viernes, 24 de noviembre de 2023

COMPRENDIENDO LA PALABRA

El misterio de la persecución santifica a la Iglesia

Dios me ha revelado particularmente sus secretos y me ha dado a conocer cosas admirables. (…) Dios me explicó especialmente el misterio de la persecución que sufre ahora la santa Iglesia, su renovación, su exaltación en los tiempos a venir.

Para hacerme comprender que las circunstancias en las que se encuentra actualmente la Iglesia son permitidas para darle su esplendor, la Verdad suprema me citó dos palabras del santo Evangelio. Primero dijo “Es inevitable que el escándalo llegue al mundo”. Luego agregó “Pero desdichado el que causa el escándalo” (cf. Mt 18,7).Como si dijera que permite este tiempo de persecución para arrancar las espinas que rodean a su Esposa, pero no permite los pensamientos censurables de los hombres.

“¿Sabes lo que hago? Como cuando estaba en el mundo hice una fusta con cuerdas y expulsé a los vendedores del Templo, no queriendo que la morada de mi Padre deviniera una cueva de ladrones. Te digo que es ahora lo mismo. Hago una fusta con criaturas y con esa fusta expulso a los mercaderes impuros, avaros e hinchados de orgullo, que venden y compran los dones del Santo Espíritu”. En efecto, con la fusta de la persecución hecha con criaturas, nuestro Señor los expulsa y los arranca por la fuerza a la tribulación de su vida vergonzosa y desreglada. (…)

Del mal que hacen los malos cristianos persiguiendo a la Esposa de Cristo, va a nacer así el honor, la luz, el perfume de virtudes para esta Esposa. Eso era tan delicioso, que me parecía que no había comparación entre la ofensa y la bondad infinita que Dios testimoniaba a su Esposa. Me regocijé, temblaba de alegría y veía tan claramente ese tiempo a venir, que me parecía ya poseerlo y gustarlo. (…) Eran misterios tan grandes, que la lengua es incapaz de decirlos, el corazón incapaz de comprenderlos, y el ojo de verlos.


Santa Catalina de Siena (1347-1380)
terciaria dominica, doctora de la Iglesia, copatrona de Europa
Carta 133, a fray R. de Capua (Lettres I, Téqui, 1976), trad. sc©evangelizo.org

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