sábado, 1 de marzo de 2014

Descanso en el Espíritu e Iluminismo

El descanso en el Espíritu me recuerda algunas prácticas iluministas, y, por tanto, ¿no debería ser rechazado en la Renovación Carismática Católica por fidelidad al Iglesia que condenó el iluminismo en todas sus formas?

En la Renovación Carismática los que saben que es el iluminismo también lo condenan con la Iglesia, pero se niegan a llamar iluminismo a lo que no es, como nadie llamaría automóvil a un chalet porque su dueño tuviese el dudoso gusto de ponerle la matrícula de su coche viejo en la puerta. Tampoco nosotros podemos poner apresuradamente la matrícula de iluminismo al descanso en el Espíritu y creer que sólo por eso es iluminista. ¿Con que aspecto reprobable del iluminismo podríamos identificar el descanso en el Espíritu? Acaso ¿con la pasividad del alma iluminada que ya no tiene que orar ni hacer penitencia, sino sólo permanecer como un cuerpo exánime?. En el reposo en el Espíritu la voluntad y la mente permanecen activas en Dios. El reposo afecta al cuerpo y a los sentidos interiores sólo que después libremente se ha aceptado el descanso en el Espíritu. Este nos afecta sólo temporalmente.

En él y después de él se ora y el alma habla con Dios. En cambio, en el iluminismo, se supone que el alma no ora ni actúa, como tampoco actúan la voluntad y la mente. Actúan, si, Dios y el demonio, según los iluministas, pero no ellos que pueden cometer las mayores aberraciones sexuales porque no son ellos los que actúan, sino el maligno. El reposo iluminista del cuerpo tampoco tiene nada que ver con el descanso del cuerpo en el Espíritu, que es solo transitorio. El descanso y pasividad del cuerpo en el iluminista es continuo en los "perfectos"; los desórdenes sexuales o emocionales en su cuerpo no son suyos sino de los agentes exteriores que lo manipulan. Ellos viven en la pasividad y el reposo que los hace impecables.

Ningún carismático dice nada de esto; tras el descanso en el Espíritu uno siente crecimiento espiritual, pero no es impecable; el hombre conserva la voluntariedad y la deliberación en sus acciones libres. Pegar la etiqueta sospechosa de iluminismo al reposo en el Espíritu es una acción del "padre de la mentira" (Jn. 8,44) y de la confusión, y un pecado contra la verdad, contra la justicia y contra la caridad. No se puede poner la etiqueta de "veneno" en las medicinas y alimentos sanos, que Dios regala a su Iglesia hoy. Pido al Señor Jesús que nos ilumine a todos con su Espíritu de verdad, de ciencia y de discernimiento para conocer sus done y recibirlos con agradecimiento y para rechazar lo que no venga de Dios, de modo que siempre le glorifiquemos en nuestras vidas. ¡ GLORIA AL Señor!

p. Ceferino Santos sj

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