“nos hará bien reflexionar sobre lo que hace el Espíritu Santo en nuestras vidas y preguntarnos si nos ha enseñado el camino de la libertad”. “El Espíritu Santo que está en mí, me empuja a salir fuera: ¿tengo miedo? ¿Cómo es mi valentía, la que me da el Espíritu Santo para salir de mí mismo, para testificar a Jesús?”. ¿Cómo va mi paciencia en las pruebas? Porque la paciencia también la da el Espíritu Santo”.
“En esta semana de preparación a la Fiesta de Pentecostés, pensemos: ‘¿verdaderamente yo creo o es una palabra para mí, en el Espíritu Santo?’ Hablemos con Él y digámosle: ‘Yo sé que Tú estás en mi corazón, que estás en el corazón de la Iglesia, que llevas adelante la Iglesia, que llevas a cabo la unidad entre nosotros, que somos distintos pero unidos…’
Digámosle estas cosas y pidamos la gracia de aprender, pero en la práctica, en nuestras vidas, qué hace Él. Y la gracia de la docilidad a Él: ser dóciles al Espíritu Santo. Esta semana hagamos esto: pensemos en el Espíritu y hablemos con Él”.
Francisco
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