«El amor es siempre fecundo, el amor a Dios siempre es fecundo y si te dejas tomar por el Señor y recibes los dones del Señor, podrás así darlos a los demás. El amor a Dios va siempre más allá. Pidamos hoy al Señor que nos ayude a vivir cada prueba sostenidos por la energía de la fe; y a ser sensibles con los numerosos náufragos de la historia que llegan a nuestras costas exhaustos, para que también nosotros los recibamos con ese amor fraterno que proviene del encuentro con Jesús. Esto es lo que nos salva del frío de la indiferencia y de la inhumanidad»
Francisco
Audiencia General
08-01-20
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