
1ª. Para ser felices debemos reaccionar contra la tendencia al mínimo esfuerzo y no preocuparse por la búsqueda de la perfección interior, tanto intelectual, artística o moralmente (centrase);
2ª. Debemos reaccionar contra el egoísmo que nos encierra en nosotros mismos o que coloca a los demás bajo nuestro dominio (descentrase);
3ª. Debemos implicar el interés final de nuestras existencias con la marcha y el éxito del Mundo que nos rodea, es decir, transferir el polo de nuestra existencia a algo mayor que nosotros mismos y así, con esta conciencia, hacer lo mejor posible las pequeñas cosas (adorar). Llegados a este punto P. TEILHARD DE CHARDIN afirma:”La mística cristiana no cesa de empujar siempre más lejos sus perspectivas de un Dios personal; no sólo creador, sino también animador y totalizador de un Universo que Él conduce hacia sí a través del juego de todas las fuerzas que reagrupamos bajo el nombre de Evolución” (, PPC. Madrid 1997,87).
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