martes, 15 de abril de 2014

Una fuerza que no alcanza.

Hay tiempos en que una profunda incapacidad
es sentida en carne viva.
Es la incapacidad de querer salir,
solamente con nuestras propias fuerzas,
de angustias, depresiones, soledades,
miedos y pecados.
No hay diente apretado,
ni puño cerrado que puedan obtener triunfos definitivos.

La victoria final está cimentada
en esas pequeñas batallas ganadas en el silencio de la incapacidad.
Silencio que tiene sus raíces en el Silencio Amoroso de Dios.

¿Te encuentras experimentando "silencios" que te atormentan?
¿Hay acaso en vos "silencios de personas", "silencios de afectos"?
¿Tal vez "silencios de salud"?

«En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas»
Isaías 49

¿Has invitado a Jesús a entrar en esos silencios?
¿Lo hacemos juntos?

Señor, aquí estoy pidiendo ser "bañado por Tu Silencio de Amor".
Aquí estoy, rindiendo a Tu gracia mi incapacidad natural,
clamando "Tu capacidad sobrenatural"
¡Ven con Brazo Poderoso,
y condúceme a la Victoria Final!
Porque Tú, sólo Tú, mi Señor
tienes mi salario.

Bendecida Semana Santa.
Miguel
Comunidad Piedras Vivas.


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