La mirada denuncia lo que busca el corazón
Nuestra meditación de la Palabra de Dios en este mes, es del Evangelio de San Lucas 11, 33-36. Es un texto bien corto, podemos leerla varias veces e ir destacando lo que más nos llama la atención. ¡Que nuestra lectura sea seguida de un buen momento de silencio para escuchar lo que Dios habla a nuestro corazón! ¡Haz la experiencia de dejar a esta Palabra crecer dentro de ti!.
La lámpara, que es puesta en alto, sirve siempre para ayudarnos a ver mejor, y el texto bíblico afirma que “la lámpara que ilumina el cuerpo es el ojo”. El ojo es el órgano de la visión, que nos ayuda en la orientación y contemplación de lo que está a nuestro alrededor. Nuestra mirada es también, de una forma muy inmediata y superficial, una primera instancia de evaluación.
Basta posar nuestros ojos en alguna situación o en alguna persona y nuestra mirada ya deja algún tipo de impresión positiva o negativa de la realidad o de la persona. Es verdad que ese juicio, por la apariencia, es superficial e incompleto, y abre brecha a muchos otros juicios equivocados sobre personas y realidades.
La Palabra dice: “Si tu ojo está límpio, estarás todo lleno de luz; pero si tu ojo es malo, quedarás todo en la oscuridad”, por eso necesitamos “examinar” la forma como estamos mirando para la realidad y para las personas que nos rodean.
Si mis ojos solo buscan defectos y errores, eso será lo que siempre voy ver en las personas; por otro lado, si mis ojos buscan lo que es bueno y correcto, siempre conseguiré ver más allá de los errores y defectos: aquello que es lo bueno y mejor que las personas y realidades tienen para ofrecer.
En la convivencia social y familiar, la forma como miramos a las personas y las realidades acaba por denunciar aquello que busca nuestro corazón. Quien vive viendo los defectos y los errores de todos deja muy claro que eso es lo que busca en su corazón, parece que se alimenta por la constante necesidad de ver las fallas de los demás. Las personas que viven así, viven envueltas en tinieblas y llevan esa oscuridad por donde pasan.
Por otro lado, existen también las personas que motivadas por un corazón que busca el bien y la verdad, consiguen traspasar lo que los ojos ven, por eso consiguen romper con el juicio inmediato que la realidad les muestra y son capaces de ver la belleza y la verdad de cada persona y situación.
Cuando los ojos de una persona se vician en ver solo los errores, genera una dificultad de convivir con los demás muy grande. Personas que piensan negativo, rencorosas y tristes, que generan confusión por donde pasan. La sanación de esa forma de ver la vida y las personas, es una verdadera liberación para ella y para quien vive con las personas así.
Somos invitados para examinar nuestra forma de mirar el mundo y las personas, dejando que la luz verdadera de Cristo brille por medio de nuestros ojos y ilumine todo nuestro ser.
Debemos superar la realidad inmediata que captamos con nuestra mirada y someter todo a la Luz de Cristo. Donde se detiene nuestra mirada siempre revela lo que buscamos para llenar el corazón. Esto puede ayudarnos a cambiar un poco la forma como hemos mirado a las personas y la realidad donde estamos inmersos.
Padre Fabricio
Miembro de la Comunidad Canción Nueva
Miembro de la Comunidad Canción Nueva
Traducción: Thaís Rufino de Azevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario