El descanso en el Espíritu me recuerda algunas
prácticas iluministas, y, por tanto, ¿no debería ser rechazado en la Renovación
Carismática Católica por fidelidad al Iglesia que condenó el iluminismo en
todas sus formas?
En la Renovación Carismática los que saben que
es el iluminismo también lo condenan con la Iglesia, pero se niegan a llamar
iluminismo a lo que no es, como nadie llamaría automóvil a un chalet porque
su dueño tuviese el dudoso gusto de ponerle la matrícula de su coche viejo en
la puerta. Tampoco nosotros podemos poner apresuradamente la matrícula de
iluminismo al descanso en el Espíritu y creer que sólo por eso es iluminista. ¿Con que aspecto reprobable del iluminismo podríamos identificar el descanso en
el Espíritu? Acaso ¿con la pasividad del alma iluminada que ya no tiene que
orar ni hacer penitencia, sino sólo permanecer como un cuerpo exánime?. En el
reposo en el Espíritu la voluntad y la mente permanecen activas en Dios. El
reposo afecta al cuerpo y a los sentidos interiores sólo que después libremente
se ha aceptado el descanso en el Espíritu. Este nos afecta sólo temporalmente.
En él y después de él se ora y el alma habla con
Dios. En cambio, en el iluminismo, se supone que el alma no ora ni actúa, como
tampoco actúan la voluntad y la mente. Actúan, si, Dios y el demonio, según los
iluministas, pero no ellos que pueden cometer las mayores aberraciones sexuales
porque no son ellos los que actúan, sino el maligno. El reposo iluminista del
cuerpo tampoco tiene nada que ver con el descanso del cuerpo en el Espíritu,
que es solo transitorio. El descanso y pasividad del cuerpo en el iluminista es
continuo en los "perfectos"; los desórdenes sexuales o emocionales en
su cuerpo no son suyos sino de los agentes exteriores que lo manipulan. Ellos
viven en la pasividad y el reposo que los hace impecables.
Ningún carismático dice nada de esto; tras el
descanso en el Espíritu uno siente crecimiento espiritual, pero no es
impecable; el hombre conserva la voluntariedad y la deliberación en sus
acciones libres. Pegar la etiqueta sospechosa de iluminismo al reposo en el
Espíritu es una acción del "padre de la mentira" (Jn. 8,44) y de la
confusión, y un pecado contra la verdad, contra la justicia y contra la
caridad. No se puede poner la etiqueta de "veneno" en las medicinas y
alimentos sanos, que Dios regala a su Iglesia hoy. Pido al Señor Jesús que nos
ilumine a todos con su Espíritu de verdad, de ciencia y de discernimiento para
conocer sus done y recibirlos con agradecimiento y para rechazar lo que no
venga de Dios, de modo que siempre le glorifiquemos en nuestras vidas. ¡ GLORIA
AL Señor!
p. Ceferino Santos sj
p. Ceferino Santos sj
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