Estamos
viviendo éste campamento “Quién como Dios” también para reflexionar sobre los
ángeles. Pero volvamos al tema de ayer, que será la introducción para el tema
de hoy. Si acompañaste la predicación recuerdas que Jesús cura un ciego de
nacimiento y él comienza entonces a vivir muchos desafíos. Aquel hombre fue
cuestionado por los legalistas, porque Jesús lo curó un día sábado. Y el ciego
respondió: “Mira si Jesús es pecador yo no
sé, sólo sé que Jesús me curó”
Como ese ciego,
así sucede con nosotros.
A partir del
momento en que el Señor entra en nuestra vida, pasamos a ser hombres y mujeres
de visión espiritual.
A partir de
entonces somos llamados a ser testimonio de Dios, podemos pasar a ser hombres
de visión, la visión de Dios.
Dios quiere
eso para nosotros, que tengamos visión sobrenatural.
Pero el
enemigo de Dios no quiere eso.
El no quiere
que abramos los ojos para las realidades espirituales.
Aquí, en la
comunidad “Canción Nueva” vivimos muchas luchas constantemente. Estamos siempre
en una batalla espiritual.
Y nosotros
no tenemos miedo de la batalla espiritual.
Ya somos
vencedores, porque somos parte del ejército de Dios vivo. Y porque el Señor
camina al frente, podemos decir que somos mucho más que vencedores. Por eso los
cristianos precisamos revestirnos de la armadura
de Dios, que Pablo cita en su carta a los Efesios.
Mira: esa batalla espiritual solo puede
ser vencida con armas espirituales.
Solamente
tomando posesión de las armas espirituales es que vamos a vencer: “El Señor
lucha con nosotros!”
El hombre de
visión espiritual es el hombre que permite que Dios mire a través de él. Y como
Dios ve a través de él, ése hombre comienza a ver todo diferente.
La lucha no
es entre esposo o esposa.
No es una lucha
contra hijo o hija. No!
Nuestra
lucha es contra la fuerza del mal esparcida por los aires.
Dios es
maravilloso porque El siempre viene en nuestro auxilio.
Presta
atención a la cita del libro del Exodo 23,20:
“Mandaré un ángel a tu frente para que te
guarde por el camino y te introduzca en el lugar que yo preparé”
Dios envía
sus ángeles para ayudarnos en la vida con Dios:
“La
existencia de los seres espirituales, no-corporales, que la Sagrada Escritura
llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de las
Escrituras al respecto es tan claro cuanto la unanimidad de la Tradición”.
La iglesia
nos enseña que los ángeles son nuestros
compañeros espirituales. Imagina que tienes un amigo del alma y ese amigo
del alma no tiene ninguna falla. No tiene defecto, solo tiene virtudes.
Ahora
imagina ser amigo del ángel, alguien de quien el catecismo nos dice en su
número 330:
“330 – En
cuanto a las criaturas puramente espirituales, son dotados de inteligencia y
voluntad: son criaturas personales (169) e inmortales (170). Exceden en
perfección a todas las criaturas visibles. El esplendor de su gloria así lo
atestigua (171)”
Los ángeles, mis hermanos, realizan la voluntad de
Dios. Ellos viven la existencia para realizar la voluntad de Dios. Jesús es el
centro del mundo angélico. El ángel es el ejecutor de la voluntad de Dios.
Y Dios
colocó algo en nosotros que se llama “libre arbitrio”.
El ángel es
aquel que va tomado de la luz de Dios para que nosotros no tropecemos en alguna
piedra, como dice el salmo 90. La belleza del ángel que Dios colocó a nuestro
lado, está en ésa protección que él ejerce sobre nosotros. Quiero recomendar un
libro del padre Jonás para que profundices el conocimiento sobre los ángeles de
Dios.
Discúlpame
por hablar de éste modo: dejemos de ser tontos!
¡No sabemos
aprovechar esa gracia que está a nuestro lado, los ángeles que el Señor colocó
para ayudarnos a ir para el cielo!.
Ellos saben
el camino.
Debemos
seguir el camino indicado por Dios a través de los ángeles.
El ángel es
ese amigo del alma que queda a nuestro lado para fortalecernos en santidad. En el
mundo espiritual, en el combate sobrenatural precisamos contar con los ángeles.
Dios confió
un ángel para cuidar de las naciones, de las ciudades, de tu familia.
Precisamos tener una postura actuante pues está en la Palabra de Dios, en el
catecismo de la Iglesia esa realidad de los ángeles. Deseo que hagas la
experiencia en éste encuentro con tu ángel de la guarda.
Dios colocó
un ángel a tu lado para cuidarte.
LAS 7 FUNCIONES DE LOS ANGELES DE LA GUARDA
- Liberarnos de los peligros que amenazan nuestro cuerpo y nuestra
alma, apartar de nosotros las causas exteriores o inspiraciones y
pensamientos, aún cuando no sospechamos los riesgos que representan.
- Estimularnos a hacer el bien y evitar el mal;
- Detener los demonios, disminuir la gravedad de sus tentaciones y
el número de los pensamientos malos que ellos inspiran o las ocasiones de
pecado que provocan;
- Presentar nuestras oraciones a Dios;
- Orar por nosotros;
- Algunas veces infligirnos penas para castigar nuestros pecados y
corregirnos, haciéndonos sentir las dolorosas consecuencias, y también
para darnos ocasión de ejercitar la virtud y aumentar nuestros méritos;
- En el momento de nuestra muerte, conducir nuestra alma al cielo,
si ella no tuviese ninguna mancha, o al purgatorio, si es preciso pasar
por él para purificarla y visitarla para consolarla.
Reza conmigo:
“Santo Ángel
del Señor, mi celoso guardián. Si a vos me confió la piedad divina siempre me
rija, me guarde, me gobierne, me ilumine… Amén”
¡No desistas! Dios coloco un ángel a
nuestro lado!
Alexandre Oliveira
fuente: Portal Cançao Nova - campamento "Quién como Dios"
traducción Miguel Yunges
setiembre 2012
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