lunes, 31 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

“Serás bienaventurado porque ellos no te pueden pagar”

He observado (y es muy natural) que las hermanas más santas son también las [28rº] más queridas. Se busca su conversación, se les hacen favores sin que los pidan… Por el contrario, a las almas imperfectas no se las busca; se las trata, ciertamente, conforme a las reglas de la educación religiosa; pero, por miedo a decirles alguna palabra menos delicada, se evita su compañía…

Y ésta es la conclusión que yo saco: en la recreación y en la licencia, debo buscar la compañía de las hermanas que peor me caen y desempeñar con esas almas heridas el oficio de buen samaritano.

Una palabra, una sonrisa amable, bastan muchas veces para alegrar a un alma triste.

Pero no quiero en modo alguno practicar la caridad con este fin, pues sé muy bien que pronto cedería al desaliento: una palabra dicha con la mejor intención puede ser interpretada completamente al revés.

Por eso, para no perder el tiempo, quiero ser amable con todas [28vº] (y especialmente con las hermanas menos amables) por agradar a Jesús y seguir el consejo que él da en el Evangelio, poco más o menos en estos términos: “Cuando des un banquete, no invites a tus parientes ni a tus amigos, porque corresponderán invitándote y así quedarás pagado. Invita a pobres, cojos, paralíticos; dichoso tú, porque no pueden pagarte: tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”. ¿Y qué banquete puede ofrecer una carmelita a sus hermanas sino un banquete espiritual compuesto de caridad atenta y gozosa?

Yo no conozco ningún otro, y quiero imitar a san Pablo, que se alegraba con los que estaban alegres. Es cierto que también lloraba con los tristes, y que las lágrimas han de aparecer también algunas veces en el banquete que yo quiero servir; pero siempre intentaré que al final esas lágrimas se conviertan en alegría, pues el Señor ama a los que dan con alegría.


Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897)
carmelita descalza, doctora de la Iglesia
Manuscrito autobiográfico C, 28 r°-v°

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 14,12-14


Evangelio según San Lucas 14,12-14

Jesús dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.

Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.

¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!".


RESONAR DE LA PALABRA

Romper la cadena

Gran parte de lo que se desarrolla en el comercio humano es el interés propio expresado en la reciprocidad. "Tú me rascas la espalda y yo te rasco la tuya" es el principio que suele guiar las interacciones, tanto a nivel personal como nacional o internacional. Se dice que el genocidio de Ruanda de 1994 no movió a las naciones poderosas a intervenir precisamente porque no tenían nada que ganar con una intervención allí: ¡ni minerales, ni yacimientos de petróleo! En escalas más pequeñas y sutiles, también hacemos lo mismo en nuestros pequeños mundos, que Jesús señala hoy. Nos invita a ser más redentores e incondicionales; a compartir nuestras bendiciones y mesas con aquellos que no pueden devolver el favor.

En otras palabras, dar sin contar el coste y sin expectativas; y muy especialmente, invitar a los que están en los márgenes al centro de nuestras vidas. Y promete recordar nuestras buenas acciones en el día que más cuenta.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

COMPASIÓN

 

«La mirada de Dios no se detiene nunca en nuestro pasado lleno de errores, sino que ve con infinita confianza lo que podemos llegar a ser. Y si a veces nos sentimos personas de baja estatura, que no están a la altura de los desafíos de la vida y, menos aún, de los del Evangelio, empantanadas en los problemas y en los pecados, Jesús nos mira siempre con amor: como con Zaqueo, viene a nuestro encuentro, nos llama por nuestro nombre y, si lo acogemos, viene a nuestra casa»


Francisco

Ángelus

30-10-2022 




sábado, 29 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

«Ve y siéntate en el último lugar»

Guardémonos, pues, todos los hermanos de toda soberbia y vanagloria; y defendámonos de la sabiduría de este mundo y de la prudencia de la carne (Rom 8,6), ya que el espíritu de la carne quiere y se esfuerza mucho por tener palabras, pero poco por tener obras, y busca no la religión y santidad en el espíritu interior, sino que quiere y desea tener una religión y santidad que aparezca exteriormente a los hombres. Y éstos son aquellos de quienes dice el Señor: En verdad os digo, recibieron su recompensa (Mt 6,2). El espíritu del Señor, en cambio, quiere que la carne sea mortificada y despreciada, tenida por vil y abyecta. Y se afana por la humildad y la paciencia, y la pura, y simple, y verdadera paz del espíritu. Y siempre desea, más que nada, el temor divino y la divina sabiduría, y el divino amor del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Y restituyamos todos los bienes al Señor Dios altísimo y sumo, y reconozcamos que todos son suyos, y démosle gracias por todos ellos, ya que todo bien de Él procede. Y el mismo altísimo y sumo, solo Dios verdadero, a Él se le tributen y El reciba todos los honores y reverencias, todas las alabanzas y bendiciones, todas las acciones de gracias y la gloria, suyo es todo bien; sólo El es bueno (cf. Lc 8,19).



San Francisco de Asís (1182-1226)
fundador de los Hermanos menores
Regla Primera, no bulada (1221) § 17

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 14,1.7-11


Evangelio según San Lucas 14,1.7-11
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente.

Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:

"Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú,

y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: 'Déjale el sitio', y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.

Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate más', y así quedarás bien delante de todos los invitados.

Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".


RESONAR DE LA PALABRA

¿A quién ves?

Una de las anotaciones del diario del beato Carlo Acutis dice así: "La tristeza es mirarse a sí mismo, la felicidad es mirar a Dios. La conversión no es más que un movimiento de los ojos". La diferencia entre la mirada de Pablo y la de los invitados al banquete al que asiste Jesús es una prueba de la verdad de las palabras de Carlo. Los invitados están tan llenos de sí mismos, con la mirada narcisista fijada en sus propias necesidades, que están ansiosos por ocupar los puestos de honor, y así quedar bien con ellos mismos y con los demás. Simplemente son incapaces de ver y reconocer la presencia y el honor de los demás. En cambio, lo único que Pablo puede ver es a Cristo. Para él, vivir es para Cristo y morir es estar con Cristo. Incluso cuando se mira a sí mismo, todo lo que puede ver es a Cristo; y por eso exclama: "Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí" (Gal. 2:20).

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

viernes, 28 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

La sucesión apostólica.

Los apóstoles recibieron del Señor la buena nueva para trasmitirla a nosotros. Jesucristo ha sido enviado por Dios. Por tanto, Cristo viene de Dios, los apóstoles de Cristo. Estos dos envíos o misiones vienen nada menos que de la voluntad de Dios. Los apóstoles, revestidos de la certeza de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, equipados con sus instrucciones, afianzados por la palabra de Dios, se pusieron en camino, asistidos por el Espíritu Santo para anunciar que el Reino de Dios está cerca. Predicaron en el campo y en las ciudades donde establecieron sus primicias y donde discernían con la ayuda del Espíritu Santo quienes serían los obispos y los diáconos de los futuros fieles. .. ¿Es de extrañar que aquellos hombres que Dios proveyó de esta misión en Cristo, hayan establecido, a su vez, los ministros que acabo de nombrar?...Nuestros apóstoles sabían, gracias a Nuestro Señor Jesucristo, que los hombres discutirían sobre la función del obispo. Esta es la razón por la que, en su presciencia perfecta, establecieron los ministros mencionados más arriba e instituyeron que después de su muerte otros hombres, debidamente probados, seguirían en la sucesión.



San Clemente de Roma
papa del año 90 a 100 aproximadamente
Carta a los Corintios, 42-44

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 6,12-19


Evangelio según San Lucas 6,12-19
Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles:

Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé,

Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote,

Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón,

para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados;

y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
RESONAR DE LA PALABRA


Criar a los humildes

El padre James Martin, en su libro Mi vida con los santos, revela que, de niño, se enteró de que San Judas era el patrón de los casos perdidos. Consiguió hacerse con una pequeña estatua del santo. Cada vez que sus oraciones a Dios fracasaban, recurría a San Judas. En su pequeña mente razonaba que si Dios no podía responder a la oración, debía ser un caso perdido; y San Judas, siendo el patrón de los casos perdidos, debía ser seguramente más poderoso que Dios y conseguiría las cosas. Aunque la lógica estaba bastante equivocada, San Judas parece ser un poderoso intercesor ante Dios, dada su popularidad. Sin embargo, en los evangelios, pasa por ser bastante ordinario. No se encuentra en el círculo más cercano a Cristo, ni se le ve haciendo nada notable. Se le puede considerar el "más pequeño" de los discípulos. Pero ¡qué poderoso y popular intercesor se ha convertido para nosotros! Dios eleva a los humildes y a los de abajo, y hace que los últimos sean los primeros.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA


 

jueves, 27 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

“Herodes te quiere matar”

Como afirma la Sagrada Escritura, Jerusalén no conoció el tiempo de su visita, gran parte de los judíos no aceptaron el Evangelio e incluso no pocos se opusieron a su difusión. No obstante, según el Apóstol, los judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación. La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y "le servirán como un solo hombre" (Soph 3,9).

Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos, que se consigue sobre todo por medio de los estudios bíblicos y teológicos y con el diálogo fraterno.

Aunque las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin embargo, lo que en su Pasión se hizo, no puede ser imputado ni indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy. Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos, como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras. Por consiguiente, procuren todos no enseñar nada que no esté conforme con la verdad evangélica y con el espíritu de Cristo, ni en la catequesis ni en la predicación de la Palabra de Dios.

Además, la Iglesia, que reprueba cualquier persecución contra los hombres, consciente del patrimonio común con los judíos, e impulsada no por razones políticas, sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos.

Por los demás, Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la Iglesia, abrazó voluntariamente y movido por inmensa caridad, su pasión y muerte, por los pecados de todos los hombres, para que todos consigan la salvación. Es, pues, deber de la Iglesia en su predicación el anunciar la cruz de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de toda gracia.


Concilio Vaticano II
Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas “Nostra Aetate”, 4

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 13,31-35


Evangelio según San Lucas 13,31-35
En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: "Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte".

El les respondió: "Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.

Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!

Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!".


RESONAR DE LA PALABRA

El valor profético de Cristo

Jesús se niega a acobardarse ante las amenazas de Herodes, pues está totalmente centrado en su Padre y en la misión que le ha sido encomendada. Y sabe que nadie puede hacerle daño hasta que llegue la "hora". Esa confianza proviene de una confianza absoluta y radical en el amor de su Padre y en la sumisión a su voluntad. Pablo nos invita a enfrentarnos a los retos y peligros que nos rodean poniéndonos la armadura de Dios: de la verdad, la justicia, el celo, la fe, la salvación y la palabra de Dios. En otras palabras, la invitación de Pablo es a "revestirse de Cristo" (Rom 13:14) y "tener la mente de Cristo" (Fil 2: 5), lo que garantiza que vivamos y respondamos a los desafíos como él lo hizo. Esa armadura sólo la podemos recibir por la gracia de Dios; no podemos fabricarla por nuestra cuenta. Por eso, "reza en todo momento" para recibir el Espíritu de Cristo. Es en la oración donde crecemos a imagen y semejanza de Cristo.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

miércoles, 26 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

Nuestro lugar en el festín del Reino de Dios

Dios, en su gracia especial, visita a quienes tienen gran contrición, compasión y verdadero deseo ardiente de él. Ellos son súbitamente liberados del pecado y el dolor y llevados a la dicha tal cómo los santos. Por la contrición somos purificados, por la compasión preparados, por el verdadero deseo ardiente de Dios somos hechos dignos. Estos son los tres medios, según yo comprendí, por los que todas las almas llegan al cielo, es decir, que han sido pecadores en la tierra y serán salvados. Toda alma pecadora debe ser curada por medio de estos remedios. Aunque ya curada, sus heridas son consideradas por Dios como signos gloriosos. En contrapartida de tristezas y penitencias de aquí, que son como un castigo, en el cielo seremos recompensados por el amor bondadoso de nuestro Señor. (…) Él considera el pecado de los que lo aman como tristeza y sufrimiento, sin atribuirles culpa alguna, ya que lo aman. La recompensa que recibiremos allí no será pequeña, sino grande, honorable, gloriosa. Así toda vergüenza se cambiará en gloria y alegría.

En su bondad, nuestro Señor no quiere que sus servidores desesperen por el hecho de sus lamentables y frecuentes caídas, ya que nuestras caídas no son obstáculo a su amor. Su paz y amor están siempre con nosotros, viviendo y actuando. (…) Quiere que sepamos que él es el fundamento de nuestra vida en el amor y nuestro protector eterno. Nos defiende con potencia contra todo tipo de enemigos, esas fieras furiosas contra nosotros. Tenemos gran necesidad de él porque, por nuestras caídas, frecuentemente damos ocasión a los enemigos.



Juliana de Norwich (1342-después de 1416)
reclusa inglesa
Libro de visiones y revelaciones del amor divino (Révélations de l'amour divin, 39).

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 13,22-30


Evangelio según San Lucas 13,22-30
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.

Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió:

"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.

En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'.

Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'.

Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'.

Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera.

Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.

Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".


RESONAR DE LA PALABRA


Requisitos de acceso

Cariño, encogí a los niños es una película de comedia de ciencia ficción de 1989, en la que un invento de un científico encoge accidentalmente a los niños a tamaños miniatura. Quizá seamos los adultos los que necesitemos encogernos, y conscientemente, si queremos pasar por la "puerta estrecha". Si nuestras almas se han vuelto demasiado obesas al alimentarse del "mundo" (en el sentido juanino), tal vez queramos ayunar un poco para estar a la medida de la puerta de entrada al Reino. Para que nuestras almas alcancen el tamaño manejable, como vimos ayer, no necesitamos ejercicios aeróbicos sobrehumanos: basta con hacer las pequeñas cosas de la vida con fidelidad. Pablo sugiere algunos de esos sencillos ejercicios: honrar a los padres, ser un buen ejemplo para los hijos, cumplir los deberes con empeño, hacer el bien, respetarse mutuamente, temer al Señor. En otras palabras, cuida los Mandamientos, y las Bienaventuranzas serán tuyas.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

martes, 25 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

«Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto»

A propósito de eso que dice el Evangelio: «Un hombre toma y siembra en su huerto», ¿quién os parece que es este hombre que sembró el grano que había recibido, un grano de mostaza, en su pequeño huerto? Yo pienso que se trata del hombre de quien dice el Evangelio: «Había un hombre llamdo José, miembro del Consejo, natural de Arimatea... Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía» (Lc 23,50-53). Esta es la razón por la que la Escritura dice: «Un hombre la tomó y la escondió en su huerto». En el huerto de José se mezclaban los perfumes de diversas flores, pero nadie había sembrado en él semejante grano. El huerto espiritual de su alma estaba perfumado con el perfume de sus virtudes, pero Cristo embalsamado aún no había sido depositado en él. Enterrando en el monumento de su huerto al Salvador, le acogió más profundamente en el hueco de su corazón.



San Máximo de Turín (¿-c. 420)
obispo
Sermón 26

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 13,18-21


Evangelio según San Lucas 13,18-21
Jesús dijo entonces: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo?

Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas".

Dijo también: "¿Con qué podré comparar el Reino de Dios?

Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa".


RESONAR DE LA PALABRA

Dios de las pequeñas cosas

Es una inclinación humana natural imaginar a Dios como el más grande, el más grandioso y el más espectacular. Imaginar que Dios es así, de alguna manera, nos hace compensar nuestra pequeñez y creaturismo. Y a causa de esa imaginación, echamos de menos a Dios cuando se presenta ante nosotros en las formas menos esperadas. Miramos a Dios hacia arriba; pero, como observó un sabio gurú, "la gente se pierde de ver a Dios porque no está dispuesta a mirar hacia abajo"; y a mirar alrededor, tal vez. Dios y su Reino siguen a menudo la dinámica del grano de mostaza y de la levadura en las parábolas del Evangelio de hoy: pequeños, sutiles, casi invisibles; pero siguen transformando el mundo a su alrededor. Por la misma lógica, para formar parte de este Reino, no tenemos que hacer cosas espectaculares; basta con hacer cosas pequeñas con gran amor: Como un marido y una mujer que se respetan y se cuidan mutuamente y hacen las pequeñas cosas para que la vida de todos sea un poco más fácil y feliz.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

lunes, 24 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

Curado en sábado, signo del día de la nueva creación

El día de la nueva creación: la comparación del domingo cristiano con la concepción sabática, propia del Antiguo Testamento, suscitó también investigaciones teológicas de gran interés. En particular, se puso de relieve la singular conexión entre la resurrección y la creación. En efecto, la reflexión cristiana relacionó espontáneamente la resurrección ocurrida « el primer día de la semana » con el primer día de aquella semana cósmica (cf. Gn 1,1-2,4), […]. Esta relación invita a comprender la resurrección como inicio de una nueva creación, cuya primicia es Cristo glorioso, siendo él, « primogénito de toda la creación » (Col 1,15), también el « primogénito de entre los muertos » (Col 1,18).

El domingo es pues el día en el cual, más que en ningún otro, el cristiano está llamado a recordar la salvación que, ofrecida en el bautismo, le hace hombre nuevo en Cristo. « Sepultados con él en el bautismo, con él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos » (Col 2,12; cf. Rm 6,4-6). La liturgia señala esta dimensión bautismal del domingo, sea exhortando a celebrar los bautismos, además de en la Vigilia pascual, también en este día semanal « en que la Iglesia conmemora la resurrección del Señor »,24 sea sugiriendo, como oportuno rito penitencial al inicio de la Misa, la aspersión con el agua bendita, que recuerda el bautismo con el que nace toda existencia cristiana.



San Juan Pablo II (1920-2005)
papa
Carta apostólica “Dies Domini”, 24-25 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 13,10-17


Evangelio según San Lucas 13,10-17
Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga.

Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera.

Jesús, al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás curada de tu enfermedad",

y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: "Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado".

El Señor le respondió: "¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber?

Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?".

Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.


RESONAR DE LA PALABRA

Dar voz a los sin voz

Al igual que la resurrección del hijo de la viuda de Naín (cf. Lc 7,11-17), aquí tenemos otra ocasión en la que Jesús responde a la situación de una mujer sin que se lo pidan. ¿Por qué lo hace? Por supuesto, está en el ADN de Jesús el sentirse movido por la compasión hacia los que sufren. Sin embargo, en este contexto hay algo más. Quizás Jesús era muy consciente del silenciamiento y la marginación de las mujeres en las sociedades patriarcales. ¿Cuántas mujeres, incluso hoy, pueden expresar sin miedo sus necesidades? Por eso, Jesús, que conocía los corazones humanos, no esperaba a que las mujeres se acercaran a él y le pidieran lo que necesitaban; les tendía la mano y satisfacía sus necesidades incluso antes de que pudieran encontrar su voz.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

Buen día, Espíritu Santo! 24102022


 

domingo, 23 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

«¡Oh Dios, ten compasión de este pecador!»

Un fariseo y un publicano subieron al templo a orar. El fariseo comenzó enumerando todas sus cualidades, proclamando: «¡Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos y adúlteros; ni como ese publicano!» ¡Miserable, te atreves a juzgar la tierra entera! ¿Por qué te atreves a desanimar a tu prójimo? ¿No te basta la tierra entera que tienes necesidad de condenar a ese pubicano? Has acusado a todos los hombres sin excepción: «No soy como los demás hombres... ni como ese publicano; ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo». ¡Cuánta suficiencia en estas palabras! ¡Maldito!...

El publicano había comprendido muy bien estas palabras. Hubiera podido corregirlo de esta manera: ¿Quién eres tú que te atreves a proferir semejantes difamaciones contra mí? ¿Qué sabes tú de mi vida? Jamás has vivido en mi entorno, tú no eres uno de mis íntimos. ¿Por qué manifiestas tanto orgullo? Por otra parte, ¿quién puede dar testimonio de la realidad de tus buenas acciones? ¿Por qué te empeñas en hacer tu propio elogio, qué es lo que te incita a ensalzarte de esta manera?» Pero no, no hizo nada de eso –sino todo lo contrario- se prosternó diciendo: «¡Oh Dios ten compasión de este pecador!» Y por haber dado pruebas de humildad, quedó justificado.

El fariseo se marchó del Templo sin recibir ninguna absolución, mas el publicano se marchó con el corazón renovado por haber reencontrado la justicia... Sin embargo, no es que allí hubiera mucha humildad, en la medida en que este término se usa cuando se humilla uno que es noble; ahora bien, en el caso del publicano, no se trataba de humildad, sino de simple verdad, porque lo que decía era verdad.



San Juan Crisóstomo (c. 345-407)
presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilías sobre la conversión, nº 2

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 18,9-14


Evangelio según San Lucas 18,9-14
Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:

"Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.

El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano.

Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas'.

En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!'.

Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".


RESONAR DE LA PALABRA


DOS ORANTES TAN DISTINTOS


El Señor no hace milagros con quien se cree justo, sino con quien se reconoce necesitado y está dispuesto a abrirle el corazón. (Papa Francisco en Twitter, ‘19)

Si tratáramos de identificarnos con alguno de los dos protagonistas de este relato, poquísimos (probablemente nadie) se sentirían reconocidos ni en el fariseo ni en el publicano. Es decir, ni justos en todo ni pecadores en todo. La mayoría tenemos un poco de uno y un poco del otro. Aquí Jesús nos los presenta acudiendo al Templo, con dos maneras muy diferentes de presentarse ante Dios.

Lo primero que salta a la vista es que los dos acuden al Templo a orar. Para ellos es una necesidad el encuentro con Dios; incluso aunque uno de ellos se reconozca «en deuda» con Dios, pecador, indigno. Su necesidad de orar no desaparece por ello. Si entendemos la fe como una experiencia de encuentro con Dios, como un intercambio de afectos y palabras entre Dios y yo... es imposible que haya fe si faltan estos momentos a solas con quien sabemos que nos ama, que decía Santa Teresa. Aún más: cuanto más va madurando la fe... más necesaria y frecuente se va haciendo la oración. Como también lo contrario: cuanto más escasa y rutinaria es nuestra oración... más se va apagando la fe.
En cuanto al lugar de la oración... Ya sabemos que se puede orar en cualquier sitio y momento: En la naturaleza, por la calle, mientras viajamos en el coche o el tren, en el cuarto de estar de casa... Pero, la experiencia nos dice que necesitamos unos medios, unos símbolos, un silencio, un tiempo suficientemente prolongado sin distracciones, un recogimiento que favorezcan el encuentro con Dios. Y esto no se da igual en todas partes. No podemos hacer depender nuestros tiempos de oración a la posibilidad de acercarnos a una iglesia o capilla. El fariseo y el publicano con toda seguridad oraban en otros momentos y lugares, así eran las costumbres judías. Pero... también se acercan al Templo.

A quién dirige cada uno su oración. Cada uno de ellos tiene una imagen, una idea de Dios, diferente, aunque ambos sean judíos. El fariseo aparentemente se está dirigiendo a Dios, pero realmente habla consigo mismo: él es el centro de su oración, lleva toda la iniciativa y Dios tiene que permanecer callado ¡Cuánta palabrería! ¡Cuánto empeño en poner a Dios al tanto de su vida, como si Dios no lo supiera! Su oración (si es que se le puede llamar así) está centrada en lo superorgulloso que está de todo lo que ha conseguido, a base de muchos esfuerzos y sacrificios. Todo lo que cuenta es verdad, Jesús no le tacha de hipócrita o mentiroso. No hay por qué dudar de que tiene semejante lista de «méritos»: ayunos, limosnas, cumplimientos, asistencia al Templo, liturgias, etc etc. Pero a Dios parece que sólo le queda tomar nota, y agradecérselo. Ni una petición o ruego, ni una intercesión, ni un agradecimiento a Dios, ni...
El fariseo terminará su oración tan tranquilo, tan contento, igual que entró... sin que nada haya cambiado en él. Una oración en la que su vida diaria y social quedan excluidas, no hay nada que mejorar o corregir, nada ni nadie con quien comprometerse.
 Los otros están presentes sólo para descalificarlos después de juzgarlos, y al final despreciarlos. Y mira que tiene razón en su juicio: aquel de atrás al que mira de reojo y a distancia es un pecador público. Pero su encuentro con Dios no le hace sentir ninguna inquietud para acercarse a él, comprenderlo... Parece no darse cuenta que es hijo del mismo Dios ante el que ora. Y da por hecho que Dios también lo rechaza. Es decir: el fariseo tiene una idea de Dios al que se contenta con ritos y prácticas religiosas... a pesar de que la Escritura dice, por poner un ejemplo, «misericordia quiero y no sacrificios».

163. Tu desarrollo espiritual se expresa ante todo creciendo en el amor fraterno, generoso, misericordioso. Lo decía san Pablo: «Que el Señor los haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos» (1 Ts 3,12). Ojalá vivas cada vez más ese “éxtasis” que es salir de ti mismo para buscar el bien de los demás, hasta dar la vida. (Christus Vivit, Papa Francisco)

Por su parte, el otro orante (el «único»), usa muy pocas palabras y sí un gesto de arrepentimiento. No necesita largas explicaciones para con Dios. Ni le da instrucciones. Sabe reconocer que su estilo de vida está lejos de lo que Dios espera de él. Así se lo han enseñado las autoridades religiosas: que cobrar impuestos al pueblo de Dios para pagarlos al opresor romano es un pecado gravísimo. Y no es fácil salir de ese pecado, porque era su medio de vida y el de su familia... Ni siquiera manifiesta sus intenciones o promesas de cambiar. No se ha planteado si, en tal situación, es digno de dirigirse a Dios, o si tiene algún derecho a ser escuchado. Sólo confía y pide que Dios le escuche y tenga compasión. Esa es su esperanza.

Este segundo orante nos pone a tiro otro punto de reflexión: el pecado. Hoy parece que es un concepto confuso. A veces nos han insistido tanto en que nos consideremos pecadores, que hemos terminado por llamar «pecado» a demasiadas cosas... y no es raro, como reacción, marcharse al otro extremo, salvo en el caso de «pecados» muy gordos y evidentes y más bien poco frecuentes para la mayoría de los cristianos. Uno puede sentir que no corresponde al amor de Dios, o que no aprovecha bien sus talentos, o que no ama lo suficiente a los demás, o que no hace mucho por los pobres... Pero no parece que a eso lo podamos llamar propiamente «pecado» porque falta la voluntad, la conciencia, la intención de hacer el mal. Como también podemos reconocemos limitados, débiles, con fallos, etc. Pero Jesús no se refiere a todas estas cosas como pecados, aunque sí como urgentes llamadas a la conversión.

En la misa hay numerosas referencias a nuestra condición pecadora... el Yo confieso, el perdónanos nuestras ofensas, el no soy digno de que entres en mi casa, el cordero de Dios... ten piedad de nosotros... Pero en el fondo no nos consideramos propiamente pecadores, lo decimos un poco «inconscientemente».
Probablemente nuestro pecado más frecuente sea el del fariseo: Creernos en paz con Dios. Pensar que ya hacemos incluso más que lo suficiente. Porque «cumplimos» con los mínimos religiosos, e incluso vamos más allá. Se trata del pecado de la «mediocridad» o la tibieza, al conformarnos con que «ya hago bastante». O reducir la relación con Dios, el camino de la fe y la vida espiritual a un asunto exclusivamente de cumplimientos religiosos, donde la vida diaria, el hermano, la justicia, la misericordia, la generosidad, el agradecimiento, el cuidado de la creación, la construcción de la comunidad... se queden fuera.

O, teniendo en cuenta que hoy celebramos el DOMUND, la llamada al humilde testimonio personal del que hablaba San Pablo: «el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones».

En definitiva: humildes ante Dios, reconociendo nuestra verdad siempre limitada, el deseo de que nuestra oración nos ayude a crecer en el amor y en compromiso fraterno porque , «la oración del humilde atraviesa las nubes, y no desiste hasta que el Altísimo lo atiende, juzga a los justos y les hace justicia» (1 lectura).

Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

PENSAMIENTOS

 


sábado, 22 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

Pecadores, reflexionad, volved a vuestro corazón (Is 46,8)

Hay muchas cosas que a causa de la debilidad humana no logramos cumplir físicamente; pero, si verdaderamente lo queremos, con la inspiración de Dios, podemos encontrar el amor en nuestro corazón. Existen a veces muchas cosas que no logramos sacar de nuestro granero, de nuestra cueva o de nuestra bodega, pero no tenemos excusa cuando se trata de nuestro corazón...No nos dicen: " Id hasta Oriente, y buscad el amor; navegad hacia Occidente y encontrareis el amor". No, nos ordenan regresar al interior de nuestro corazón, de donde la cólera nos hace salir a menudo. Así como lo dice el profeta: "Pecadores, reflexionad, regresad a vuestro corazón" (Is 46,8).

No es en países lejanos donde se encuentra lo que el Señor nos pide; nos envía al interior de nosotros mismos, a nuestro corazón, porque ha colocado en nosotros lo que nos pide. La caridad perfecta no es otra que la buena voluntad del alma; a propósito de esta, los ángeles proclamaron a los pastores: "Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad" (Lc 2,14 tipos de Vulg)... Trabajemos pues con todas nuestras fuerzas, con la ayuda de Dios, para concederle el primer puesto, en nuestra alma, a la bondad más que a la maldad, a la paciencia más que a la cólera, a la benevolencia más que a la envidia, a la humildad más que al orgullo. En fin, que la dulzura de la caridad tome de tal manera posesión de nuestro corazón, que ya no quede sitio en él para la amargura del odio.



San Cesáreo de Arlés (470-543)
monje y obispo
Sermón 37, 1; SC 243

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 13,1-9


Evangelio según San Lucas 13,1-9
En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios.

El les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás?

Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.

¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?

Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera".

Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró.

Dijo entonces al viñador: 'Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?'.

Pero él respondió: 'Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré.

Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás'".


RESONAR DE LA PALABRA

Dividiendo

Jesús advierte a sus oyentes sobre el peligro de dividir a las personas en categorías mutuamente excluyentes de buenos y malos. Ni los galileos asesinados por Pilato ni los dieciocho aplastados bajo la torre de Siloé eran peores o más pecadores que nadie. Ninguno de nosotros es totalmente malo o totalmente bueno; todos somos matices de gris, con diversos grados de bondad y maldad en nosotros. Por desgracia, todavía practicamos esta división primitiva en nuestras interacciones con la gente. Es más fácil navegar por un mundo en el que podemos etiquetar claramente a las personas, ya sean nuestros vecinos o los líderes políticos. Sin embargo, Jesús nos invita a ponernos las gafas del Evangelio y a mirar el potencial positivo de las personas que actualmente pueden ser improductivas o contraproducentes, como el jardinero de la parábola, que ve positivamente el potencial de la higuera actualmente improductiva y está dispuesto a arriesgarse a darle otra oportunidad y a trabajar para ayudar al árbol a realizar su potencial.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

viernes, 21 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

Leer en la realidad actual los signos de los tiempos

Cada vez que intentamos leer en la realidad actual los signos de los tiempos, es conveniente escuchar a los jóvenes y a los ancianos. Ambos son la esperanza de los pueblos. Los ancianos aportan la memoria y la sabiduría de la experiencia, que invita a no repetir tontamente los mismos errores del pasado. Los jóvenes nos llaman a despertar y acrecentar la esperanza, porque llevan en sí las nuevas tendencias de la humanidad y nos abren al futuro, de manera que no nos quedemos anclados en la nostalgia de estructuras y costumbres que ya no son cauces de vida en el mundo actual.

Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada. ¡No nos dejemos robar la fuerza misionera!



Papa Francisco
Exhortación apostólica “Evangelii Gaudium / La alegría del Evangelio” § 108-109 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 12,54-59


Evangelio según San Lucas 12,54-59
Jesús dijo a la multitud:

"Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede.

Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.

¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?

¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?

Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel.

Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo."


RESONAR DE LA PALABRA

Paradoja humana

Vivimos en un mundo inimaginable hace unas décadas, gracias a los avances radicales y fulgurantes de la ciencia y la tecnología. Disponemos de mecanismos asombrosos para detectar supernovas en el espacio exterior y predecir la posibilidad e intensidad de muchas catástrofes terrestres. Sin embargo, cuando se trata de convivir como comunidades humanas pacíficas, no aprendemos de nuestros errores y fracasos pasados. Incluso cuando sabemos que en la guerra no hay vencedores, seguimos gastando millones de dólares en preparación militar, dinero que podría utilizarse para erradicar el hambre en el mundo. Además, cuando se trata de discernir los asuntos del espíritu, vivimos negando la existencia de Dios o vivimos como si nuestra vida terrenal fuera a ser eterna, sin acumular tesoros en el cielo. Jesús pide un mejor discernimiento hoy.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

jueves, 20 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

«El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre... recibirá cien veces más» (Mt 19,29)

«¿Pensáis que he venido a traer la paz al mundo? No, sino la división. En adelante una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres...» En casi todos los pasjes del Evangelio el sentido espiritual juega un papel imporante; pero sobre todo en este pasaje es necesario buscar la profundidad espiritual en el entramado del sentido a fin de que no sea repelido por la dureza de una explicación simplista... ¿Cómo él mismo dice: «Mi paz os doy, mi paz os dejo» (Jn 14,27) si vino a separar los padres de sus hijos, los hijos de sus padres, rompiendo los lazos que los unen? ¿Cómo puede ser llamado «maldito el que honra a su padre» (Dt 27,16), y fervoroso si le abandona?

Si comprendemos que la religión està en primer lugar y la piedad filial en segundo, veremos que esta cuestión queda iluminada; en efecto, es preciso que lo humano dé paso a lo divino. Porque si tenemos deberes para con nuestros padres, ¡cuánto más con el Padre de los padres a quien debemos estar agradecidos por el don de nuestros padres!... No dice, pues, que hayamos de renunciar a los que amamos, sino que Dios sea preferido a todos. Por otra parte encontramos en otro libro: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí» (Mt 10,37). No te está prohibido amar a tus padres, per sí preferirlos a Dios. Porque las relaciones naturales son beneficios del Señor, y nadie debe amar a los beneficios recibidos más que a Dios que preserva los bienes que da.



San Ambrosio (c. 340-397)
obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al evangelio de Lucas, 7, 134

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 12,49-53


Evangelio según San Lucas 12,49-53
Jesús dijo a sus discípulos:

"Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!

Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!

¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.

De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres:

el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".


RESONAR DE LA PALABRA

Estar en llamas

San Antonio María Claret, fundador de la congregación de los Hijos Misioneros del Corazón Inmaculado (claretianos), dio una definición en la que quería que crecieran sus hijos espirituales. Comienza así: "Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y difunde sus llamas por donde quiera que vaya. Desea poderosamente y se esfuerza por todos los medios posibles en incendiar a todos con el amor de Dios....". Este es el tipo de fuego con el que Jesús desea encender el mundo. Y este fuego produce dos resultados: nos hace arder de amor a Dios y de caridad a nuestros semejantes. Este fuego sólo es posible cuando comprendemos "la anchura, la longitud, la altura y la profundidad" del amor que Cristo nos tiene, como recuerda Pablo a los efesios. Cuando esto ocurre, Dios se convierte en nuestra prioridad, por encima de todas las relaciones humanas. Esta comprensión y este fuego no son obra nuestra; es el don del Espíritu, por el que debemos rezar incesantemente.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

miércoles, 19 de octubre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

“Vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón” (1Tes 5,4)

"Israel, prepárate al encuentro del Señor, que viene"(cf Am 4,12). Y vosotros también, hermanos míos, "estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que menos penséis".Nada más seguro que su llegada, pero también nada más incierto que el momento de esta llegada. En efecto, nos incumbe tan poco conocer los tiempos o los momentos que el Padre, en su omnipotencia, ha fijado, que hasta los mismos ángeles que lo rodean, desconocen el día y la hora (Hch. 1,7; Mt 24,36). Es cierto que nuestro último día llegará; pero cuándo, dónde y cómo, nos es muy incierto; solo sabemos lo que les dijo a nuestros antepasados, que "ante los ancianos está en el umbral, mientras que ante los jóvenes se mantiene al acecho" (Bernardo)...

No haría falta que este día nos cogiera de improviso, sin preparar, como un ladrón durante la noche... Que el temor, estando alerta, nos mantenga siempre preparados, hasta que la seguridad suceda al temor, y no el temor a la seguridad."Estaré vigilante, dice el Sabio, con el fin de guardarme de toda culpa"(Sal. 17,24), no pudiendo evitar la muerte. Sabe, en efecto, que "el justo, aunque muera prematuramente, encontrará el descanso" (Sb 4,7); mucho más, triunfarán de la muerte, aquellos que no fueron esclavos del pecado durante su vida. Qué bello es, hermanos míos, qué felicidad, no sólo estar fuera de peligro ante la muerte, sino además triunfar con gloria, fuerte testimonio de su conciencia.



Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157)
abad cisterciense
Sermón 3º para Adviento, 1; SC 166

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 12,39-48


Evangelio según San Lucas 12,39-48
Jesús dijo a sus discípulos: "Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.

Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".

Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".

El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?

¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!

Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.

Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse,

su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.

El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.

Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más."


RESONAR DE LA PALABRA

Mayor responsabilidad

La Iglesia católica es una entidad que ha recibido y sigue recibiendo muchas críticas y golpes. Tomemos el caso del tema de los abusos sexuales. Incluso cuando las investigaciones muestran que la prevalencia de los abusos sexuales es la menor entre el clero católico en comparación con otras empresas públicas y privadas, el mundo es el que más se enfada con la Iglesia, ¡y con razón! Porque, como señala hoy Jesús, se exigirá mucho al que ha recibido mucho. Dada la gran responsabilidad de liderazgo espiritual y moral que se le ha confiado a la Iglesia y la gracia que se le ha concedido para ello, se espera una mayor responsabilidad de ella y de sus ministros. Como se dice, la mujer del César debe estar por encima de toda sospecha. La Iglesia, al ser la esposa de Cristo, debe estar a la altura de éste. Esto se aplica no sólo en el ámbito afectivo, sino en todos los ámbitos de intervención; y esto se aplica no sólo al clero, sino a todo cristiano. Porque cada uno de nosotros ha recibido gracia sobre gracia.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA