Quiero compartir con ustedes una historia que me enseñó mucho. Había dos hermanos, cada uno con una hacienda que recibieron en herencia y que estaban divididas por un río.
Los hermanos se convirtieron en enemigos durante mucho tiempo. Luego, uno de ellos contrató a un carpintero y le pidió construir una cerca muy alta para no ver la hacienda de su hermano.
El carpintero, sin embargo, construyó un puente que unía una hacienda con la otra. El hermano muy enojado con el puente, expulsó lejos al carpintero. Luego, los dos hermanos se encontraron en ese puente y vivieron una profunda reconciliación.
Llamaron de vuelta al carpintero para que trabajara con ellos, pues había hecho un bien enorme a los dos. Entonces, el carpintero les respondió: yo no puedo, porque aún tengo muchos puentes por construir en este mundo.
Lo que aprendí con esa historia es que necesito ser un hombre de fe. Trabajo para Dios y no puedo construir cercas, solamente puentes. Te invito a construir muchos puentes en el día de hoy.
Dios se pondrá muy alegre con nuestro servicio. Somos responsables por nuestras actitudes, palabras, acciones y todo lo que hacemos. Por eso, ¡seamos constructores de puentes!
Tu hermano
Wellington Jardim (Eto)
Cofundador de la Comunidad Canção Nova y administrador de la FJPII
Fuente: Publicación original en Portal Canción Nueva
Foto: Canción Nueva
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