La Inmaculada Concepción de la Virgen María
Grandes cosas se cantan de ti, María, porque de ti ha nacido el Sol de Justicia, Cristo nuestro Dios. (Antífona de Comunión)
Honor a ti, Virgen María. Dios conoció tu corazón incluso antes de que fueras concebida, y te creó libre de toda mancha de pecado, para que fueras un vaso digno para su Hijo, Jesús. Amante de la justicia de Dios, fuiste fiel a la ley y a los profetas, y reflejo de la verdad de Dios para el mundo. De toda la humanidad, sólo tu corazón aceptó cabalmente los justos caminos del Altísimo. Sólo de ti pudo nacer el Sol de Justicia.
Alabanza a ti, Virgen María. El Padre te conoció desde la eternidad y te preservó pura e inmaculada, para que fueras un arca excelsa para concebir a su Hijo, Jesús. Tu amor fue como el suyo: misericordioso y bondadoso, constante y fiel. Tú fuiste una manifestación del amor de Dios ante el mundo. De todo su pueblo, sólo tu corazón atesoró el amor de Dios. Sólo de ti pudo brotar el Don del Amor.
Gratitud a ti, Virgen María. Dios vio fortaleza en tu corazón amable e inmaculado, y te preservó del pecado para que fueses una morada idónea para su Hijo, Jesús. La nobleza de tu corazón te mantuvo en la pureza y por eso pudiste ver a Dios; incluso en tu humilde sumisión, seguiste siendo un monolito de santidad. Sólo de ti pudo nacer el único que podía ser llamado el Señor.
Amor y cariño a ti, Virgen María. Por los méritos de su Hijo, fuiste concebida sin la mancha del pecado original, para que, por medio de él, todo el pueblo de Dios quedara libre del pecado.
Tu vida nos da esperanza; aunque de carne y hueso como nosotros, tú nos mostraste que con la abundante gracia que Dios concede a quienes él ama, podemos vivir como hijos suyos y revelar al mundo su justicia y su amor. Tú nos has demostrado que teniendo bondad y pureza en el corazón, podemos ser fuertes, para que Dios nos colme de su amor y nos muestre su faz.
“Padre celestial, que en la Inmaculada Virgen María preparaste una morada digna para tu Hijo, te suplicamos que, así como a ella la preservaste de toda mancha de pecado, nos concedas también a nosotros, por su intercesión, llegar a tu presencia purificados de todo mal.”Génesis 3, 9-15. 20
Salmo 98(97), 1-4
Efesios 1, 3-6. 11-12
fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros
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