martes, 10 de enero de 2017

Meditación: Marcos 1, 21-28


San Marcos no nos dice en su Evangelio qué fue lo que Jesús enseñó en esa oportunidad, pero afirma que los oyentes se quedaron “asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.”

El Señor tenía autoridad porque había sido enviado por Dios a inaugurar el Reino de Dios en la tierra. Esta autoridad era palpable en todo lo que decía y hacía; nadie que entrara en contacto con él podía ignorarla.

¿Cómo reaccionaba el pueblo al presenciar la autoridad de Jesús y ver que el Reino de Dios se iba perfilando en el mundo? ¿Cómo reaccionamos nosotros? Los primeros discípulos respondieron dejándolo todo y siguiendo “inmediatamente” a Jesús (Marcos 1, 18); por el contrario, los escribas y los fariseos reaccionaron con envidia e incredulidad al punto de que finalmente persiguieron a Jesús hasta darle muerte.

Jesucristo anunciaba la venida del Reino de Dios dondequiera que iba, pero en este pasaje, Marcos dirige la atención del lector hacia el maestro, no hacia la enseñanza. La gente veía en la Persona de Jesús algo del Reino de Dios, ya que él ejercía su autoridad como enviado de Dios. Además, vieron de primera mano el poder de Cristo cuando expulsó con una sola orden al espíritu inmundo del hombre que había en la sinagoga. Este episodio consolidó a los ojos de la gente la autoridad del Señor. ¡La venida del Reino de Dios, en la Persona de Jesucristo, se manifestaba no solo en palabras sino también en obras portentosas!

Fuera lo que fuese que Jesús decía o hacía, su autoridad interpelaba a los presentes: los discípulos lo siguieron, la gente se asombraba, los demonios huían y los dirigentes religiosos hacían planes para deshacerse de él (v. Marcos 3, 6). En nuestra propia vida, el Reino de Dios sigue apareciendo por medio de Cristo Jesús, cuando él nos bendice en los sacramentos, la oración, su palabra y los acontecimientos cotidianos. Mientras estudias la vida de Cristo en el Evangelio según San Marcos, pregúntate: “¿Cómo reacciono yo frente a la Persona de Jesús? ¿Entiendo lo que Cristo está haciendo ahora mismo en el mundo y en mi vida?”
“Jesús, Señor mío, tú tienes toda la autoridad del Reino de Dios, por eso te sigo, para encontrar el poder de Dios en tu palabra y en tus obras. Ayúdame a obedecer tus mandamientos y vivir bajo tu majestad.”
Hebreos 2, 5-12
Salmo 8, 2. 5-9

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

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