lunes, 31 de agosto de 2020

TOMAR LA CRUZ


«¡Nos sucede a todos! En los momentos de devoción, de fervor, de buena voluntad, de cercanía al prójimo, miramos a Jesús y vamos adelante; pero en los momentos en los que viene la cruz, huimos. el compromiso de “tomar la cruz” se convierte en participación con Cristo en la salvación del mundo. Pensando en esto, hacemos que la cruz colgada en la pared de casa, o esa pequeña que llevamos al cuello, sea signo de nuestro deseo de unirnos a Cristo en el servir con amor a los hermanos, especialmente a los más pequeños y frágiles… La cruz es signo santo del Amor de Dios, es signo del Sacrificio de Jesús, y no debe ser reducida a objeto supersticioso o joya ornamental. Cada vez que fijamos la mirada en la imagen de Cristo crucificado, pensemos que Él, como verdadero Siervo del Señor, ha cumplido su misión dando la vida, derramando su sangre para la remisión de los pecados. Y no nos dejemos llevar a la otra parte, en la tentación del Maligno. Como consecuencia, si queremos ser sus discípulos, estamos llamados a imitarlo, gastando sin reservas nuestra vida por amor de Dios y del prójimo»

Francisco
Ángelus
30-08-2020


ES HOY


«Es hoy»

« Gracias te damos, Señor, Dios omnipotente » (Ap 11,17)... Esta dimensión de la alabanza es de primera importancia. Desde ella se mueve toda respuesta auténtica de fe a la revelación de Dios en Cristo. El cristianismo es gracia, es la sorpresa de un Dios que, satisfecho no sólo con la creación del mundo y del hombre, se ha puesto al lado de su criatura, y después de haber hablado muchas veces y de diversos modos por medio de los profetas, « últimamente, en estos días, nos ha hablado por medio de su Hijo » (Hb 1,1-2). 

¡En estos días! Sí, el Jubileo nos ha hecho sentir que dos mil años de historia han pasado sin disminuir la actualidad de aquel « hoy » con el que los ángeles anunciaron a los pastores el acontecimiento maravilloso del nacimiento de Jesús en Belén: « Hoy os ha nacido en la ciudad de David un salvador, que es Cristo el Señor » (Lc 2,11). Han pasado dos mil años, pero permanece más viva que nunca la proclamación que Jesús hizo de su misión ante sus atónitos conciudadanos en la Sinagoga de Nazaret, aplicando a sí mismo la profecía de Isaías: « Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír » (Lc 4,21). Han pasado dos mil años, pero siente siempre consolador para los pecadores necesitados de misericordia —y ¿quién no lo es?— aquel « hoy » de la salvación que en la Cruz abrió las puertas del Reino de Dios al ladrón arrepentido: « En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso » (Lc 23,43).



San Juan Pablo II (1920-2005)
papa
Carta apostólica « Novo Millennio Inneunte », § 4

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 4,16-30


Evangelio según San Lucas 4,16-30
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?".
Pero él les respondió: "Sin duda ustedes me citarán el refrán: 'Médico, cúrate a ti mismo'. Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún".
Después agregó: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.
Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país.
Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón.
También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio".
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron
y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.


RESONAR DE LA PALABRA 

El Evangelio de este día ya lo dice todo. Es un pequeño compendio de la vida de Jesús en una sola historia: la historia del momento en que vuelve a su pueblo y allí expone lo fundamental de su mensaje. Como hacen los políticos y los que asumen un cargo al comienzo de su mandato, también Jesús puso de manifiesto lo que quería ser y hacer en su vida. Lo suyo se expresaba perfectamente en las palabras del profeta Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.” Tan bien expresado estaba que a continuación pronunció la homilía más breve de la historia: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.”

No había necesidad de decir más. Su pueblo (Nazaret, Israel o el mundo entero) le escuchaba. Y no se hizo esperar la reacción habitual. ¡Cómo iba a ser éste el Mesías! Le conocían. Conocían a su familia. No podía ser. El Mesías, el enviado de Dios, se tenía que presentar no en medio de la normalidad sino de lo extraordinario. Con algún milagro portentoso. Con una luz alrededor como un aura. Con mejores vestidos y con una corte alrededor. En conclusión: rodeado de poder y gloria. 

Pero Jesús no estuvo rodeado de poder y gloria. Para nada. Lo suyo fue la normalidad. Uno más entre nosotros. Tocando a los enfermos, hablando con todos –también con los oficialmente impuros y pecadores–, mostrando incluso en ocasiones su debilidad. Jesús es Dios que se hace carne con todas las limitaciones que eso conlleva. Y eso no lo podían aceptar. No podían entender que Dios no se manifestase según la idea que ellos tenían de Dios. No estaban a abiertos a la sorpresa que siempre es Dios, porque va más allá de todo lo que podamos imaginar. 

Conviene que releamos el texto de Isaías. En él reconocemos a Jesús. En él reconocemos a los verdaderos discípulos, a los verdaderos profetas. Son los que, como Jesús, como Dios, están cerca de los que sufren de cualquier manera, son los que trabajan por la justicia y por la libertad, por la reconciliación y el perdón. Ahí está presente Jesús, ahí está Dios. Ahí está la salvación que se nos regala en Jesús.

Fernando Torres, cmf

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

sábado, 29 de agosto de 2020

Cuaresma de San Miguel - día 13


¡¿QUIÉN COMO DIOS?!
¡NADIE COMO DIOS!

🛡⚔Santo día hermanos!
¡Alabado sea Jesucristo, Nuestro Señor!




🛡⚔Bienvenidos a este 13º día de la cuaresma. ¿Cómo ha sido tu caminar hasta aquí? Permítenos decirte: ¡Ánimo! Pablo nos dice: “Si el buen combate yo no combato, mi corona no conquistaré”. ¡Es tu momento para dar el buen combate!

Es importantísimo tomar conciencia que no estamos librando la batalla solos.
El santo padre Pío lo tenía tan claro que llegó a decir: “Nunca digas que estas solo en esta batalla contras tus enemigos. Nunca digas que no tienes a nadie a quien abrirte y en quien confiar. Eso sería un gran equívoco delante de ese mensajero celestial”.

🛡⚔La cuaresma de San Miguel hace posible, nos ayuda a comprender, como el Ejército Celestial puede y debe unirse con este otro ejército que transita por realidades más terrenales..

🛡⚔ El modo en el que se entra en un territorio de guerra es de vital importancia. Un buen soldado sabe que es preciso estar con todos los sentidos bien abiertos; que es necesario estudiar tácticas, que es básico conocer como se mueve el enemigo; cuáles son su armas principales, y por último estar revestido adecuadamente para que nada ni nadie pueda alcanzarnos. Los subsidios que recibes, y a los que puedes acceder en nuestra “Biblioteca Piedras Vivas” en las redes sociales procuran brindarte esas informaciones.

🛡⚔Hoy la intención que queremos sumar se encuentra relacionada con la afirmación de Sor Lucía en carta al cardenal Cafarra. “la batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia”, es por ese motivo que hoy batallaremos, defenderemos con armas espirituales a NUESTROS MATRIMONIOS.

🛡⚔Bendecida y santa Cuaresma de San Miguel!

Buen dìa, Espiritu Santo! 29082020


RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Marcos 6,17-29


Evangelio según San Marcos 6,17-29
Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado.
Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano".
Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía,
porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.
Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré".
Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino".
Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta.
La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".
El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla.
En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan.
El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

La parábola de los talentos insiste en la importancia de que la espera del Señor además de ser vigilante debe ser productiva. La actitud pasiva y perezosa del criado temeroso contrasta con la laboriosidad de sus compañeros. La alabanza que el amo dirige a sus compañeros se torna en un duro reproche para el criado inactivo: es indigno de compartir la alegría de su señor. Los discípulos de Jesús tienen que hacer producir la hacienda del reino que él ha dejado entre sus manos.

Con este texto Mateo nos invita a los cristianos de todos los tiempos a que vivamos con seriedad este tiempo que media entre la partida de Jesús y su segunda venida. Es una llamada a la vigilancia activa, a mantener la tensión, y a no dejarnos vencer por la rutina, la pereza o la comodidad.

El arriesgarse es un distintivo del discípulo de Jesús y de la comunidad cristiana como tal. Jesús denuncia la inconsecuencia de los que reciben el mensaje del reino y luego pretenden refugiarse en una seguridad estéril. La comodidad y la rutina son seguramente los pecados más graves de la mayoría de los que nos consideramos cristianos.

En general los fieles, y en buena parte también bastantes sacerdotes y religiosos, seguimos viviendo demasiado tranquilos, con pocas iniciativas apostólicas, con pocas respuestas de evangelización a la situación de descreimiento en que vive mucha gente, la inmensa mayoría de la gente joven, no acabamos de ver o de querer ver lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, seguimos a veces enredados en las pequeñas cosas de otras épocas, rivalidades clericales, discusiones teóricas, reivindicaciones secundarias, mientras las nuevas generaciones crecen sin recibir ninguna formación cristiana, mientras se destruye la tradición de las familias cristianas, sin ningún proyecto serio, unitario, permanente de formación y movilización del laicado”.

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

viernes, 28 de agosto de 2020

Cuaresma de San Miguel # 12


¡¿QUIÉN COMO DIOS?!
¡NADIE COMO DIOS!

🛡⚔Santo día hermanos!




🛡⚔Al vivir el 12º día de nuestro tiempo de batalla comienzan a sentirse las primeras dificultades. Es que la cuaresma de San Miguel, tiene algo semejante a lo que tiene el Cerco de Jericó. Es un tiempo oracional de “largo alcance”, es un tiempo oracional donde la perseverancia juega un papel importante.

🛡⚔Ambas son “oraciones de liberación” y tienen un común denominador, son “oraciones de batalla”, son oraciones a las cuales son invitados de manera especial aquellos que tienen la garra, la firmeza, la unción que el Espíritu Santo otorga a los intercesores. Anoche el Señor insistía en un pedido: ¡confía!

🛡⚔Previo al “VIVO”, el Señor nos habló a través de la palabra de Sofonías 3, 14-20 – Te invitamos a volver a leer y releer este texto, a dejar que penetre tu corazón. Es un ramillete de “promesas divinas”, un rosario de “mandatos”, matizado con “Leyes del Reino”. (Aquellos que acostumbran acercarse a La Palabra con este “método” que algunas veces hemos compartido podrán sacar mucho provecho)

🛡⚔Hoy, además la oración nos lleva a orar por aquellos que “padecen insomnio”; podemos correr el riesgo de pensar que solo estaremos orando por quienes no pueden dormir, o les cuesta. Lo cierto es que cada vez que oramos por una sanación particular, rezamos por la sanación de sus raíces, de aquello que lo provoca y, en este caso, el ramillete de causas es inmenso. Al orar por la sanación del insomnio estaremos orando por la sanación de esas causas:
  Estrés agudo
  Exceso de peso.
  Depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental.
  Apnea del sueño o hipertiroidismo.
• Síndrome de la pierna inquieta (crispamiento espasmódico o endurecimiento de los músculos de la parte inferior de la pierna durante el sueño).
  Abuso de cafeína y estimulantes.
  Uso de alcohol, otras drogas depresivas o sedantes.
  Enfermedad obstructiva pulmonar crónica (COPD) o la insuficiencia cardíaca.
•  Malos hábitos de sueño, como por ejemplo irse a la cama a distintas horas, dormir en un ambiente ruidoso, o comer o trabajar en la cama antes de dormirse.

🛡⚔¡Bendecido Viernes de victoria!
¡Bendecida Cuaresma de San Miguel!

Buen día, Espíritu Santo! 28082020


COMPRENDIENDO LA PALABRA 280820


Las virtudes prudentes y las virtudes necias

Nos han bien explicado que todo lo que tenemos que hacer en la tierra es amar a Dios. 

Para que no estemos indecisos, sin saber cómo hacer, Jesús nos dice que la única forma, única receta y camino, es amarnos unos a otros.

Esta caridad también es teologal, porque nos une inseparablemente a Él, es la única puerta, única entrada al amor de Dios. Las virtudes son los caminos que llegan a esta puerta.

Todas son hechas para conducirnos hasta allí más alegres y seguros.

Una virtud que no llega ahí, es una virtud que se hizo necia. (…)

Quizás pueda contentarnos 

llegar a una humildad sensacional, 

o a una pobreza imbatible, 

o a una obediencia imperturbable, 

o a una pureza a toda prueba. 

Eso podrá contentarnos. 

Pero si esta humildad, pobreza, pureza, obediencia,

no nos hacen encontrar la bondad, 

si la gente de nuestra casa, calle, ciudad, 

tiene siempre hambre o frío, 

si están siempre tristes, sombríos o solos, 

quizás seremos héroes. 

Pero no seremos de los que aman a Dios. 

Las virtudes son como las vírgenes prudentes.

Con su lámpara en mano,

permanecen acurrucadas junto a la única puerta, 

puerta de la dilección,

de la solicitud fraterna,

única puerta que se abre a las bodas 

de Dios con sus amigos.


Venerable Madeleine Delbrêl (1904-1964)
laica, misionera en la ciudad.
La alegría de creer (La joie de croire, Seuil, 1968), trad. sc©evangelizo.org

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 25,1-13


Evangelio según San Mateo 25,1-13
Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
Pero a medianoche se oyó un grito: 'Ya viene el esposo, salgan a su encuentro'.
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: '¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?'.
Pero estas les respondieron: 'No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado'.
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos',
pero él respondió: 'Les aseguro que no las conozco'.
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

Ayer la madre, y hoy el hijo. Una familia santa. Por caminos distintos y misteriosos, como son los caminos de Dios.

La paciencia es un rasgo del corazón compasivo de Dios. Y de distintas maneras nos recuerda la Palabra que la paciencia de Dios es nuestra salvación.

Nada se improvisa. Con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Las prudentes, junto con sus lámparas, tomaron aceite en las alcuzas. Nada se improvisa. Es la afirmación que sintetiza la buena noticia del evangelio. Llamada reiterada a estar preparados. Saber esperar, estando dispuestos a dejarnos sorprender.

Tiempo. Si nada se improvisa hablamos en coordenadas de tiempo. Proceso. Crecimiento. Paciencia. Vivimos en la cultura de lo inmediato, agobiados y dispersos por los ritmos que nos marcan. Corremos el riesgo de ahogar la vida por privarla de espacios y condiciones para crecer.

A veces, en lugar de vivir la vida nos hacemos consumidores de experiencias sin darnos tiempo suficiente para que dejen poso, sin darnos tiempo para descubrir el paso y poso de Dios. Necesitamos cuestionarnos esa impaciencia sinónima de eficacia y acoger confiados la lentitud de los procesos de crecimiento, necesitamos trabajarnos por dentro y experimentar la dicha de los que esperan. ¡Señor, Señor ábrenos! pero él les respondió: no os conozco. Saber esperar. Aún en nuestra condición de criaturas, en la pequeñez y en la debilidad -como el novio tardaba, se durmieron todas-. Resistir. Sostener. Permanecer. Perseverar. Si nos entregamos a estas esperas experimentaremos una fuerza y un conocimiento nuevos. Las mujeres que saben esperar al novio y que entran al banquete son llamadas prudentes. Y la prudencia es sabiduría práctica, sensatez, delicadeza, acierto, discreción, cordura, juicio, ponderación, tolerancia. La prudencia es don y ejercitarla, nuestra tarea.

De la vida de san Agustín te puedes enterar aquí. Él sí que supo esperar, permanecer, perseverar.

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

jueves, 27 de agosto de 2020

UN SOLO CORAZÓN


«Cuando la obsesión por poseer y dominar excluye a millones de personas de los bienes primarios; cuando la desigualdad económica y tecnológica es tal que lacera el tejido social; y cuando la dependencia de un progreso material ilimitado amenaza la casa común, entonces no podemos quedarnos mirando. No, esto es desolador. ¡No podemos quedarnos mirando! Con la mirada fija en Jesús y con la certeza de que su amor obra mediante la comunidad de sus discípulos, debemos actuar todos juntos, en la esperanza de generar algo diferente y mejor. La esperanza cristiana, enraizada en Dios, es nuestra ancla. Ella sostiene la voluntad de compartir, reforzando nuestra misión como discípulos de Cristo, que ha compartido todo con nosotros. Y esto lo entendieron las primeras comunidades cristianas, que como nosotros vivieron tiempos difíciles. Conscientes de formar un solo corazón y una sola alma, ponían todos sus bienes en común, testimoniando la gracia abundante de Cristo sobre ellos»

Francisco
Audiencia General
26-08-2020 


Cuaresma de San Miguel - Dia 11


¡¿QUIÉN COMO DIOS?!
¡NADIE COMO DIOS!
🛡⚔Paz y Bien, Ejército de San Miguel!

¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy el undécimo día de nuestra cuaresma de San Miguel nos encuentra celebrando la victoria de una mujer, la victoria de Santa Mónica, Madre de San Agustín, determinante en la conversión de su hijo y de otros miembros de su familia.
Madre de tres hijos, los dos menores fueron su alegría y consuelo, el mayor: Agustín la hizo sufrir por muchos años.

🛡⚔Santa Mónica también ha hecho célebre una fórmula que ha mantenido de pie a muchas mujeres defendiendo la paz en sus hogares. Es que santa Mónica, casada con Patricio, de quien se dice era el hombre de peor genio del pueblo, nunca llegó a ser golpeada por él, en cambio ocurría lo contrario con las demás mujeres que le preguntaban cómo podía ser eso.
Santa Mónica de manera sencilla les compartió su secreto: “Es que cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no acepto la pelea, pues… no peleamos”.

🛡⚔Hoy, en nuestra intercesión queremos invitar a todas las “Mónicas” que están presentes en nuestras vidas, ya sea por ser miembros de nuestra familia, de nuestra casa, o a aquellas “Mónicas” que son vecinas, conocidas, amigas, compañeras de trabajo y están librando una dura batalla por la salvación de sus hijos.

🛡⚔¡Cuántos “Agustín” andan perdidos por la vida! Algunos tienen “su Mónica”, su madre implorando; otros en cambio huérfanos de amor, beben diariamente, respiran diariamente el aire del desamor.

🛡⚔Esta será nuestra oración de intercesión durante toda la jornada: POR NUESTROS HIJOS, pidiendo la gracia que preservados de todo mal que quiera lastimar, lacerar sus vidas.

Volvemos a recordarte: puedes organizar tu propia “cuaresma” o bien sumarte a los 40.000 hermanos que estamos conformando el ejército de San Miguel, participando de una oración de intercesión y adoración en VIVO a las 19.30 horas.

🛡⚔¡Bendecido Jueves de victoria!
¡Bendecida Cuaresma de San Miguel!

Buen dìa, Espìritu Santo! 27082020


COMPRENDIENDO LA PALABRA 290820


Precursor en la muerte como en la vida

Ilustre precurso de la gracia y mensajero de la verdad, 

Juan Bautista, la antorcha de Cristo, 

llega a ser el evangelista de la Luz eterna.

El testimonio profético que no cesó de dar, 

en su mensaje, toda su vida y su actividad, 

hoy lo signa con su sangre y su martirio.

Siempre había precedido a su Maestro:

Naciendo, había anunciado su venida al mundo.

Bautizando a los penitentes en el Jordán, 

había prefigurado a aquél que venía a instituir su bautismo.

Y la muerte de Cristo Redentor, su Salvador, 

que dio vida al mundo, 

Juan Bautista la vivió también antes, 

derramando Su sangre por él, por amor.

Un tirano cruel lo escondió en una prisión y entre hierros, 

en Cristo, las cadenas no pueden atar 

a aquel a quien un corazón libre abre al Reino.

¿Cómo la oscuridad y las torturas de un oscuro calabozo 

podían cambiar la razón de aquel que ve la gloria de Cristo, 

y que de él recibe los dones del Espíritu?

Gustosamente ofrece su cabeza a la espada del verdugo; 

¿cómo podía perder su cabeza aquel que tiene por Jefe a Cristo? 

Es dichoso por acabar hoy su misión de precursor 

saliendo de este mundo.

Aquel de quien había dado testimonio viviendo, 

Cristo que viene y que está allí, 

proclama hoy su muerte.

El país de los muertos 

¿podía retener a este mensajero que se le escapa?

Los justos, los profetas y los mártires se gozan, 

yendo con él al encuentro del Salvador.

Todos rodean a Juan con su alabanza y su amor. 

Con él, suplican desde ahora a Cristo de ir hacia los suyos.

Oh gran precursor del Redentor, no va a tardar el que libera de la muerte para siempre.

¡Conducido por tu Señor, entra, con los santos, en la gloria!


San Beda el Venerable (c. 673-735)
monje benedictino, doctor de la Iglesia
Himno para el martirio de san Juan Bautista; PL 94, 630

ESTEMOS ALERTAS


¡Estemos alertas!

Estén atentos a mis palabras y escuchen mis humildes discursos. A todos ustedes digo y exhorto: “¡Elévense hacia Dios, desháganse de sus apegos a las pasiones!” He aquí lo que proclama el profeta: “Vengan, subamos a la montaña del Señor y a la casa de Jacob” (Is 2,3), es decir, a la impasibilidad. Con los ojos de nuestro intelecto, contemplemos la alegría que nos es reservada por las promesas celestes.

Hijos bien-amados: junten su ardor, tomen alas de fuego como las palomas. Según lo que está escrito, vuelen (Sal 54,7) y pasen a los rangos que están a la derecha (cf. Mt 25,33), que son los de la virtud. Reciban alegría y deseo espiritual y apasionado de Dios. Gusten la gran suavidad (cf. Apo 10,9-10) de su amor y, gracias a él, considerando todo como secundario, ¡pisoteen vanidad, deseo de la carne y cólera tenaz! (…)

¡Arremanguemos las mangas de nuestras túnicas, estemos alertas, con la mirada penetrante y el vuelo rápido para ese viaje que nos lleva de la tierra al cielo! Los viajeros podrán tener que sufrir, por cierto. Eso también les llega, como ven. Penan con duros trabajos, se fatigan, trabajan la tierra hasta perder soplo, les corre la transpiración, no tiene más fuerza, están hambrientos, sedientos. Uno pena arando, otro en trabajar la viña, otro a producir aceite, o a cocinar, construir, hacer el pan u ocuparse de la bodega. Cada uno en su lugar. Todos avanzan en la ruta de Dios, se aproximan a la gran ciudad. Con la muerte tendrán acceso a la indecible alegría de los bienes que Dios reserva a los que lo hayan amado. (…)

Podamos ser juzgados dignos del reino de Cristo, nuestro Dios, a quien es la gloria y la potencia con el Padre y el Santo Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


San Teodoro el Estudita (759-826)
monje en Constantinopla
Catequesis 16 (Les Grandes Catéchèses, Spiritualité Orientale n° 79, Bellefontaine, 2002), trad. sc©evangelizo.org

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 24,42-51


Evangelio según San Mateo 24,42-51
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno?
Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo.
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si es un mal servidor, que piensa: 'Mi señor tardará',
y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos,
su señor llegará el día y la hora menos pensada,
y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

Escucha. Es mi actitud primera de acercamiento a la Palabra. Escucha que me ayuda a entender, que me dispone a acoger, que me permite responder.

Y escucho: estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor... Estar en vela. Vigilantes. Despiertos. Intuitivos. Lúcidos. Vivir atentos a la presencia de Dios en lo cotidiano y sabiendo descubrir también sus “ausencias” en la realidad social, cultural, eclesial, política... para trabajar sembrando semillas del Verbo. Discernir. Saber elegir la ocasión que no debemos perder de la tentación que nos pierde. Vivir la dicha de los limpios de corazón porque en nada encuentran obstáculo para descubrir y leer la acción de Dios.? Y escucho: estad preparados, porque a la hora que menos penséis... Receptivos. Dispuestos. Audaces. Diligentes. Responsables. Arriesgados. Confiados. Coherentes. Honestos. Leales.

Y aunque no sepamos el día ni la hora en la dinámica cotidiana siempre es tiempo de discernir. Caminar en la Verdad o vivir en la hipocresía. Hacer en cada momento lo que se tiene que hacer. Auténticos. Apasionados. Crecer para que mis deseos coincidan con la voluntad de Dios. Responder en la fidelidad de lo que soy a su Fidelidad. Generosa y gratuitamente, sin reservas o escatimando esfuerzos. Con medida o con holgura. Acoger con responsabilidad y gratitud todo lo que se nos ofrece. Responder con fidelidad y gozo al don de nuestra vocación. Vivir en la bendición - dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así- o en el reproche. Ser creíbles mostrando, no demostrando a Dios. Ser creíbles convenciendo y contagiando horizonte, esperanza, promesa.

Y aunque no sepamos el día ni la hora siempre es tiempo de agradecer que hemos sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; que no carecemos de ningún don los que esperamos en el Señor. Y Él, que es fiel, nos arraiga, nos arrecia, nos afirma, nos sostiene.

Y aunque no sepamos el día ni la hora siempre es tiempo de recordar que el presente es todo lo que tenemos para construir futuro y por eso, debes amar la arcilla que va en tus manos, debes amar su arena hasta la locura y si no, no la emprendas que será en vano, sólo el amor alumbra lo que perdura (Silvio Rodríguez).

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

miércoles, 26 de agosto de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 260820


Cristo llama a todos a dejarse envolver por el perdón de Dios

Me podréis decir: pero la Iglesia está formada por pecadores, lo vemos cada día. Y esto es verdad: somos una Iglesia de pecadores; y nosotros pecadores estamos llamados a dejarnos transformar, renovar, santificar por Dios. Ha habido en la historia la tentación de algunos que afirmaban: la Iglesia es sólo la Iglesia de los puros, de los que son totalmente coherentes, y a los demás hay que alejarles. ¡Esto no es verdad! ¡Esto es una herejía! La Iglesia, que es santa, no rechaza a los pecadores; no nos rechaza a todos nosotros; no rechaza porque llama a todos, les acoge, está abierta también a los más lejanos, llama a todos a dejarse envolver por la misericordia, por la ternura y por el perdón del Padre, que ofrece a todos la posibilidad de encontrarle, de caminar hacia la santidad. […]

En la Iglesia, el Dios que encontramos no es un juez despiadado, sino que es como el Padre de la parábola evangélica. Puedes ser como el hijo que ha dejado la casa, que ha tocado el fondo de la lejanía de Dios. Cuando tienes la fuerza de decir: quiero volver a casa, hallarás la puerta abierta, Dios te sale al encuentro porque te espera siempre, Dios te espera siempre, Dios te abraza, te besa y hace fiesta. Así es el Señor, así es la ternura de nuestro Padre celestial. 

El Señor nos quiere parte de una Iglesia que sabe abrir los brazos para acoger a todos, que no es la casa de pocos, sino la casa de todos, donde todos pueden ser renovados, transformados, santificados por su amor, los más fuertes y los más débiles, los pecadores, los indiferentes, quienes se sienten desalentados y perdidos.



Papa Francisco
Audiencia general del miércoles 2 de octubre de 2013 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 23,27-32


Evangelio según San Mateo 23,27-32
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre!
Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos,
diciendo: 'Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas'!
De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas.
¡Colmen entonces la medida de sus padres!


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

Confundidos por algunos discursos alarmistas que anunciaban el final de la Historia y la venida del Señor, algunos discípulos de Tesalónica se habían dejado llevar por el derrotismo de la inminencia y pretendían evadirse de sus responsabilidades cotidianas dejando de trabajar.

También, a veces, nosotros confundimos la esperanza cristiana. Nos contagiamos de pasividad, nos creemos que no merece la pena el esfuerzo, nos convencemos de que todo está muy mal y de que no podemos hacer nada, no somos salvadores de nadie. Nos olvidamos que la esperanza, rasgo distintivo de nuestro seguimiento, construye en la historia y la historia necesita de nuestro trabajo y voluntad, de nuestro dinamismo y vitalidad, de nuestra confianza y creatividad, de nuestra pasión por Cristo y por la humanidad.

Nuestro mundo tiene muchas bondades y junto a ellas conviven también otras tantas situaciones límite. Soledad, tristeza, corrupción, abandonos, violencia de género, guerras, familias rotas, pobrezas, incendios, marginación, terrorismo, inmigración, fundamentalismos... ¿qué podemos hacer?. Esperar... anticipando la vuelta del Señor, haciendo realidad el proyecto del evangelio. Invitación a asumir nuestra responsabilidad, llamada al compromiso solidario, a la implicación compasiva de por vida. Creernos que tal vez “un grano no haga granero pero ayuda al compañero”.

Llamada a no ser carga para nadie sino parte de un todo, realidad de la comunión de vida, gozo de la fraternidad universal. Y la invitación aún puede ser más osada: no sólo no ser carga sino aliviar cargas, empeñar la vida en aligerar el peso de otros, erigir su dignidad, dignificar su humanidad. Sencillear y simplificar procesos. Sostener vidas. Consolar tristezas. Alimentar esperanzas. Acompañar soledades. Acariciar heridas. Ahuyentar miedos. Cubrir necesidades. Acoger lo extraño y vulnerable. Amar inclusivamente, desde la entraña, creyendo y creando.

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

martes, 25 de agosto de 2020

LA PERFECCIÓN ES INTERIOR


La perfección es interior

Tenemos que estar prevenidos sobre una cierta concepción errónea de la perfección, que se encuentra a veces en almas poco esclarecidas. Ocurre que ellas sitúan toda la perfección en la observación puramente exterior y material de las prescripciones. Aunque lo que diré parezca severo, no dudo en decirlo. El sesgo nombrado, confina o lleva el riesgo de conducir al fariseísmo, que es un gran peligro. (…)

Los fariseos pasaban a los ojos de la multitud como santos personajes. Ellos se consideraban ellos mismos santos. Hacían consistir toda su perfección en la exactitud en el cumplimiento de las observancias exteriores. Ustedes saben que su fidelidad a la letra y su puntualidad eran tan meticulosas, que los ejemplos de su formalismo son a veces risibles. No satisfechos con guardar muy escrupulosamente la ley de Moisés, que ya era una carga, agregaban un verdadero catálogo de prescripciones de propia obra. Nuestro Señor las llamaba la “tradición de los hombres” (Mc 7,8). Todo eso estaba exteriormente tan bien observado que no había nada para reprocharles: imposible encontrar discípulos de Moisés más correctos. (…)

Ustedes dirán: ¿No tenemos que observar todo lo que está prescripto? Por cierto lo debemos observar. (…) Pero retengamos bien esto: lo que importa en nuestra observancia es el principio interior que la anima. Los Fariseos observaban todo minuciosamente pero era para ser vistos y recibir el aplauso de la multitud. Esa desviación moral estropeaba a fondo todas las obras. En cuanto a la observancia exterior, guardada matemáticamente, pero por ella misma y sin nada que la ennoblezca, no es para nada la perfección. Es necesario que la vida interior sea el alma de nuestra fidelidad exterior. Esta debe ser el resultado, fruto y manifestación de sentimientos de fe, confianza y amor que rigen en nuestro corazón.



Beato Columba Marmion (1858-1923)
abad
Los instrumentos de las buenas obras (Le Christ Idéal du Moine, DDB, 1936), trad. sc©evangelizo.org

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 23,23-26


Evangelio según San Mateo 23,23-26
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno!
¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

No acabo de acostumbrarme del todo a estas acusaciones tan duras que se ponen en boca de Jesús contra los hipócritas. Por cierto, Jesús habla con tanta dureza a los hipócritas, que en este caso son escribas y fariseos y no al revés; lo que le indigna hasta el punto de sacarle de sí no son los escribas y fariseos por sí mismos, sino que hayan hecho de la hipocresía su modo habitual de vivir.

De hecho, el contraste es mayor si releemos el agradecimiento y valoración amable que Pablo dedica a los cristianos de Tesalónica. ¿Qué le pasa a Jesús? ¿Por qué se pone así? Vamos a tener toda la semana para contemplar su “indignación”.

En estas pocas líneas Jesús les llama hasta tres veces “ciegos”. Parece que es lo que mejor describe el corazón del hipócrita: no ve y además no sabe que no ve. Por eso no hay coherencia en su vida: su mente por un lado, sus valores por otro, sus acciones por otro… Y así arrastra a quienes se dejen llevar por él. ¿Acaso hay mayor despropósito que estar ciego y querer guiar a los demás?

Y su indignación mueve dentro de mí otra pregunta: ¿qué me indigna a mí? ¿Qué cosas o personas me sacan de quicio? … Tendré que pensarlo más despacio… Intuyo que, a veces, en mí (y en la Iglesia) nos indignan cosas que bien poco tienen que ver con la indignación de Jesús. A Jesús le importa mucho más la gente que las cosas (por sagradas que sean).

En el fondo están poniendo al descubierto dónde tengo puesto el corazón, a qué doy valor y qué relativizo, por qué estoy dispuesta a “tener problemas” y con qué hago “pactos” (por santos que sean) y miro para otro lado, mientras tantos y tantos siguen dejándose guiar por guías necios y ciegos.

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

lunes, 24 de agosto de 2020

EL CENTRO ES JESÚS


«Hoy, escuchamos dirigida a cada uno de nosotros la pregunta de Jesús: “¿Y vosotros quién decís que soy yo?”. Y cada uno de nosotros debe dar una respuesta no teórica, sino que involucra la fe, es decir la vida, ¡porque la fe es vida! Se trata de entender quién es para nosotros Cristo: si Él es el centro de nuestra vida, si Él es el fin de todo nuestro compromiso en la Iglesia, de nuestro compromiso en la sociedad. Pero estad atentos: es indispensable y loable que la pastoral de nuestras comunidades esté abierta a las muchas pobrezas y emergencias que están por todos lados. La caridad es siempre la vía maestra del camino de fe, de la perfección de la fe. Pero es necesario que las obras de solidaridad, las obras de caridad que nosotros hacemos, no desvíen del contacto con el Señor Jesús. Este es el camino verdadero de la caridad cristiana, con Jesús en el centro, siempre»

Francisco
Ángelus
23-08-2020