Al bajar del monte, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?".El respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas;pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre".Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.
RESONAR DE LA PALABRA
Queridos amigos:
Dios nos restaura. ¡Qué buena noticia! Nos restaura sin forzar nada, sin violentarnos lo más mínimo. Sólo haciendo brillar su rostro sobre nosotros. Es una escuela de renovación y restauración. Ya contemplábamos el otro día que Dios lo hace todo nuevo, ¿no lo veis? Pero hoy da un paso más: además, te restaura.
Se nos invita también a nosotros a renovar desde aquí, desde la luz. Como Elías en el evangelio. Como Juan Bautista. Esta vez no se trata de hacer caer fuego y azufre sobre tanta imperfección y grietas como tenemos. Esta vez Dios renueva poniendo su Rostro cerca del nuestro. Como por contagio, por cercanía, por puro amor.
Y mi sensación es que a menudo no estamos preparados para tanta delicadeza y se nos escapa. No nos demos cuenta. No lo sabemos ver. Buscamos, preguntamos… como los discípulos en el evangelio de hoy. Y no vemos que la acción de Dios está aquí, que se hace presente cuando quiere, como quiere, a través de quien quiere.
Este Dios que nos quiere tanto que nos restaura, me recuerda una anécdota que leí sobre la gran poeta Gloria Fuertes. Cuando murió, al recoger sus cosas, encontraron una agenda donde decía: “en caso de accidente, avisar a Dios". Pues eso.
Nuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario