ingenua, pues sabemos de Quién nos hemos fiado, a Quién esperamos y Quién queremos que venga un año más a nuestras vidas.

Pero atención, el Adviento es un tiempo cronológico tan corto -cuatro semanas- que,   aunque los reclamos comerciales de nuestras ciudades con sus luces y sonidos ya comenzaron su particular “adviento” hace unos días, el auténtico puede pasar tan rápido que, como te despistes, puedes llegar a las puertas del día 25 de diciembre casi sin darte cuenta. Lo peor que podría pasar es no haber podido tener ningún momento de calidad para reflexionar y orar la vida en este breve pero intenso tiempo de preparación para el Nacimiento de nuestro Señor. Un tiempo para que el Niño Dios nazca más en ti, en tu familia, en tu lugar de trabajo, en tu ambiente. Hemos comenzado un breve pero intenso periodo para sincronizar nuestro reloj con el tiempo de la Esperanza que la Iglesia nos propone vivir a todos los cristianos.

Es la esperanza en la que creyó Andrés, apóstol del Señor que hoy recordamos, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás.

¿Esperanza? Sí. Esperanza para los pueblos, las sociedades, las familias, los corazones humanos. Esperanza para los lugares y corazones donde Dios no se hace presente: la guerra en Siria o en República Centroafricana -entre otras-, la violencia en Latinoamérica, la sin razón de los atentados terroristas, el drama de los refugiados y emigrantes, el crimen de los niños abortados, las víctimas de la violencia de género… Esperanza para mis violencias y mis guerras interiores…

Y yo Señor, ¿cómo me encuentro al inicio del Adviento? ¿Cuáles son las debilidades que me vencen, que no me dejan alzar la mirada para verte y ver mi realidad más allá, con esperanza? Siento que necesito reposar de vez en cuando, subir a la colina de mi vida y mirar mi caminar con perspectiva; con realismo, pero con esperanza, pues un camino donde Tú vas conmigo, nunca puede terminar mal.

¿Qué me falta para vivir la esperanza del Adviento? Pídele al Señor que te ilumine y te conceda sabiduría para escrutar y discernir qué le falta a tu vida para vivir en clave de Adviento. Pídeselo con fe, con decisión, como los hermanos Pedro y Andrés, que inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Tú y yo también estamos llamados en este tiempo a ponernos delante del Señor para ser curados de nuestras desesperanzas. Confía en Él. Ora más en este tiempo.

Prepara tu corazón para la Navidad. Déjate querer.

¡De corazón, te deseo un feliz Adviento!

Tu hermano en la fe.  
Juan Lozano, cmf.

NOVENA INMACULADA - 2do día


En éste segundo día de nuestra Novena a la Inmaculada Concepción
Como Ella abramos el corazón y acojamos la Palabra.

Del Evangelio de San Lucas
"En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María el niño saltó de alegría en su seno." (San Lucas 1,39-41)

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El sincero interés de María por las necesidades de los demás nos indica claramente que no debemos sólo ponernos a disposición de los que nos buscan, sino que debemos ir nosotros mismos al encuentro de ellos.

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De Los escritos De San Maximiliano Kolbe:Les deseo que se acerquen cada día, cada instante, más a la Inmaculada; que la conozcan cada vez más perfectamente, que la amen cada vez más, que se dejen penetrar cada vez más por su pensamientos, sus sentimientos, sus intenciones, su amor a Jesús en el pesebre, en la casa de Nazaret, en la Cruz, en el Eucaristía y en el paraíso; en una palabra, les deseo que se hagan cada vez más semejantes a la Inmaculada

INTENCIONES
  • Ofrecemos a María Santísima el Santo Rosario por las intenciones del Santo Padre, las intenciones de nuestro Arzobispo y nuestro párroco.
  • Por los frutos del Año Santo de la Misericordia que comenzaremos a vivir.
  • Las intenciones de la Red de intercesión, de los diversos grupos y ministerios pastorales de la parroquia y en acción de gracias por los favores recibidos.
Contemplando hoy los MISTERIOS GOZOSOS 

Buen día Espíritu Santo

En la mañana de éste última día de noviembre
te invitamos a unir tu voz a la nuestra;
a dar gracias por todo lo que hemos recibido
y a confiar en Aquel que todo lo puede.
¿Oramos juntos...?

"Jesús, mi Señor,yo te pertenezco por múltiples motivos,pero deseo pertenecerte también voluntariamente.Deseo que todos mis pensamientos, palabras y acciones;que todos los latidos de mi corazón,que cada una de mis respiraciones,que todos los momentos de mi vida,que cada uno de mis pasos,que cada parpadear y suspirarsean convertidos en igual número de vocesen las que yo te este diciendo continua y eternamente:¡Tú eres el Santo! Yo te amo!¡Tú eres el Santo! Yo te amo!...


domingo, 29 de noviembre de 2015

¡Fecundiza! - Adviento 205

Querida Familia Piedras Vivas,
en éste primer día de Adviento queremos invitarles a preparar el corazón.
En los atrios del Año de un año Santo
queremos abrirnos a la misericordia de Dios
para que sea Él mismo quien nos prepare con el agua y el fuego de su Espíritu.
Que lave nuestras impurezas,
que riegue nuestros desiertos,
que queme nuestras ataduras y toda nuestra paja.
Sólo un corazón limpio puede ver a Dios.
sólo un corazón encendido puede acoger al Salvador.



Con el agua de Tu piscina,
límpiame de mis impurezas.
Con el agua de tu costado
riégame, y haz mi desierto fecundo.
Con el Agua de tu Espíritu,
sáciame y pon una fuente en mis entrañas.
Con el fuego de tu hoguera
quema mis apegos y ataduras.
Con el fuego de tu corazón
cauteriza mis llagas y tumores.
Con el fuego de tu Espíritu
enciéndeme y hazme fuego.
Con la Sangre de tu costado,
sáciame, 
Con la Sangre de tu corazón,
embriágame.
Con la Sangre de tu Espíritu,
enamórame.
Mi Señor,
límpiame, transfórmame,
hazme tu ícono y tu testigo.
¡Amén!


CARISMAS - P. Emialiano Tardif

Los Carismas
Por el Padre Tardif

Los carismas son dones Ministeriales que dan una fuerza muy especial a la evangelización, también son dones espirituales especiales que el señor nos da para edificar la comunidad para construir la Iglesia, algunos confunden la palabra carisma con otras cosas que no son carismas sino dones naturales, por ejemplo hemos oído hablar del carisma de un peluquero y el carisma de un político, carisma de un músico esos no son dones espirituales, son dones naturales que se desarrollan, pero un carisma estrictamente hablando es un don espiritual, si el Espíritu Santo está en nosotros, desde el día de nuestro Bautismo porque somos Templos vivos del Espíritu Santo, está en nosotros con todos sus dones y todos sus carismas, el día de nuestro bautismo hemos recibido el Espíritu Santo con sus siete Dones.

Los siete Dones del Espíritu Santo son realmente la raíz de todos los carismas, hablamos de siete Dones, podíamos hablar de infinidad de dones, porque el número siete en la Biblia significa plenitud, y el día de nuestro Bautismo hemos recibido, como leemos en Isaías 11,

(1,2). Los siete Dones del Espíritu Santo, el Don de Sabiduría, de Conocimiento, de Inteligencia, el don de Consejo, de fortaleza, el don de Piedad y el de Temor de Dios.

Estos son los siete dones que tiene todo bautizado y un carisma es una manifestación exterior del Espíritu Santo, dice San Pablo en la Epístola a los Romanos: " Un carisma es una manifestación exterior del Espíritu santo", así cualquiera de los carismas que se manifiestan en la comunidad cristiana se enraízan en uno u otro de los siete dones del Espíritu Santo, ¿ y para que son los carismas?, San Pablo nos dice en las Epístola a los Efesios.4, (11-13), que Dios dio a unos el ser Apóstoles, a otros Profetas, a otros Evangelizadores, a otros Pastores y Maestros para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del Ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; fíjense que claro está, ¿ Para que son los carisma?, para edificar el cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, para construir la comunidad, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.

El Espíritu santo se manifiesta a través de nosotros, de muchas maneras y su manifestación puede ser a través de un carisma de Profecía, puede ser a través de un carisma de Pastor a través del carisma de vida religiosa que es uno de los carismas del espíritu Santo, a través del carisma de sanación, de milagros, carisma de lenguas, de manera que los carismas son algo muy normal en la vida de la Iglesia; un gran canonista español, Teodoro Jiménez Urresti en su obra titulada " Carisma e institución en la Renovación carismática" decía: la base teológica de la Renovación son las gracias recibidas en la iniciación cristiana, y por eso no se identifica con lo extraordinario, los dones por ejemplo de lenguas y de sanación pertenecen a la naturaleza de la Iglesia a su vida ordinaria, no son cosas extraordinarias", algunos lo ven como cosa extraordinaria porque no estábamos acostumbrados a acoger esos carismas, los últimos siglos se manifestaban menos porque había tantas estructuras en la Iglesia que ¿quién por ejemplo, durante una celebración Eucarística en tiempo de Pío XII, se hubiera atrevido a cantar en lenguas en la Iglesia?, eso estaba contra la liturgia, todo estaba ordenado todo estaba estructurado, no había espacio, no había libertad para que se manifestara el espíritu, y en este sentido la gran bendición para la Iglesia ha sido el Concilio Vaticano II, en el que se abrió la puerta para que se manifestara el Espíritu a través de sus carismas, siempre hubo carismas en la Iglesia, desde el día de Pentecostés

pero cuando todo está muy estructurado no hay libertad para la manifestación del Espíritu

así dice san Pablo: " el Espíritu de los profetas obedece a los profetas", el Espíritu Santo se manifiesta si tiene libertad de manifestarse y si no queremos El no nos obliga, nunca nos va a quitar la libertad, y este canónigo muy famoso en España dice que los dones por ejemplo el de lenguas y de sanación pertenecen a la naturaleza de la Iglesia a su vida ordinaria es necesario considerar estos dones totalmente ordinarios, no como extraordinarios. Teníamos un Obispo cerca de Montreal que tenía mucha dificultad para aceptar esa manifestación de los carismas y el decía que no quería que los católicos anduvieran detrás de las cosas extraordinarias no le gustaba eso. y en una predicación en Montreal yo dije delante de una gran multitud. " Algunos no quieren que los católicas anden detrás de las cosas extraordinarias pero es mejor eso que andar detrás de ceremonias tan monótonas como las hay a veces, tan aburridas"

Ahora no hay cosa extraordinaria, es ordinaria en la vida de la Iglesia, es normal que si nosotros le damos permiso al Espíritu Santo que El se manifieste a través de nosotros, a través de carismas. En Santiago un día una religiosa me decía "yo no quiero carismas, no me hable de ellos" le dije: "hermana usted tiene por lo menos uno" y ella contestó "cual"

no le gustó eso, le dije. " ¿usted no tiene el carisma de la vida religiosa? eso no se lo habían dicho. ella tenía el carisma de la vida religiosa y no quería saber nada de ellos. La ignorancia es muy atrevida puede afirmar cualquier cosa, todos tenemos carismas de alguna manera, el Espíritu Santo está en nosotros y se manifiesta en uno a través de algún carisma una vez en uno y otra vez en otro; otro carisma el de servicio, son muchos los carismas y sería bueno antes de ir más lejos, ver un poco los carismas que menciona San Pablo, para que veamos que son cosas ordinarias en la vida de la Iglesia, y vamos a poner nuestras vidas en manos del Espíritu Santo y nos vamos abrir a Él y podrá manifestarse a través de nosotros, y es muy humillante haber recibido un carisma, ustedes lo saben, es muy humillante porque es una prueba que solos no podríamos hacer esas cosas; el que es muy orgulloso y lo quiere hacer todo el mismo y hacer nada más que lo que él ha pensado bien, nunca va a ejercitar los carismas que recibe, como el los entiende, si yo quiero comprender antes de actuar ningún carisma es racional, los carismas son manifestaciones del espíritu no lo puedo analizar lo puedo juzgar por el fruto, dice San Pablo: "no apaguen el Espíritu, júzguelo todo y quédense con lo bueno". En su epístola 1ª a los Corintios, en los Romanos 12, en Efesios 4, nos habla de veinte carillas distintos, pero hay muchos más, podemos hacer una lista rápida de los veinte carismas que menciona San Pablo y vamos a descubrir que tenemos algún carisma sin saberlo, por ejemplo San Pablo habla de los carismas que se relacionan a la instrucción de los fieles el habla del carisma de Apóstol, de Profeta, de Doctor de evangelista, el carisma de la persona que sabe exhortar, Exhortador, la palabra de Sabiduría, la palabra de Conocimiento, o de Ciencia, el Discernimiento de Espíritu, el carisma de Lenguas, el Don de Interpretación de Lenguas, son carismas que el Espíritu Santo nos da en la comunidad para la instrucción de los fieles. Cuando el habla de los carismas relacionados al alivio de los fieles de la comunidad San Pablo habla del carisma de Limosnas, hay muchos de ustedes que tienen ese carisma y no lo saben y hay otros que no, más bien tienen el carisma de limosneros, hay el carisma de la Hospitalidad, pero no todo el mundo lo tiene, hay gente que no son fáciles en eso, yo me recuerdo que una vez, predicábamos en un retiro en Panamá y después teníamos que dar otro retiro en otra ciudad, y el párroco había aceptado en recibirnos pero no quería saber de la Renovación Carismática, la permitía nada más, eso le pasa a muchos párrocos todavía y necesitan un lavado de cerebro porque no entienden que se trata, pero él nada más aceptó a recibirnos a comer antes de dar el retiro en la parroquia con el equipo de la Renovación, éramos yo, otro sacerdote y el chófer, pero él al recibirnos dijo: " me habían dicho que eran dos y yo había preparado comida sólo para dos" Yo quedé muy mal, porque habíamos invitado al chófer a venir a comer con nosotros, el pobre nos había traído de lejos, entonces cuando el párroco reaccionó así, yo le dije al chófer: " bueno ven con nosotros y yo te daré la mitad de mi comida" y ahí el párroco no pudo con él; entramos y comimos los tres y sobró comida, mucha comida, ese padre no tenía el carisma de la hospitalidad, hay personas así.

Uno que tiene el carisma de la Hospitalidad y recibe visita a la hora de comer dice "ven a comer" y si ve que falta algo le echa un poco de agua a la sopa y lo soluciona, ¿verdad? saber compartir; el otro que no tiene ese carisma está muy limitado. Ese padre el pobre no tenía el carisma de la hospitalidad. Eso sucede a veces, llegas a una casa a la hora de la comida y cuando ven llegar el coche rápidamente tapan los platos, y tu entras y te dicen: " padre que pena si hubiese llegado antes hubiera comido con nosotros" y entonces cuando te vas sacan sus platos fríos y se lo comen frío, porque es muy notable que hay personas que tienen el carisma de la hospitalidad y otros nunca están dispuestos a recibir, a acoger a la gente, es un don del Espíritu Santo yo supongo que lo tienen todos ustedes por eso hablo con mucha libertad.

Dice San Pablo que los dones o carismas que el Espíritu Santo nos da para el alivio de los fieles en esos dones aparecen el don de Asistencia, el carisma de Curación o sanación, el carisma de milagro y la Fe Carismática la fe que no duda.

Y en un tercer grupo de carismas el habla de los carismas relacionados al gobierno de la comunidad, fíjense que los carismas son siempre para el servicio de la comunidad y para evangelizar, para anunciar la buena noticia de Jesús Resucitado y formar comunidades fraternas donde Jesús es el centro y donde se vive en la fe, en el tercer grupo relacionado al gobierno de la comunidad a la dirección de la comunidad está el Carisma de Pastor, el Carisma de aquel que preside, el Carisma del Diácono, la Diaconía, al recibir a Cristo recibió ese carisma, el Carisma de los Ministerios de los Servicios, hay muchos carismas por ejemplo el carisma de la Infalibilidad del Sumo Pontífice; la única persona del mundo que tiene ese carisma del Espíritu Santo es el Papa, Jesús dijo a Pedro: " tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", no dijo mis Iglesias, Jesús fundó una, todas las demás la fundaron los hombres, El fundó una Iglesia y dijo "edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no la vencerán", esa promesa que hizo Cristo dando infalibilidad al Papa cuando habla en nombre de Cristo, cuando decreta un dogma de fe la mantiene esa promesa, ese carisma sigue vigente en la Iglesia, pero si el Papa renuncia a su cargo como Vicario de Cristo en la Tierra, como ha sucedido alguna vez en la historia de la Iglesia, por enfermedad o por lo que sea, entonces se reúnen los Cardenales del mundo, son ciento veinte, siempre hay este número de Cardenales, cuando faltan, el Papa nombra nuevos Cardenales, estos después de los ochenta años ya no pueden votar para la elección del Papa y mantienen el número ciento veinte como en el Cenáculo donde el número de los que se reunían eran de unos ciento veinte, dice el libro de los Hechos de los Apóstoles; y se reúnen los Cardenales y nombran un Sumo Pontífice. Suponemos que Juan Pablo II renuncia, lo que no va a pasar pero suponemos que renuncia y que se nombra un nuevo Papa, el Carisma de la Infalibilidad lo tendría el nuevo Papa y ya no lo tendría Juan Pablo II, después de haber renunciado a su cargo pastoral de Vicario de Cristo en la Tierra, y esto es un signo de que un carisma es un don para acompañar un ministerio y que ese don puede desaparecer, si el ministerio desaparece, yo he notado por ejemplo que ese carisma de Sanación que me dio el señor lo veo especialmente en la Evangelización, y si yo dejo de evangelizar, predicar estoy seguro habría muy pocas manifestaciones del Carisma de sanación, acompaña la evangelización; en el ministerio que el Señor me ha dado ese carisma acompaña el anuncio del evangelio, hay personas que no entienden eso, tenemos una evangelización una misa de sanación y se ora por los enfermos y creen que si no se les toca no se van a sanar, eso es superstición no es fe, la fe esta en Jesús y El actúa no hace falta tocar a nadie, a veces el Señor sana a través de la televisión y no tocamos a la persona, a veces sana a través del la radio y otras a través del teléfono, yo no les digo esto para que me llamen porque no alcanzo para tanta llamada. No hay reglamento para Jesús sanar, pero donde vemos mas manifestaciones del poder de Espíritu Santo en ese ministerio de sanación es especialmente en la evangelización, de tal manera que si uno no puede evangelizar es como si estuviera haciendo un ministerio a medias, si alguien me pide orar por los enfermos y no me da tiempo para evangelizar yo le digo que no, no voy.

yo fui invitado un día a predicar en una catedral, donde el Arzobispo, yo venía de lejos a predicar a esa catedral era para una novena a la Virgen, llegué allí y el celebró la misa era normal siendo el la autoridad, después el predicó y después en la comunión me pidió hacer una oración por todos sus enfermos, el había predicado sobre el valor del sufrimiento que es muy bueno, yo le dije " Monseñor Usted habló tan bien del valor del sufrimiento que nadie se quiere sanar así, voy a perder el tiempo" le dije "usted quiere que ore por los enfermos deme por lo menos unos minutos para decirle a la gente que Jesús también sana, el valor del sufrimiento redentor y el valor de la sanación como signo que acompaña la proclamación de la palabra de Dios" el dijo eso está bien, entonces yo prediqué quince minutos para dar mi testimonio y poder decirle a la gente que Jesús también sana, el acepta nuestro sufrimiento cuando se lo ofrecemos y le da un valor de redención, pero también El quiere manifestar su victoria, cada vez que Jesús sana a un enfermo nos recuerda que El ha vencido el pecado y las consecuencias del pecado, y la enfermedad entró en el mundo por causa del pecado, y la muerte entró en el mundo por causa del pecado, son consecuencias no del pecado personal, sino del pecado original, un niño de tres meses no ha hecho ningún pecado y si enferma es porque pertenece al género humano y hereda las consecuencias del pecado original de Adán y Eva, y cuando Jesús sana a un enfermo nos vuelve a recordar que El ha vencido al pecado y cuando resucita a un muerto nos vuelve a recordar su victoria sobre el pecado original, y su propia resurrección fue la gran señal de su victoria sobre el pecado, El resucitó victorioso del sepulcro para no volver a morir y nos da la seguridad de que nosotros también resucitaremos todo. pero lo peor es pensar que no todos van a resucitar para la misma suerte, unos dice el profeta Daniel resucitarán para su eterna salvación, y otros resucitarán para su eterna condenación.

Pensándolo bien eso es de pánico, por eso es urgente evangelizar a nuestros hijos a nuestros familiares a nuestros amigos a nuestra comunidad para que ellos también tengan la gran bendición de la resurrección final para su eterna salvación, porque sino pueden seguir andando por camino extraviado y no saben a donde le lleva eso, no tienen ni idea de lo que va a pasar después de su muerte, ustedes deben comunicarles lo que ustedes saben acerca de Dios de la vida eterna, del Cielo del Infierno que sepan que eso existe, y entonces en la evangelización cuando proclamamos a Jesús el Señor que vino a este mundo por nosotros los hombres y por nuestra salvación ,que murió por nosotros y resucitó para darnos a nosotros la vida eterna, cuando proclamamos estas verdades, este primer anuncio de Jesús, muchas veces el señor acompaña la proclamación de su palabra con signos que vienen a dar credibilidad a su palabra. Traten de comprender que el ministerio de sanación es algo muy normal en la evangelización.

A veces terminamos un retiro o una misa de sanación y se te acerca gente y me dice " padre impóngame las manos" y me entran gana de darle un puñetazo, y decirle acabamos de terminar, déjale al Señor el tiempo de obrar. hay cierta superstición, piensan que tocándolos se van a sanar, yo les dije en Italia " usted está muy equivocado al querer tocarme, acuérdate que cuando Jesús entró en Jerusalén, El entró sentado en un burrito y si la gente tocaba al burro no recibía nada, ¿verdad?, yo soy como el burrito que lleva a Jesús, toca a Jesús pero no a mí, si tu tocas al burro no vas a recibir nada" Hay que tratar de orientar a la gente a purificar su fe.

Estaba predicando un día un retiro al aire libre, había muchas personas tenía mi saco lo quité para poner el alba lo puse sobre mi silla y celebré la misa y durante la predicación oí gente que se estaban moviendo detrás " pensé que será lo que pasa" y una me dijo "los botones" yo no entendía eso de los botones y después de la misa me di cuenta que me habían cortado todos los botones de mi saco, para guardar reliquias, cualquier día van oír decir que los botones del padre Emiliano están sanando a la gente. Es curioso yo volví con un saco sin botones, tuve que comprarme botones para ponerlos en mi saco, pero debemos purificar nuestra fe y poner nuestra fe en Jesús. no en esas cosas.

Es interesante que la gente descubra que los carismas son dones a través de los cuales el Señor actúa respondiendo a una oración pero no es cuestión ni de tocarles, "póngame la mano, póngame la mano ahí", yo digo "no pongo la mano en ningún sitio lo más es ponerla en la cabeza, pero déjeme tranquilo".

Hay brujos que ponen la mano donde le duele a la gente pero nosotros en el ministerio de sanación no hacemos eso, es la fe; la imposición de manos sobre la cabeza, sobre los hombros no está mal pero no es eso lo que sana, es un signo de compasión nada más , el que sana es Jesús, con el poder de su Espíritu y si ustedes van a orar por una persona traten de aprovechar de su visita a un enfermo o aún vecino para evangelizarlo un poquito, evangelizar no se hace solamente desde el púlpito o de la televisión o de la radio, se puede hacer en un diálogo personal con el enfermo que tu visitas, háblale algo de Jesús, háblale algo del valor su sufrimiento que lo ofrezca y pida con el que el señor le libere, porque Jesús ha tomado sobre si todas nuestras dolencias, nos dice el profeta y por sus santas llagas somos curados y es un buen momento para presentar a Jesús a tu enfermo ayudarlo a reflexionar, tu puedes evangelizar cada vez que tu oras por un enfermo. Todos los carismas acompañan a la evangelización, son dones maravillosos para fortalecer la evangelización , ya sea una evangelización desde el púlpito o en una visita privada o por teléfono, a través de una carta, tu aprovecha para decir algunas palabras a la persona y puede el señor actuar a través de tu carta, les digo que una de las sorpresa de mi vida es ver como mi librito JESÜS ESTÄ VIVO está evangelizando.

Yo he recibido cartas de Hungría de una señora que me decía que leyendo JESÜS ESTÄ VIVO se sanó de su artritis durante la lectura, yo me preguntaba como podía ser si el libro no está traducido en húngaro y le volvía a escribir preguntándole quién fue el que tradujo este libro en húngaro, fue un padre jesuita que se le ocurrió traducirlo y no me había dicho nada, entonces le dimos las gracias al padre que lo tradujo. Ya acabamos de llegar a un millón de ejemplares, como puede ser tan sencillo y circular tanto, parece ser que el Señor lo utiliza como un medio para evangelizar, está traducido en 16 idiomas, no lo digo esto para que lo compren porque ya hemos vendido bastantes, pero es curioso, testimonios sencillos que mientras la gente lo va leyendo, algunos crecen en la fe y hasta reciben bendiciones, sanaciones; que quiere decir eso que la sanación acompaña la evangelización.

Cualquier carisma es un don para conducir la comunidad y para acompañar la evangelización. Todos los carismas son dones espirituales especiales que el Señor nos da para construir la comunidad, para servir la comunidad.

El Papa Pablo VI en una catequesis el 16 de Octubre del 1974 dijo algo muy bonito al respecto " Uno recibe el don de los milagros para que pueda realizar actos que a través de la maravilla y de la admiración llamen a la fe, y quisiera Dios que el Señor aumentase todavía mas una lluvia de carisma para hacer fecunda hermosa y maravillosa a la Iglesia y capaz de imponerse incluso a la atención y el estupor del mundo profano lay sisante".

Una profecía puede ser por ejemplo la oportunidad para el bien de una asamblea de crecer en la fe, a veces en una reunión una persona recibe una profecía bien bonita llena del Espíritu y una persona en la asamblea se siente tocada en su corazón y comienza a llorar, y el que dio la profecía sabía que era una palabra para esta persona, tal vez para sanar una herida emocional, de su corazón tal vez para fortalecer su fe.

Cualquier carisma es una manifestación exterior de uno de los siete dones del Espíritu, todos lo carismas se enraízan en los siete dones del Espíritu Santo, por ejemplo el carisma de la palabra de Sabiduría se enraíza en el don de Sabiduría, el carisma de la palabra de Conocimiento y de la fe carismática la fe que no duda se enraízan en el don de conocimiento, el carisma de Profecía de enraíza en el don de Inteligencia, el carisma de Discernimiento y de Interpretación se enraízan en el don de Consejo, y vemos que el carima de sanación y el carisma de milagros se enraízan en el don de Fortaleza, es una manifestación exterior el don de Fortaleza, el carisma de Lenguas es un don de Oración en el Espíritu, también puede servir para comunicar mensajes en Lenguas pero es primero un don de Oración y se enraíza en el don de Piedad que hemos recibido en el bautismo, de manera fíjense bien : la palabra de Sabiduría, la palabra de Conocimiento, la Fe Carismática y la Profecía nos hacen hablar como Jesús, nos da la capacidad de hablar como Él, porque es el Espíritu de Jesús el que actúa en nosotros, el discernimiento de Espíritu y el carisma de Interpretación nos hacen pensar como Jesús, el carisma de Sanación el carisma de Milagros nos hacen obrar como Jesús.

El don de Lenguas que es un don de Oración en el Espíritu nos hace orar como Jesús, si la gente supiera el valor del don de Lenguas, dejarían de burlarse de este don, porque es una fuerza de oración mas grande que la nuestra, dice San Pablo en la Epístola a los Romanos en el capítulo 8 versículo 26: "Nosotros no sabemos como orar para orar como conviene, mas el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, y viene a orar en nosotros con gemidos inefables" no son palabras fácil de aceptar al principio. Yo me recuerdo que aquí en radio Santa María la emisora católica de un padre que daba conferencias cuando comenzó la Renovación Carismática el se pensaba bien capacitado, todo lo quería juzgar y entender y como no entendía el don de Lenguas el dijo en su conferencia que los que hablan en Lenguas es porque les faltan vitaminas ¡ que barbaridad!, el no entendía; muchos campesinos que habían recibido el don de Lenguas y oyeron esto, no querían hablar mas en Lenguas para que no les llamaran locos; yo tuve que ir visitando los grupos de la Parroquia diciendo: "sigan orando en Lenguas y vamos a demostrarle a ese padre que no nos falta vitaminas" a el si le faltaron vitaminas porque un día se desanimó en su vocación, dejó su congregación dejó el ministerio y ahora va perdido por ahí y no se lo que hace, le faltaron vitaminas, y los grupitos de oración siguieron orando en Lenguas y ahora tenemos 2500 grupos de Oración Carismáticos en la República Dominicana, y siguen construyendo comunidades, pequeños grupos que se reúnen para formar comunidades fraternas, donde los carismas aparecen para servir a los hermanos.

Es importante que nosotros podamos descubrir que un carisma no es para uno mismo es para servir la comunidad, el único carisma que nos sirve personalmente es el don de Lenguas, el don de orar en Lenguas porque es un don de oración es una manifestación exterior del don de Piedad que hemos recibido en el Bautismo, y dice San Pablo que el que habla en Lenguas se edifica a sí mismo, se está construyendo espiritualmente, por eso los que tienen el don de Lenguas deberían orar en Lenguas todos los días, no solamente una vez a la semana cuando viene la reunión de oración, traten de dejar que el Espíritu santo vaya construyéndolos a ustedes cada día.

Yo conozco un sacerdote que de noche cuando llega bien cansado se sienta en su mesa de orar en el aposento y me contaba que le gustaba orar por lo menos veinte minutos en Lenguas solito, y el ha descubierto que la oración en Lenguas es una puerta abierta a la oración contemplativa, que el no había gozado todavía de ese privilegio de la oración contemplativa y orando en Lenguas nuestra inteligencia no trabaja es el Espíritu que ora en nosotros, y la inteligencia está libre para no dejarse distraer por ideas distintas y para comenzar a contemplar el amor de Dios a través de la oración.

El don de Lenguas es un don de Oración en el Espíritu, es mucho más poderoso que nuestra pobre oración.

Todos los carismas son para ayudarnos, lo que dice San Pablo del don de Lenguas cuando dice " el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad", nosotros lo podemos decir por cualquier carisma, todos los carismas son dones en los cuales el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, por eso les repito: Los carismas son dones para servir mejor. El recibir un carisma es muy humillante porque es una prueba de que solos no podemos hacer esa obra, si la podemos hacer solos el espíritu Santo no tiene porqué venir en ayuda de nuestra debilidad en ese sentido es humillante, por eso para ejercitar los carismas hay que morir a nosotros mismos, hay que dejarse de preocuparse del que dirán,

" que va a decir la gente si yo doy una profecía, que va a decir la gente si yo canto en Lenguas, que van a decir si yo impongo las manos a un enfermo" la preocupación del que va a decir la gente apaga mucho el Espíritu, es el respeto humano es la vanidad, no querer ser burlado, hay que aceptar la crítica de la gente y a veces para entrar en la vida del Espíritu de verdad hay que decidir que nuestra reputación no tiene importancia, lo importante es el reino de Dios, hay que morir a nuestro yo a nuestra preocupación por nuestra fama , por ejemplo, hay que perder nuestra fama para ejercitar los carismas, si nos preocupamos por ella para tener un nombre muy bueno delante de todos, ¿quién se va atrever a ejercitar carismas en público?. Ese es el problema de muchos.

Yo le decía a los sacerdotes en Roma en una intervención que tuve en el primer retiro sacerdotal, yo les dije": muchos sacerdotes tendrían carismas hermosos si no tuviesen tanta preocupación por su fama, por su reputación. Porque para ejercitar los carismas hay que dar hasta nuestra reputación, aceptar que algunos nos critiquen y también les dije a ellos que muchos seglares tienen mucha preocupación por su reputación y están como bloqueados por el respeto humano. Antes de ejercitar un carisma les decía se parecen a un sacerdote de nuestro país que al principio de la Renovación tenía un obispo que toleraba la Renovación, no le gustaba eso, y había grupos de oración que crecían en el país en distintas parroquias, y un día había un retiro de mucha gente de miles de personas y se invitó al obispo a celebrar la Misa de clausura, eso por lo menos sabía hacer, celebrar misa, habían instalado una tarima alta delante de todo el mundo, cuando el obispo subió al altar celebrar Misa fallaron los micrófonos, no había sonido, y sin sonido era imposible hablar a la multitud, y entonces el sacristán abrió el amplificador tocó los alambres y nada no había sonido, y entonces el pobre obispo dijo: "creo que tenemos un problemita con los micrófonos" y la multitud contestó: "y con tu espíritu" .Se pensaban que comenzaba la misa ¿verdad?. sin darse cuenta dijeron una palabra de Sabiduría, porque teníamos problemas con su espíritu.

Este obispo ya no tubo más problemas con su espíritu, él aceptó muy bien la Renovación al juzgar los frutos, así nos pasa a todos tenemos problemas con nuestro espíritu, nos cuesta abrirnos a la acción del Espíritu Santo, dejar que pase a través de nosotros porque ningún carisma es racional, si yo quiero juzgarlo todo antes de hablar, ¿cómo voy a dar una profecía, cómo voy a cantar en Lenguas?, cuando comienzo a cantar en Lenguas yo no se ni la palabra ni la música, me viene un impulso a cantar en Lenguas y yo no se donde voy a parar con eso, es un paso en fe cualquier carisma; si yo quiero estar seguro de que se va a sanar un enfermo, antes de imponerle las manos no lo voy a hacer, porque yo no tengo seguridad, algunos por miedo a ser burlados no se atreven ni a dar una palabra de sabiduría que reciben, y no se atreven a hablar por miedo a equivocarse, y es una muerte a nosotros mismos el ejercicio de los carismas.

Hay que morir a nuestras vanidades hay que aceptar ser criticado, para ser instrumentos con poder para la construcción del reino de Dios, si yo me preocupo mucho de mi reputación nunca voy aceptar los carismas porque no es racional, el ejercicio de los carismas no es racional, no digo que irracional pero si más alto que mi razón, no es la capacidad humana la que actúa es el poder del Espíritu Santo, es más alto que mi razón.

El ejercicio de los carismas es un camino de crecimiento en la fe y en el amor. En la fe porqué cada vez que ejerces un carisma tu lo haces en fe, tu nunca tienes seguridad, se juzga el árbol por los frutos no por lo que piensa mi párroco o lo que piensa mi vecino de atrás, se juzga por los frutos. Y para ver el fruto hay que poner la semilla, entonces repito es un camino de crecimiento en la fe y en el amor porque ningún carisma es signo de santidad, es un don gratuito para servir, lo que nos santifica es el servicio, si yo creo que es un signo de santidad puedo corregir mi opinión, por ejemplo una persona puede recibir el carisma de la vida religiosa que es un carisma auténtico que reciben miles de personas en la Iglesia, pero si con su carisma de la vida religiosa, vive mal la vida cristiana si vive una vida desordenada a espalda del Evangelio, con su carisma de la vida religiosa se puede ir derechito al infierno. Es una prueba de que un carisma no es prueba de santidad es un don para servir y si yo lo pongo al servicio de la comunidad eso si me santifica y me obliga el ejercicio de los carismas a caminar en fe, siempre es un paso en fe, yo me recuerdo haber vivido una experiencia bien difícil un día en Artipa en el Perú, teníamos una campaña de evangelización y en la misa de clausura habían organizado un encuentro en el centro deportivo, había 14.000 personas, el centro deportivo estaba repleto, y habían anunciado que en la misa de clausura íbamos a tener un ministerio de sanación, celebraba la misa el obispo, había 25 sacerdotes concelebrando, fue una misa de mucho gozo y de mucha alegría y había muchos enfermos junto al altar abajo en sillas de ruedas, con muletas, en camilla, otros con bastones, realmente parecía un hospital.
Cuando vino el momento de la oración de sanación después de la comunión, hicimos una oración comunitaria, cantamos en lenguas y yo recibí en mi corazón una palabra del señor muy clara, que aquí hay alguien que sufre de parálisis y se está sanando, yo la dije y lo anuncié , pedí a la persona que tenía parálisis que sentía mucho calor en sus piernas que intentase levantarse en el nombre de Jesús, que iba a caminar, y no se movía nadie, lo volví a repetir le decía te quedas sentado no se va a ver la gloria de Dios, pon un gesto de fe, levántate, tu puedes caminar tu sientes sanación físicamente, y nada, entonces me empecé a sentir muy incómodo especialmente por el obispo que estaba ahí, yo pensaba que iba a decir que era un mentiroso, anuncio algo y no pasa nada, entonces dije sigamos orando y cuando te des cuenta de tu sanación tu darás testimonio seguimos orando y recibí otra palabra del Señor bien clara hay alguien que sufría de sordera y se está sanando, tu por lo menos te das cuenta de tu sanación porque tu no oías lo que yo estaba diciendo y ahora esta oyendo clarito, ponte de pie dale gloria a Dios, identifícate y al decir esto uno de las sillas de ruedas se levantó, ¡ era él, el paralítico pero estaba sordo!
Yo le gritaba en el nombre de Jesús levántate camina, el pobre me mirándome estaba sordo. Entonces el señor vino en ayuda de mi debilidad y le sanó los oídos, el hombre se levantó y comenzó a llorar y se dio cuenta de que podía caminar y llorando de alegría se acercó hasta el micrófono, y el nos contó que el había sufrido un derrame cerebral muy fuerte que le causó la parálisis de todo el lado derecho y le había afectado los oídos y no oía, y acababa de sanarse de parálisis y de los oídos. Cuando el terminó yo tomé el micrófono y dije." Señor la próxima vez sana los oídos primero y las piernas después" Yo le daba consejos al Señor para no pasar por ese aprieto, que realmente es una muerte a veces este ministerio.

Es una muerte porque no siempre aparece de una vez el signo, por eso hay que decidir que nuestra reputación no es importante, lo importante es la gloria de Dios, y la Gloria de Dios se manifestará tal vez dentro de dos semanas, porque la sanación no siempre es instantánea a veces es progresiva, yo les hablo de este ministerio de sanación pero no vayamos a limitarnos, todos los carismas acompañan la evangelización, acompañan la construcción de la comunidad, una vez estaba yo predicando en Bruselas y el cardenal Danis, después de los retiros me llamó, yo pensé que será lo que pasa, será un espía del vaticano que me denunció, uno no sabe como la gente puede interpretar esos retiros, a veces algunos están muy confundidos, y ahí me hizo preguntas y mas preguntas sobre el ministerio de sanación, sobre el carisma de la Palabra de Conocimiento, sobre el ministerio de la Liberación y yo me di cuenta que el quería verificar lo que yo hacía, hora y media haciéndome preguntas y yo le pregunté " Usted que piensa de todo eso" y el me decía la opinión mía no es importante lo que quiero saber es la opinión suya, y yo le decía mi opinión hablando y hablándole de Eminencia.

Yo creo que el señor nos da maravillas para contemplar y nosotros las transformamos en problemas para discutir el me dijo tiene usted razón es verdad.. En vez de dar gloria a Dios a veces hacemos problemas con las manifestaciones del Espíritu pero San Pablo nos dice que hay que juzgarlo todo y quedarse con lo bueno, y vamos a juzgar ¿cómo? por los frutos dice Jesús se juzga un árbol por los frutos, por los frutos lo conocerán y los frutos esos carismas que el señor está renovando en la Iglesia hoy son numerosos, los frutos son realmente para la evangelización, para la manifestación del poder de Dios entre nosotros, para la construcción de la Iglesia. termino diciéndoles que todos los carismas manifiestan el poder de Dios, autentifican el mensaje, invitan a la conversión, acompañan a los apóstoles a los que anuncian el evangelio, estos signos vienen a confirmar como dice San Pablo en Romanos 1,16 El Evangelio es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree. Amén

Abiertos a Tu Gracia

Atento Maestro y Señor
Que a todos escuchas y a todos abrazas, a Vos recurrimos para presentarte a los nuestros que sufren problemas auditivos.
Ponemos ante Vos a los que, desgastados ya por el paso del tiempo, han ido perdiendo la capacidad de escuchar y hoy,
La vida, nosotros, hemos ido aislando.
Ellos no pueden ser participes de charlas, de conversaciones... Han dejado de compartir porque los miedos les han vencido.
El aislamiento no querido les ha ganado terreno.
Y estan los nuestros, los otros que nada quieren escuchar.
Ha sido por decisión propia.
Han elegido ser sordos.
Tal vez el dolor, los desengaños los han endurecido, lo cierto es que ellos, mas que ningun otro necesita abrirse a los nuevos sonidos.
Los que tienen Tu Nombre y hablan de paz y reconciliación.
En Vos esperamos.
En Vos confiamos.

NOVENA INMACULADA - Día 1


Queridos hermanos,Entrando en el Adviento, iniciamos la novena en honor de nuestra Madre Inmaculada. Nadie como Ella esperó a Jesús, nadie como Ella nos lleva a Jesús. ¡Aprendamos a amar María Inmaculada más y mejor!Porque no conoció el pecado,porque fue siempre de Dios,porque nos enamora reconocer su pureza de alma y cuerpo,porque si alguien de nuestra raza ha sido así de plenamente de Dios,quiere decir que lo nuestro no es un sueño,sino la más hermosa realidad:¡somos de Dios y Ella nos lleva hacia Él,por el único Camino, Cristo nuestro Señor! ¡Amén!

Del Evangelio de San Lucas 1, 30. 38
"Pero el ángel le dijo: No temas María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a Luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y se llamará Hijo del Altísimo. María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mi lo que has dicho».Lucas 1, 30. 38



Dios no se hubiera encarnado en María sin su consentimiento. Dios hoy puede seguir su obra de Salvación sólo en la medida que también nosotros aceptamos su invitación.

De Los escritos De San Maximiliano Kolbe:

"Ella es instrumento de Dios. Con pleno conocimiento se deja conducir por Dios voluntariamente, se conforma a su voluntad, desea sólo lo que Él quiere, obra según su voluntad y todo de la manera más perfecta posible, sin el mínimo defecto, sin que su voluntad se aparte en nada de la voluntad de Él. Ella es un instrumento de Dios en el perfecto uso de los poderes y privilegio que le fueron conseguidos, para cumplir siempre y en todo, única y exclusivamente la voluntad de Dios, por amor a Dio Uno y Trino. Este amor a Dios alcanza cimas tales que produce frutos divinos de amor."

Las dos venidas del Señor

San Antonio de Padua (1195-1231), franciscano, doctor de la Iglesia
Sermones sobre el domingo y la las fiestas de los santos, 3er domingo de Adviento
Las dos venidas del Señor

«Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres» (Flp 4,4). Doble gozo motivado por un doble beneficio: la primera y la segunda venida. Debemos alegrarnos porque el Señor, en su primera venida, nos ha traído riquezas y gloria. Debemos alegrarnos todavía más porque en su segunda venida nos dará «años que se prolongan sin término» (Sl 20,5). Tal como lo dice el libro de los Proverbios: «Largos días en su derecha, y en su izquierda riqueza y gloria» (3,16). La izquierda, es la primera venida con sus gloriosas riquezas: la humildad y la pobreza, la paciencia y la obediencia. La derecha es la segunda venida, con la vida eterna.

      De la primera venida, Isaías habla en estos términos: «¡Despierta, despierta, revístete de poderío, oh brazo del Señor! ¡Despierta como en los días de antaño, en las generaciones pasadas! ¿No eres tú el que partió a Rahab, el que atravesó al Dragón? ¿No eres tú el que secó la Mar, las aguas del gran Océano, el que trocó las honduras del mar en camino para que pasasen los rescatados?» (51, 9-10). El brazo del Señor es Jesucristo, Hijo de Dios por quien y en quien Dios ha hecho todas las cosas... Oh brazo del Señor, oh Hijo de David, despierta; ven a nosotros desde la gloria de tu Padre, tomando nuestra carne. Revístete de la fuerza divina para luchar contra «el príncipe de este mundo» (Jn 12,31) y para «echar fuera al fuerte», tú que eres «más fuerte que él» (Lc 11,21-22). Despierta para rescatar al género humano, tal como en los días antiguos liberaste al pueblo de Israel de la servidumbre de Egipto... Tú secaste el mar Rojo; lo que hiciste, lo harás ahora..., tal como has marcado en el fondo del abismo el camino por donde pasan los rescatados.

       De la segunda venida, habla el Señor en Isaías con estos términos: «Mirad, voy a transformar a Jerusalén» -la Jerusalén celeste formada por ángeles y hombres- «en alegría y su pueblo en gozo. Me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos» (65, 18-19), porque como dice en otra parte: «El Señor enjugará las lágrimas de todos sus rostros» (25,8).

RESONAR DE LA PALABRA - 29 NOV 2015

Evangelio según San Lucas 21,25-28.34-36. 
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación". Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre". 



RESONAR DE LA PALABRA
por Julio César Rioja, cmf
Queridos hermanos:

Empieza el Adviento, aunque el lenguaje que emplea el Evangelio, parece ser, un anuncio terrible y catastrófico, el sentido verdadero es de esperanza. El pesimismo y la esperanza, están presentes en el interior de cada hombre y en el panorama de toda la historia. Han sucedido y suceden, acontecimientos verdaderamente angustiosos: catástrofes naturales, enfermedades como el SIDA o el ébola, terrorismo, gentes que se ven forzadas a marchar de sus tierras por la guerra, inmigración y sobre todo hambres. Sin cerrar los ojos a esto; hoy se nos dice: “Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.

Jeremías en la primera lectura nos anuncia: “Suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra”. Y Daniel el gran profeta del Adviento, nos invitará en este tiempo, a encontrar los signos de esperanza, tanto eclesial, como socialmente, para que podamos levantar la cabeza. Es verdad que nuestro sistema necesita un mundo conformista y para ello es necesario matar la esperanza. Privados de esperanza, ya no hay ninguna razón para luchar por algo nuevo, se acepta sin discusión la situación actual. Por eso desacredita a los que intentan crear algo nuevo, llamándolos anti-sistema o enemigos del progreso y de la calidad de vida. Prefiere hombres instalados confortablemente, tranquilos y cómodos, sin mayores aspiraciones. Hombres con la cabeza gacha.

Jesús dijo: “Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube…”, “Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida…”, “Estad siempre despiertos… y manteneros en pie ante el Hijo del Hombre”. Mantenernos en pie, despiertos, sin que se embote la mente, es ir más allá de nuestra contradictoria existencia, que se mueve entre el miedo y la angustia, el pesimismo, la resignación y la rebeldía, la sinceridad y la mentira, la justicia y la injusticia, la lucha y el desaliento… Para hacer nacer dentro de nosotros, el Hijo del Hombre, que no es otro, que Jesús hecho carne en nuestra propia carne.

Adviento pasa por dentro. El nacimiento del Hijo del Hombre, se hace Belén en la cueva de nuestro corazón: allí donde cada uno lucha por vivir como hombre, como hombre integral, transcendente, total. Es un hombre que debe mantenerse en pie, a pesar del cansancio, con la mente despierta, a pesar del embotamiento del vicio, de las diarias preocupaciones y del dinero. Un hombre que no puede dejar, de sentirse llamado a ser un hombre nuevo. Que con el resultado de una profunda experiencia humana y trascendente que tenemos escondida dentro de cada uno, puede hacer que emerja con fuerza en nosotros y en la historia, una tierra de paz y justicia.

Hay signos de esperanza, aunque no es nada fácil mantener encendida esta estrella, en medio del escepticismo de nuestros días. Lo importante parece que es vivir hoy, no importa el mañana y esos lejanos días que anuncian los profetas y los soñadores de un mundo mejor. Por eso, en el hoy es el momento oportuno de dar razón de nuestra esperanza. Como hombres creyentes debemos de penetrar la oscuridad y convertirnos en profetas de la esperanza. Un gran servicio de los cristianos y de nuestras comunidades a nuestra sociedad, podría ir en esta dirección: penetrar con los ojos de la fe la oscuridad y ayudar a discernir los signos de vida y esperanza. Ser lugares de curación de las heridas de los hombres, que ayuden a crear una atmósfera de compasión y misericordia.

Tenemos que ser Adviento para el mundo actual, es decir, signos de esperanza en nuestras casas, comunidades, en la Iglesia y en la sociedad. Estemos vigilantes, para descubrir los signos de la venida de Jesús en la vida, Él viene cuando quiere, por eso hay que velar. Debemos detenernos, entrar en el Adviento, es nuestro tiempo. Es el tiempo del hombre, el tiempo del nacimiento del Hijo del Hombre.

Fuente Portal Ciudad Redonda - Noviembre 2015

INVITACION PARA PUBLICAR A LA MAÑANA

La luz del amanecer siempre renueva la naturaleza.
Le devuelve brillo. Hace abrir flores al ritmo de su luz y su calor.
Mucho más que eso sucede en nosotros
cuando la Luz de Luz nos visita.
Así actúa el Espíritu Santo.
Sólo con una diferencia.
No necesita tiempo o espacio determinado.
Su Gracia no está determinada más que por nuestra disposición a su obra.
¿Cómo te encuentra éste momento?
¿Abierto a la Gracia o encerrado “al cambio”?
Te invito a enfrentar el día desarmando nuestras barreras.
Dejando al Señor, ser Señor.
Y al final del día, reunidos en torno al Altar
no sólo nuestra Fe habrá recobrado su Brillo Original,
sino también nuestros gestos, acciones y modo de ser.
¡Es simple!
Recuerda: ¡Dios está!
Bendito Fin de semana.
Miguel
Comunidad Piedras Vivas.

Buen día Espíritu Santo

Señor y Dios Nuestro,
Bendito y Glorificado seas en ésta mañana de domingo
Tú que derramas Tu Gracia sobre aquellos que invocan Tu Santo Nombre,
Tú que alegras y llenas de gozo y optimismo las jornadas,
Tú que despiertas la esperanza dormida.
¡Fortalece las manos débiles,
Robustece las rodillas vacilantes.
Levanta Tu Voz y quiebra sorderas!
Llénanos de Tu Amor, de Tu Fuerza.
Que Tu presencia poderosa sea acogida y sentida en nuestro corazón.
Que sepamos que sólo Tú tienes el Poder, todo poder.
Que ningún miedo, soledad o rencor nos aparte de ti.
Siembra un solo deseo: ser tuyos.
Abre caminos de amor y de bendición para recorrerlos
seguros, en Tu Nombre, Contigo!
Amén.


sábado, 28 de noviembre de 2015

OBSTÁCULOS A LOS CARISMAS

¿Cuál es el principal obstáculo para recibir obstáculos?
Yo creo que el miedo a perder nuestra reputación. Los carismas son una cruz y muchos no están dispuestos a llevarla. El ejercicio de algunos carismas provoca que muchos nos juzguen locos, que otros se burlen y no pocos nos desprecien o persigan. Mientras no estemos dispuestos a morir a nosotros mismos, aun a costa de nuestros privilegios y renombre, no recibiremos estos carismas.


Recuerdo muy bien a un párroco vecino que se burlaba de los carismáticos, y en sus homilías dominicales aseguraba que los que hablaban en lenguas era porque les faltaban vitaminas… Hay muchos que tienen problemas. No le dan espacio al Espíritu para que se mueva libremente. Lo quieren encajonar en moldes preestablecidos y no lo dejan volar con libertad del viento que sopla como quiere. Los que tienen problemas con sus micrófonos es porque son demasiado cuidadosos de lo que los demás opinen.

Si fuéramos menos celosos de nuestra reputación, estaríamos más abiertos al Espíritu Santo. El miedo a hacer el ridículo nos impide abrirnos a los carismas del Espíritu. Los carismas ciertamente son humillantes. Nos llevan a la cruz.

Por eso muchos les temen y otros los rechazan. Se acaban los horarios de descansos y se recortan las horas de sueño. Por otro lado, la reputación no crece, sino que uno se vuelve blanco de burlas, criticas y sarcasmos… pero en el fondo todo eso se sobrelleva, siempre y cuando no tengan problemas con los micrófonos.

p. Emiliano Tardif


Carisma de sanación y RCC

Una segunda característica definitoria (de la Renovación Carismática) era y es el obrar de los carismas, particularmente del don de sanación. Al principio, las reuniones de oración eran, y en muchos lugares siguen siendo, como salones de clase en los que podemos empezar a aprender cómo obrar con los dones del Espíritu. En un sentido estamos "practicando" los dones con alguien más. Y debemos aprender inmediatamente a probarlos por su contenido y sus frutos.

Pero ellos son dados para más que las asambleas de oración.

Hemos aprendido que podemos decir la “la palabra del Señor” en donde estemos, y que se espera que usemos discernimiento en cada situación, y que las señales y maravillas están destinadas a acompañar nuestra obra para el Evangelio. Si comprendemos que estamos siendo "enviados" por el Señor a un mundo en necesidad del poder salvador del Señor, no podemos esperar a la gente para que venga a nuestras reuniones de oración. Ni debemos esperar hasta que el último ministerio de sanación itinerante venga a la ciudad. Más bien, todos podemos usar estos dones, estas herramientas dadas a nosotros para la edificación del reino, en nuestra vida cotidiana. Podemos y debemos, por ejemplo, orar por las personas sin importar el lugar para que sea sanada.

Sin embargo, hemos descubierto que en muchos lugares dentro de la renovación carismática, la sanación es solamente ofrecida a las personas en el contexto de las misas de sanación, en celebraciones Eucarísticas. Creemos que esto es un grave error. Desde luego la Eucaristía siempre y en todo lugar es un enorme beneficio. Y ofrecer la sanación siempre es maravilloso. Pero pensar que los servicios de sanación siempre deben combinarse con la Misa es un error porque el carisma de sanación está destinado para los enfermos de este mundo y no debería quedar confinado solamente dentro de la liturgia, ni debería convertirse en una responsabilidad únicamente de los sacerdotes. Los carismas han sido distribuidos entre todos los fieles y deben ser usados por los laicos y el clero dondequiera que vayan, y cuando vayamos, Cristo estará.


Kevin y Dorothy Ranaghan

Bautismo en el Espíritu Santo


Estén ustedes preparados

Estén ustedes preparados. (Lucas 21, 36)

La idea de tener que comparecer ante Dios en el juicio final no debe ser motivo de temor. Las advertencias que leemos hoy nos alientan a hacernos un diario examen de conciencia y estar siempre preparados para encontrarnos con el Señor, que desea derramar abundantes bendiciones sobre nosotros, pero espera que lo invitemos a hacer su morada en nuestro corazón, aunque ya se lo hayamos pedido antes.

Los cristianos sabemos que es fácil dejarnos llevar por las costumbres de la época y las exigencias de la rutina diaria, al punto de que las ocupaciones y responsabilidades de cada día no nos dejan tiempo ni energía para demostrarle a Cristo cuánto lo amamos. Pero si nos olvidamos de estar atentos, o “en vela”, nos hacemos espiritualmente vulnerables, y el exceso de quehaceres termina por frustrar las intenciones que tenemos de ser fieles a la oración, la liturgia y el estudio de la Palabra de Dios.

La Escritura nos habla claramente: “La semilla que cayó entre espinos representa a los que escuchan, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres, de modo que no llegan a dar fruto” (Lucas 8,14). ¡Quiera Dios que cuando nos llegue el turno, podamos demostrar un fruto maduro! La Escritura declara inequívocamente que un día nos presentaremos ante Cristo, el Señor, pero la pregunta es: “¿Estaremos bien preparados para enfrentar al Hijo del Hombre?”

Hoy concluye el año litúrgico y es, por ello, oportuno hacer un pequeño retiro, ya sea yendo a la iglesia acostumbrada o bien aislándonos en la privacidad de nuestro hogar, para hacer una reflexión sobre lo bueno y lo malo que hayamos hecho en el año que termina. ¿Nos hemos acercado más al Señor, estamos igual que antes, o nos hemos alejado de él? Esta práctica es buena, no con el fin de felicitarnos o sentirnos culpables por el estado de nuestra vida, sino más bien para evaluar el año que termina y planificar mejor el que comienza. Trate de analizar bien su posición frente a Dios, porque mañana se inicia un nuevo año litúrgico: ¡Es hora de comenzar de nuevo!
“Jesús, mi Señor y Salvador, te ofrezco todos mis trabajos y sufrimientos. Ven, Señor, haz tu morada en mi corazón y ayúdame a estar siempre preparado para el día en que te vea cara a cara.”

Fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

RESONAR DE LA PALABRA - 28 NOV 2015

Evangelio según San Lucas 21,34-36. 
Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre". 

RESONAR DE LA PALABRA
Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra 
PPS 4,22
“Velad, pues, y orad en todo tiempo” (Lc 21,36)

    “¡Velad!” nos dice Jesús con insistencia. No sólo tenemos que creer sino también velar. No sólo tenemos que amar sino también velar. No sólo hay que obedecer sino también velar. ¿Velar, por qué? A causa del grande, del supremo acontecimiento: la venida de Cristo. Es evidente que aquí se encuentra una llamada especial, un deber que no se nos hubiera ocurrido nunca si Jesús mismo no nos lo hubiese encarecido tanto. Pero ¿qué es, pues, velar?...

    Aquel vela esperando a Cristo que guarda su espíritu sensible, abierto, despierto, lleno de celo por buscar y honrar a Cristo. Desea encontrarse con él en todos los acontecimientos de la vida. No experimentaría ninguna sorpresa, ningún espanto ni agitación si llegara a saber que allí estaba Cristo.

    Aquel vela con Cristo (Mt 26,38) que, mirando hacia el futuro, sabe que no debe olvidar el pasado, que no olvida lo que Cristo sufrió por él. Vela con Cristo aquel que, acordándose de él, se asocia a su cruz y a la agonía de Cristo, que lleva con gozo la túnica que Cristo llevó hasta la cruz y que ha abandonado después de su Ascensión. A menudo, en las epístolas, los escritores inspirados experimentan el deseo del segundo advenimiento, pero no olvidan nunca el primero, la crucifixión y la resurrección... Así, el apóstol Pablo invita a los corintios a “esperar la venida del Señor”, pero no deja de avisarlos que hay que “llevar en nuestro cuerpo la muerte del Señor, para que la vida de Cristo Jesús se manifieste en nosotros” (cf 2Cor 4,10). El recuerdo de lo que Cristo es ahora para nosotros, no nos debe hacer olvidar lo que fue por nosotros...

    Velar es, pues, vivir desapegado de lo presente, vivir en lo invisible, vivir con el pensamiento en Cristo tal como vino la primera vez y tal como vendrá en su segunda venida, desear esta segunda venida recordando con amor y gratitud la primera.

Buen día, Espíritu Santo

Buen día, Dios Santo, 
Dios Salvador mío!
Declaro en la mañana la Fuerza de Tu Amor que,
por los méritos de Tu Sangre,
me rescató para la Vida Contigo!
¡Ven y llena mi vida de Espíritu Santo!
¡Ven y derrama una lluvia abundante de gracia y misericordia!
Otórgame la alegría de buscarte y encontrarte.
Mi suerte tiene Tu Nombre.
¡Ven, pasa caminando por aquí!
Por mi día, y mis senderos,
Por mis quebradas y mis desiertos.
Haz florecer aquello que la Diestra del Padre plantó.
Da fertilidad, lozanía, juventud y salud
A todas mis acciones, pensamientos y proyectos…
¡inscribe en ellos Tu Nombre!
Nombre que salva y que sana…