lunes, 29 de febrero de 2016

Enseñanza III Noche Cerco de la Misericordia



Les compartimos la Tercer enseñanza impartida por el p. Leonardo Mathieu en el marco del Cerco de la Misericordia


DAR POSADA AL PEREGRINO

Las palabras de Mt, 25,35: “Fui forastero y me hospedaron”, marcan toda la historia de Israel, en efecto, el huésped que pasa y pide el techo que le falta, recuerda a Israel su condición pasada de forastero y extranjero de paso sobre la tierra, tal como atestiguan estos textos:

33 Cuando un extranjero resida contigo en tu tierra, no lo molestarás. 34 El será para ustedes como uno de sus compatriotas y lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor, su Dios.” (Lv. 24,39)


13 Escucha, Señor, mi oración;
presta oído a mi clamor;
no seas insensible a mi llanto,
porque soy un huésped en tu casa,
un peregrino, lo mismo que mis padres. (Ps. 39, 13)

Este forastero tiene necesidad de ser acogido y tratado con amor, en nombre de Dios que lo ama (“Dios que ama al emigrante”: Dt. 10,18). Deberá ser defendido ante grandes dificultades (cf. Gn. 19,8:

Yo tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las traeré, y ustedes podrán hacer con ellas lo que mejor les parezca. Pero no hagan nada a esos hombres, ya que se han hospedado bajo mi techo».
         
No se dudará en molestar a amigos si no se tienen medios para ayudar a un forastero inesperado (cf Lc. 11,5).
Ejemplo de acogida generosa y religiosa son: Abraham, con los tres personajes en Mambré, paradigma de toda hospitalidad (cf, Gn. 18, 2-8); Job, que se gloría de ella (cf. Job 31,31-ss), y el mismo Cristo, que aprueba los cuidados que comporta (cf Lc. 7,44-46) y es acogido por los discípulos de Emaús, los cuales lo reconocen precisamente en la fracción del pan. (Lc. 24, 13-33). Todos estos gestos de acogida del forastero son manifestaciones concretas de la práctica de un amor no fingido, de la hospitalidad (cf Rom. 12,9-13).

Dentro de la tradición cristiana, sobresale la Regla de San Benito (s.V) que exhorta a los monjes a la hospitalidad con esta afirmación que recuerda Mt 25,40: “A todos los huéspedes que se presenten en el monasterio ha de acogérseles como a Cristo, porque él lo dirá un día: “Era peregrino y me hospedaste” (Regla 53,1).

También describe cómo los monjes deben relacionarse con los huéspedes: en el modo de saludar se debe mostrar gran humildad hacia todos los huéspedes que llegan o parten: con la cabeza inclinada o con todo el cuerpo postrado en tierra se adore a Cristo que es acogido en ellos. (Regla 53,6)


DAR POSADA AL PEREGRINO:
Hoy no es fácil abrir la puerta de la casa, cada vez más defendida. Son muchos los peregrinos que llaman a nuestra puerta: mendigos, transeúntes, extranjeros, refugiados, drogadictos… Toda una herida abierta, que exige soluciones no solo personales, sino estructurales. Acoge al que llama a la puerta de tu casa, pero no solo materialmente, sino cordialmente. Todo el que se acerca a ti, es un peregrino, que a lo mejor solo te pide una palabra, una sonrisa o una escucha.
CORREGIR AL QUE SE EQUIVOCA

Es una obra de misericordia inspirada en un texto clásico del Ev. De Mateo, cuando trata de los conflictos en el seno de la comunidad. En ese pasaje, el acento se desplaza desde el pensamiento jurídico hacia una perspectiva más eclesiológica y pastoral: Mt. 18, 15-17:

“Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o republicano.”

La cuestión de la corrección fraterna está presente en el N.T., y en su uso, se percibe un notable realismo. En este sentido, pues, conviene notar que la corrección debe realizarse no como un juicio, sino como un servicio de verdad y de amor al hermano, ya que se dirige al pecador no como un enemigo, sino como un hermano. (cf 2 Tes. 3,15), para poder obtener resultado de reconducir a la vida a un hermano que se estaba perdiendo (cf. Sant. 5, 19-ss).

Esta corrección fraterna se ejerce con firmeza (cf. Tito 1,13), pero sin asperezas (cf Ps 6,2), sin exacerbar o humillar al que es amonestado (cf. Ef. 6,4); un joven la puede realizar hacia un anciano, pero con conciencia de su condición (cf 1Tim. 5,1). Es verdad, además, que “ninguna corrección resulta agradable en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los que han sido ejercitados en ella” (Heb. 12,11).

La corrección fraterna exige discernimiento: escoger el momento oportuno; ejercerla de forma que crezca y que no disminuya la estima que el hermano tiene de si mismo; evitar que sea la única manera con la cual uno se relacione con aquel hermano; ejercerla sobre cosas verdaderamente esenciales; tender a liberar y no tanto a juzgar y condenar; corregir sabiendo que uno es también pecador y necesitado de corrección. Si todo esto acontece, la corrección fraterna que sugiere esta obra de Misericordia, podrá dar fruto de paz y bendición.

CORREGIR AL QUE YERRA: 
También la “corrección fraterna” es una obra de misericordia, pero cuando se hace desde la humildad y desde el amor. Desde la humildad, reconociendo que nosotros también nos equivocamos. No queremos sacar la paja del ojo ajeno, sino darnos cuenta de nuestra viga. Desde el amor, no para herir al hermano sino para salvarle. Y hacerlo además cariñosa, delicada y simpáticamente. 

La Cuaresma conduce al Bautismo

San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia 
De los sacramentos, 1
La Cuaresma conduce al bautismo

     Te has acercado, has visto la fuente bautismal, has visto también al obispo cerca de la fuente. Y sin duda que ha venido a tu alma el mismo pensamiento que se insinuó en el de Naaman, el Sirio. Porque, aunque se vio purificado, sin embargo le entró la duda... Me temo que alguno haya dicho: «¿Sólo esto?». Sí, verdaderamente esto es todo; aquí hay toda inocencia, toda piedad, toda gracia, toda santidad. Tú has visto sólo lo que puedes ver con los ojos de tu cuerpo...; lo que no ves es mucho más grande...; porque lo que no se ve es eterno... ¿Hay algo más sorprendente que la travesía del Mar Rojo por los Israelitas, para no hablar ahora más que del bautismo? Y, sin embargo, todos los que lo atravesaron murieron en el desierto. Por el contrario, el que atraviesa la fuente bautismal, es decir, el que pasa de los bienes terrestres a los del cielo..., no muere sino que resucita.

     Naamán era un leproso...   A su llegada el profeta le dijo: «Ves, baja al Jordán, báñate en él y te curarás». Se puso a pensar para sus adentros y se dijo: «¿Sólo esto? He venido desde Siria hasta Judea y me dice: Ves, baja al Jordán, báñate en él y te curarás. ¡Como si en mi país no hubiera ríos mucho mejores!» Sus servidores le dijeron: «Señor, ¿por qué no haces lo que te ha dicho el profeta? Es mejor que lo hagas y pruebes» Entonces se fue al Jordán, se bañó y salió curado.

     ¿Qué significa todo esto? Has visto agua, pero no toda agua sana; por el contrario, el agua que tiene la gracia de Cristo, cura. Hay una diferencia entre el elemento y la santificación, entre el acto y la eficacia. El acto se realiza con el agua, pero la eficacia viene del Espíritu Santo. El agua no sana si el Espíritu no hubiera descendido y consagrado esta agua. Has leído que cuando nuestro Señor Jesucristo instituyó el rito del bautismo, se llegó a Juan y éste le dijo: «Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?» (Mt 3,14)... Cristo bajó; Juan que bautizaba estaba a su lado; y he aquí que, en forma como de paloma, bajó el Espíritu Santo... ¿Por qué Cristo bajó el primero y después el Espíritu Santo? ¿Por qué razón? Porque no parezca que el Señor tiene necesidad del sacramento de la santificación: es él quien santifica, y es también el Espíritu el que santifica.

RESONAR DE LA PALABRA - 29 FEB 2016

Evangelio según San Lucas 4,24-30. 
Cuando Jesús llegó a Nazaret, dijo a la multitud en la sinagoga: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio". Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino. 



RESONAR DE LA PALABRA
Carlos Latorre, cmf
Buenos días, amigos!

Hemos entrado en el corazón de la Cuaresma de este Año del Jubileo de la Misericordia. Vivir el Jubileo llevará a todos los cristianos a una renovación muy profunda. No dejemos pasar vacío este tiempo de bendición, que tanto bien puede hacer a los cristianos y a los que no lo son.

Las lecturas bíblicas de hoy presentan a Dios actuando más allá de los límites de su pueblo Israel. Es imposible poner fronteras a un Dios que es Padre de todas las  razas y pueblos. Así el libro de los Reyes en el Antiguo Testamento nos habla de Nahamán, un hombre rico y poderoso, pero enfermo de lepra de la que nadie era capaz de curarle. Por medio de una esclava israelita se entera de que puede ser sanado de su lepra, si visita al hombre de Dios que hay en su patria, Israel. Entonces pide al rey sirio que solicite al rey de Israel que cure a Nahamán.

La salud y la enfermedad no respetan razas ni fronteras ni religiones ni cargos importantes. Sólo Dios puede curar. Y así entra en escena Eliseo, que ante los grandes y encumbrados de esta tierra, subraya la soberanía absoluta de Dios.

Miremos ahora a Jesús en la sinagoga de Nazaret en medio de sus paisanos recordando a un Dios Padre de todos los que confían en Él. El Espíritu Santo que guía a Jesús y la palabra del profeta Isaías son como la chispa que enciende el fuego de la misión de Jesús fuera de su pequeño pueblo.

Lucas pone en esta primera escena de la vida pública de Jesús el rechazo del pueblo judío contra él: un rechazo que culminará con la muerte en la cruz. Así, lo que comenzó siendo simpatía y admiración, se cambia en hostilidad. Desprecian a Jesús porque solamente es el hijo de José y no ha tenido maestros que puedan garantizar su conocimiento de la biblia. El odio contra Jesús crece y sus paisanos intentan eliminarlo tirándolo por un barranco, “pero él, abriéndose paso entre ellos, se marchó”. En este gesto hay como un anticipo de su resurrección.

Jesús recuerda a sus paisanos que Dios ofrece la salvación a todos los hombres. Y  para confirmar esta enseñanza recuerda que Elías y Eliseo realizaron milagros entre personas que no pertenecían al pueblo de Israel y lograron entre ellos mejores frutos de conversión.

No somos propietarios de Dios, sino sus humildes servidores, por eso el cristiano no se avergüenza de arrodillarse ante Él y dar una mano a su prójimo sin mirar el color de su piel.

Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre
Misionero claretiano
comentario publicado en Ciudad Redonda

Buen día, Espíritu Santo

Señor y Dios mío,
al despertar recuerdo que eres el Dios de la Alianza,

que todo aquel que en Ti se ha puesto su esperanza,
nunca fue defraudado;
Tú eres el Dios de las promesas cumplidas;
el Dios que mantiene Su Palabra;
el Dios que consuela a la viuda,
que sacia toda hambre de justicia, de paz y de dignidad;
aquí, cuando el día ya comenzó a rodar, pido y clamo Tu Espíritu Santo.
Que Él me otorgue la gracia de cumplir tus mandatos y decretos.
Que Él me ayude a guardarlos y acogerlos.
Que Él los grabe a Fuego en la piedra de mi corazón,
Que encienda y apasione mi corazón de amor por Ti.
Qué Su presencia viva dentro de mi me dé discernimiento
para que, escogiendo siempre Tus caminos, sea osado y prudente;
para que escuchando Tu Voz,
tenga labios, mente y corazón de profeta;
para que contemplando Tu Corazón,
aprenda el don de ser misericordia con el otro.
¡Aquí estoy!
dime, ¿Qué podemos hacer juntos hoy?



domingo, 28 de febrero de 2016

NO TE QUEDES DENTRO DE TU PROBLEMA



Tenemos la terrible tendencia de centrarnos en nosotros mismos, principalmente cuando sufrimos, y solemos quedarnos rumiando en nuestro dolor. Es un ir y venir, un juego, entre nuestra cabeza y nuestras emociones. Las personas irritables acaban irritando todo a su alrededor. Por eso, Dios Padre quiere curarnos de ese problema.
Es preciso recurrir al Señor.
No podemos quedarnos en nosotros mismos.
Tenemos que ser humildes y reconocer que no tenemos capacidad de resolver nuestros problemas solos
¡Vayamos al Señor!
Tenemos la tendencia a decir: “Yo aguanto”, “Yo voy a aguantar!”, ¡Mentira!, No se aguanta ni en la cabeza ni en el corazón.
Grita al Señor, vé al Señor.
No te quedes dentro de ti, dentro del problema, en el dolor, en la enfermedad.


Para nuestro inconsciente los problemas del pasado están en el presente.
Es preciso –disculpa la expresión- “vomitar” todo eso.
No podemos guardarnos los dolores.
Sino quedaremos como aquel hombre tullido del Evangelio.
Dios te Bendice!

Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canción Nueva.
Fuente: Portal www.cancaonova.comTraducción y adaptación del português

Meditación: Lucas 13, 1-9


Los judíos le pidieron a Jesús que explicara dos desastres sucedidos en el país. Según se decía, los soldados romanos habían dado muerte a unos galileos que ofrecían sacrificios en el templo en Jerusalén y más tarde habían mezclado la sangre de estos hombres con la de los animales sacrificados. El segundo desastre fue un accidente de construcción ocurrido en Siloé. Jesús no rechazó la idea de que pudiese haber una relación entre el pecado y la calamidad, pero sí negó que la calamidad representara la gravedad de los pecados cometidos.
Una vida apacible y saludable o el desastre no son buenos indicadores de la condición espiritual de nadie (Mateo 5, 45); en realidad, quienes no se hayan arrepentido de sus pecados son los que serán juzgados con más severidad. Jesús siempre nos perdona, por muy graves que sean nuestras faltas, porque siempre nos da la posibilidad de acogernos a su divina misericordia con humildad y con un corazón contrito para recibir perdón y reconciliación.
El pecado tiene un efecto tan devastador que nos separa de Dios; por eso fue que Jesús vino a sufrir y morir, para librarnos de la condenación. San Pablo escribió a los romanos: “¿Por qué desprecias la bondad inagotable de Dios, su paciencia y su comprensión, y no te das cuenta de que esa misma bondad es la que te impulsa al arrepentimiento? Pues por la dureza de tu corazón empedernido, vas acumulando castigos para el día del castigo” (Romanos 2, 4-5).
La parábola de la higuera (Lucas 13, 6-9) representa la compasión de Dios y es una señal de que el Señor está retrasando su juicio, a fin de que nos arrepintamos y evitemos las consecuencias del pecado. Podemos, pues, regocijarnos a pesar de la gravedad de las faltas cometidas, pero no debemos jamás posponer la hora de la reconciliación con Dios.
“Dios mío, me arrepiento de todos mis pecados. Me propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, no volver a pecar y evitar lo que me conduce al pecado.”
fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros

Buen día, Espíritu Santo

¡Buen día, Espíritu Santo!
Confiado comienzo el día porque sé que vives en mi.
En la debilidad Tú me haces fuerte.
En la tribulación tu Mano me sustenta.
Vuelve tu mirada sobre aquellos que,
desanimados por las pruebas,
sienten el peso de desolación.
Que la tristeza no les haga sentirse incapaces
de enfrentar toda batalla.
Gracias por enviarnos tus ángeles,
que ellos estén en todos nuestros caminos.
¡Amén!



Comprendiendo La Palabra

San Nersès Snorhali (1102-1173), patriarca armenio 
Jesús, Hijo único del Padre §677-679; SC 203
«Quizá dará fruto en el futuro»

No me maldigas como a la higuera (cf Mt 21,19),
aunque me parezco al árbol estéril,
por miedo a que el follaje de la fe,
sea desecado con el fruto de mis obras.
Mas fíjame en el bien,
como el sarmiento sobre la vid santa,
del que se ocupa tu Padre celestial (Jn 15,2)
y que hace fructificar el Espíritu por el crecimiento.
Y el árbol que soy, estéril en frutos sabrosos,
pero fecundo en frutos amargos,
no lo arranques de tu viñedo,
pero cámbialo, cavando en el estiércol.

RESONAR DE LA PALABRA - 28 FEB 2016

Evangelio según San Lucas 13,1-9. 
En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera". Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: 'Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?'. Pero él respondió: 'Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás'". 

RESONAR DE LA PALABRA
Julio César Rioja, cmf
Queridos hermanos:

Moisés está en el desierto, se halla fugado por defender a un compañero maltratado, allí es donde se le aparece Dios y le encomienda uno de los acontecimientos más impresionantes de la historia: la salida de Egipto. Dios se le presenta en la zarza ardiendo y le propone un proceso: “Quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado”. Quítate las seguridades falsas, despréndete de muchas cosas para entrar en la Vida que es sagrada y no necesita el añadido de adjetivos (religiosa, cristiana, espiritual…), simplemente es la Vida.

Dios que es el Dios de la historia, de los padres, el Dios de Abraham, Isaac, Jacob; el Dios de la Vida: “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a liberarlos de los egipcios y sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel”. Separamos con frecuencia la fe de la vida, haciendo de Dios algo anticuado o del pasado, algo abstracto por eso Moisés pregunta: “Si ellos me preguntan cómo se llama este Dios, ¿qué les respondo? Dios dijo a Moisés: Yo soy el que soy. Esto dirás a los israelitas: Yo soy me envía a vosotros”.

Conocemos la liberación de Israel y los cuarenta años del desierto, pero si la gente nos pregunta cómo se llama nuestro Dios y qué es lo que hace hoy por nosotros ¿qué les respondemos? Esperemos que no sean ciertos conceptos, sino su forma de actuar y obrar hoy en medio de los hombres. Tenemos que tener claro que el Dios de nuestra fe está allí, donde el pueblo sufre y es explotado. Está en la vida diaria de los que nos sentimos prisioneros de este sistema, que a veces adoramos como un ídolo, en los que se sienten oprimidos, por tantos faraones que esclavizan a diferentes pueblos. Él nos envía como a Moisés, después de un proceso de conversión, para sacarlos y sacarnos de esa situación.

Como dirá Pablo en la segunda lectura: “Todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron de la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo”. Aquella historia de liberación, aquellos cuarenta años de desierto, son símbolo de la cuaresma, de el paso liberador de la muerte a la resurrección, de la Pascua. Cristo y el Evangelio son la respuesta, el “Yo soy”, que nos invita a transformar nuestras vidas, a entrar descalzos en el misterio de la vida.

El texto del Evangelio de este domingo supone un cambio de mentalidad, algunos piensan que las desgracias que ocurren es por ser pecadores o más culpables que otros. Jesús nos recuerda: “Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”. La parábola de la higuera estéril que nos cuenta a continuación, acentúa la misericordia  y la paciencia de Dios ante la pereza humana, pero aún nos deja tiempo: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás”. La cuaresma es tiempo de regar, arar, cultivar, abonar… (orar, celebrar, meditar…) y hacer presente la liberación allí donde está la vida: la familia, el trabajo, la oficina, la escuela, la parroquia, los vecinos, las instituciones públicas.

Termina la segunda lectura de hoy a los Corintios: “Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga”. Caminemos descalzos, ante la zarza ardiente de Dios, que es fuego y luz y en el terreno sagrado de la vida de los hermanos, sobre todo de los que sufren. Tendremos un largo camino que recorrer, para cambiarnos como Moisés, por dentro de nosotros mismos y prestemos sobre todo atención a los signos a través de los cuales en Señor habla.

Comentario publicado por Ciudad Redonda

Comprendiendo La Palabra

San Romano el Melódico (?-c. 560), compositor de himnos 
Himno 18, el Hijo Pródigo
“Tenemos que alegrarnos y hacer fiesta, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.” 
Lc 15,32

    El hijo mayor dice a su padre, encolerizado: “hace ya muchos años que te sirvo sin desobedecer jamás tus órdenes....pero llega ese hijo tuyo, ...y le matas el ternero cebado” (Lc 15, 28ss).

    Apenas oyó el padre hablar a su hijo de esta manera que le responde con dulzura: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.” –Escucha a tu padre, tú no estás separado de la Iglesia, tú estás siempre presente a mi lado, con todos los ángeles. Pero éste ha venido cubierto de vergüenza, desnudo y sin belleza, gritando: “Misericordia, porque he pecado, padre, y te suplico como culpable ante tu rostro. Trátame como uno de tus jornaleros y aliméntame, porque tu amas a los hombres, Señor y Amo de los siglos.-

    Tu hermana ha gritado: -Sálvame, padre santo!-... ¿Cómo no podía tener piedad, de no salvar a mi hijo que gime, que solloza?.... Júzgame tú, tú que me recriminas... Mi alegría, en todo momento, consiste en amar a los hombres...Son mis criaturas, ¿cómo no tener compasión? ¿Cómo no tener en cuenta su arrepentimiento? Mis entrañas engendraron a este hijo que acojo con entrañas de misericordia, yo, el Señor y Amo de los siglos.-

    “Así, pues, hijo mío, ¡alégrate con todos los invitados al banquete, y mezcla tus cantos al de todos los ángeles, porque tu hermano estaba perdido y ha sido encontrado, estaba muerto y ha vuelto a la vida.” Con estas palabras, el hijo mayor se dejó persuadir y cantó: “¡Gritad de gozo! Dichosos aquellos a quienes son perdonados los pecados y borradas sus culpas” (cf Sal 131,1). -Te alabo, Amigo de los hombres, tú que has salvado a mi hermano, tú el Señor y Amo de los siglos.-

RESONAR DE LA PALABRA

Evangelio según San Lucas 15,1-3.11-32. 
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de herencia que me corresponde'. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa. Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros'. Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo'. Pero el padre dijo a sus servidores: 'Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado'. Y comenzó la fiesta. El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso. El le respondió: 'Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'. El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!'. Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'". 

RESONAR DE LA PALABRA

viernes, 26 de febrero de 2016

CERCO DE LA MISERICORDIA - III Noche - Abrazar, acoger, perdonar es nuestra alegría


CERCO DE LA MISERICORDIA
COMUNIDAD PIEDRAS VIVAS
Parroquia San Miguel Arcángel


¡Paz y Bien, Familia!

Un nuevo viernes nos encuentra reunidos en el Nombre Santo de Jesús para vivir la “tercer noche” de lo que hemos llamado “Cerco de la Misericordia” Estamos ya encontrando el ritmo de los pasos a seguir, estamos percibiendo cómo caminar y hacia dónde caminamos.
¡Vamos hacia un Corazón abierto de Amor!
Nos dirigimos y nos sumergimos en unas Llagas de Infinita Misericordia!
Marchamos hacia unos Brazos Poderosos que, abiertos de par en par, nos aguardan para abrazarnos con ternura, serenamente, con vigor, llenos de perdón, desbordantes de alegría.

¿Van a vivir éste tiempo en Familia? ¿Sólo en Familia?
Esta noche estaremos meditando dos nuevas “obras de misericordia”.
Dar “posada” al peregrino.
Corregir al que está equivocado.

Les invitamos a efectuar ésta noche del Cerco mirando y buscando alrededor de ustedes, -familiar cercano, amigo, vecino, compañero de trabajo…- que, necesitado de “posada”, esté viviendo sin el abrigo de un abrazo.
Les “invitamos a invitar” para hacer esta TERCER NOCHE DE CERCO no solo un tiempo de encuentro con Jesús sino también una noche de encuentro con “los hermanos”.

Y como siempre sugerimos “preparar en el corazón del hogar” un espacio oracional.
Recuerden que somos un todo, una unidad, por eso, para que todo nuestro ser “comprenda desde lo más exterior” que éste momento es “especial” les invitamos a preparar con esmero un “espacio oracional”

Procuren hoy y siempre que en el centro del “altar familiar” LA PALABRA sea la que precida.

Busquen una vela, -Jesús es la Luz que todo lo penetra!- y que ella, encendida, les recuerde la presencia silenciosa de Él que arde de Amor por cada uno.
Sería oportuno disponer de un ícono de Jesús Misericordioso y no olviden tener a mano el Rosario;
Cuando lo exterior este listo, entren silenciosamente en ése lugar sellado con el agua bautismal… ¡nuestro sagrario interior!

¡Dios Bendiga este Cerco!
¡Lluvia de Gracias, querida Familia Piedras Vivas!


ABRAZAR, ACOGER, PERDONAR ES NUESTRA ALEGRIA!
Dar posada al peregrino.
Corregir al que se equivoca

G3

GUÍA Noche 3
BIENVENIDA

En nuestro hemisferio sur, la llamada “corriente del Niño”
Ha generado grandes y poderosas tormentas.
Asistimos impresionados a lluvias torrenciales pocas veces vista;
Nos sorprendemos con vientos huracanados,
Con portentosos estruendos en los cielos…
¡Cuantos fénomenos de otro orden,
-pero tan destructivos como ése “niño”,-
están tocando nuestros matrimonios, nuestras familias…
Cuantos fenómenos poderosos están destruyendo nuestro futuro,
Nuestros hijos.
En esta noche con olor a Hogar, a casa de familia,
queremos pedir a Dios Padre Misericordioso
Nos abrigue con su ABRAZO.
Necesitamos ser protegidos de las tormentosas noches de la vida.
Necesitamos del Abrazo tierno,
Del abrazo incondicional,
De Su abrazo de Padre Fiel.
        Llenos de esperanza
Como Familia en el Corazón de Dios, iniciemos esta noche
Alegrándonos con el canto…

CANTO
TE ABRO LAS PUERTAS DE MI CORAZÓN, TE DOY LIBRE ACCESO, SEÑOR!
TE ABRO LAS PUERTAS DE MI CORAZÓN, TE DOY LIBRE ACCESO, SEÑOR!
PUES CON TU BRAZO FUERTE, REALIZAS PRODIGIOS,
PUES CON TU BRAZO FUERTE, SENOR,
ME LEVANTAS DEL SUELO!



G3
PRESENTACIÓN DEL TEMA
1

Esta noche, queremos vivir la experiencia del ABRAZO.
Somos hombres y mujeres
necesitados, dolidos y adormecidos en áreas de nuestras vidas.
Somos hombres y mujeres necesitados del abrazo reparador de Jesús.
Los abrazos de Dios tienen ROSTROS CONCRETOS.
Los abrazos de Dios revisten formas variadas.
Los abrazos de Dios tienen sabor a TERNURA,
Son ABRAZOS que nos hablan de INCONDICIONALIDAD,
Hay ABRAZOS DE DIOS que son como los de papá: PROTEGEN,
Lo real es que Dios ABRAZA nuestras vidas.
Y Su ABRAZO CONTIENE TODO LO QUE NECESITAMOS.
En la noche vamos a contemplar una PARABOLA que RESUME EN UN ABRAZO TODOS LOS ABRAZOS,
Es la Parábola del HIJO PRODIGO.
Un Padre que ABRAZA CON TERNURA,
UN ABRAZO DE PADRE QUE NO CONDENA,
UN ABRAZO QUE CONTIENE,
UN ABRAZO DE PADRE QUE RESTAURA.
UN ABRAZO QUE PERDONA.
¿Oramos cantando?
CANTO
YO PENSÉ QUE PODÍA VIVIR, POR MI MISMO
YO PENSÉ QUE LAS COSAS DEL MUNDO, NO ME IRÍAN A DERRIBAR.
EL ORGULLO SE HIZO PARTE DE MI SER,
Y EL PECADO DEVASTO MI VIVIR.
DIJE, “PADRE, DAME TODO LO QUE ES MÍO”
LA PARTE QUE ME TOCA, POR HERENCIA”
FUI AL MUNDO, LO GASTÉ TODO. ME QUEDÓ SOLO PECADO.
AHORA SÉ QUE NADA TENGO. TODO ES DEL PADRE.
TODO ES DEL PADRE, TODA HONRA Y TODA GLORIA
DE ÉL ES LA VICTORIA, ALCANZADA EN MI VIDA.
TODO ES DEL PADRE,
SI SOY FRAGIL, PECADOR,
MAS FUERTE ES MI SEÑOR, QUE ME CURA POR AMOR.



G3
INVOCACION ESPIRITU SANTO
2


Padre del Cielo,
necesitamos y queremos ser FORTALECIDOS,
Te pedimos ESPÍRITU SANTO.
Te pedimos nos ENCIENDAS,
Te pedimos nos ABRACES FUERTE COM TU ESPÍRITU

¡Ven, ven, ven. Espíritu Santo!
TRANSFORMA MI VIDA, QUIERO RENACER,
QUIERO ABANDONARME EN TI SEÑOR,
SUMERGIRME EN TU RÍO DE AMOR,
DERRIBAR LAS BARRERAS QUE HAY EN MI CORAZÓN.

Nos persignamos diciendo:
+ ¡Abre, Señor mi mente!
+ ¡Abre, Señor, mis labios!
+ ¡Abre, Señor mi corazón;
Para que pueda recibir y anunciar Tu Palabra!

El Padre o Madre de Familia que preside:

Mis queridos,
El Corazón de Dios desborda de alegría por nosotros.
Somos una parte grande, importante del Cuerpo Vivo de Cristo.
Somos la porción que camina en éstas tierras.
Somos hijos de María de Guadalupe,
Estamos aquí esperando oír, ver, contemplar al Dios Vivo.
Tenemos la certeza que esto ASÍ SUCEDERÁ.
Así aconteció con los nuestros, con nuestros antepasados,
Con nuestros padres, con nuestros abuelos…
Un día el Dios Vivo que está en medio nuestro
les ha mirado a los ojos y los ha consagrado,
HOY QUIERE HACER LO MISMO CON NOSOTROS.
Abrazarnos y santificarnos.
¡que encontremos en la noche familiar aquello que nuestra vida necesita!

 
Adulto mayor
¿Queridos, ustedes qué vienen a Buscar?
Familia
SER ABRAZADOS POR LA MISERICORDIA DE DIOS.

Adulto mayor
¿Están dispuestos a ser incendiados, dejando que el AMOR DE DIOS QUEME la raíz de la soberbia y la avaricia?
Familia
Sí, ESTOY DISPUESTO, LO QUIERO Y LO DESEO!.
Adulto mayor
¿Están dispuestos a dejarse consumir en el FUEGO QUE PURIFICA LA RAÍZ DE LA IRA Y LA LUJURIA?
Familia
Sí, ESTOY DISPUESTO, LO QUIERO Y LO DESEO!.
Adulto mayor
¿Están decididos a dejarse PURIFICAR por el Fuego que quebranta toda raíz de EGOÍSMO Y PEREZA?
Familia
Sí, ESTOY DECIDIDO, LO QUIERO Y LO DESEO!.
Adulto mayor
A una sola voz digamos todos juntos:
FAMILIA
Dios, Padre nuestro,
que sigues creyendo y confiando en nosotros,
en nuestra bondad,
en nuestra capacidad de reacción,
en la posibilidad de nuestra conversión,
ayúdanos a reconocernos pecadores ante Ti;
nos ponemos en tus manos misericordiosas
para que derrames sobre nosotros la gracia del perdón
y podamos gozar, así,
de una comunión más plena contigo y con la Iglesia.
Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.




G3
FRENTE AL SANTISIMO SACRAMENTO
3

(Sólo si la celebración la estás viviendo comunitariamente delante del Santísimo Sacramento en una Iglesia o capilla te invitamos a cantar…

Quiero alabarte sin parar todos los días,
Que tu presencia sea el anhelo de mi vida.
Yo quiero hacer tu voluntad Señor, yo te quiero agradar,
Yo quiero darte siempre el primer lugar.
SI TU ERES EL REY, EL REY DE MI VIDA;
EL NÚMERO UNO EN MI CORAZÓN,
A TI YO TE RINDO TODO LO QUE SOY

Si estás en tu hogar recita el Salmo 23

El Santo Padre, en la Bula que convoca al Jubileo expresa que
“la misericordia es la viga que sostiene la vida de la Iglesia” (cfr. Nº 10)
¡Y ciertamente lo es!
Esa expresión nos recuerda también a Aquel que es la Piedra Angular,
La “Piedra” que sostiene, la que apuntala, la que da cohesión.
¡el Hijo del Dios Vivo, Jesús, el centro de Todo!
¡El es el CORAZÓN de éstas noches!
El nos convoca, por Él estamos aquí!
Sí Él es el centro, a Él necesitamos dirigir la mirada.
Hacia Él tiene que estar ORIENTADOS todos nuestros sentidos.
Sí, necesitamos contemplar la misericordia divina,
Ella tiene un Rostro concreto,
es el Rostro de Aquel que no solo convoca,
Es el Rostro del que nos alcanzó la Salvación.
Hoy, querida familia, nos congregamos para mirar y admirar,
Para alabar y adorar el Rostro de la Misericordia.

Te invitamos a cantar o recitar el Salmo 23

Salmo 23
¡Portones alzad los dinteles!
Que se abran las puertas eternas,
Va a entrar el Rey de la Gloria,
Dios de la Gloria el Dios inmortal.
El Dios Altísimo, Omnipotente Rey de Gloria es Él.
Fuerte y valiente subirá el Señor de los ejércitos, Dios de Israel. ¡Portones alzad los dinteles!
Que se abran las puertas eternas,
Va a entrar el Rey de la Gloria,
Dios de la Gloria el Dios inmortal.




G3
ORACIÓN A LOS PIES DEL SEÑOR
4
Si la celebración es comunitaria, frente al Santísimo, puestos de rodillas.
Si estamos en nuestros hogares, puestos de rodillas, podemos hacer un momento de silencio, cerrar los ojos y contemplar con el Corazón el Sagrario que acostumbramos visitar. Imaginamos que nuestro corazón está en ése lugar en éste momento y recitamos la oración
Recitamos en dos coros, Varones y mujeres, la “Oración a la misericordia divina”

Jesús, Tú que representas el rostro de la misericordia,
Llévanos por ella al encuentro con Dios nuestro Padre.

Ayúdanos a cumplir con Tu Palabra,
Que trae a nuestra vida serenidad y paz.
Guíanos en la construcción de tu Reino,
Que es fuente de amor y alegría.

Condúcenos por el camino de la esperanza,
De ser amados, a pesar de nuestras limitaciones.

Abre la puerta de la misericordia en nuestro corazón
Para que podamos experimentar tu consuelo y tu perdón.
Danos un alma sensible para atender
Las necesidades y las debilidades
De nuestros hermanos en el camino de la vida,
Por tu amor.

Tú que nos llamaste a vivir en la misericordia,
Danos tu fuerza y tu poder
Para que venzamos el rencor, el odio,
La violencia y la indiferencia.

¡Que la misericordia y la compasión de tu amor,
Sostengan nuestra vida y la de tu Iglesia!
¡Que aprendamos a vivir este año del jubileo,
A la Luz de tu Palabra,
Para contemplar tu misericordia
Y aceptarla como nuestro estilo de vida!

Para este Año Santo y por siempre,
¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!



G3
LITURGIA DE LA PALABRA
5

Tomamos nuestras Biblias y buscamos
Del evangelio de San Lucas, Capítulo 15;
Versículos 11 al 32
LUCAS, CAPITULO 15, VERSÍCULOS 11 AL 32
La parábola que será proclamada es uno de los textos más hermosos
y más conocidos del Evangelio.
Ella quiere reflejar y representar el gran amor de Dios
ante el arrepentimiento humano.
Ella denuncia claramente también nuestra tacañería
al negar el perdón al hermano.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas:

“Jesús dijo también: «Un hombre tenía dos hijos.
El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes.
Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.
Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.
Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!". Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros".
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo".
Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". Y comenzó la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza.
Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso. El le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero y engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo". El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!". Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"»

Palabra de Dios.


G3
SALMO
6

Buscamos en nuestras Biblias el Salmo 31
Del Antiguo Testamento, tomamos el libro de los salmos.
Y buscamos el SALMO 31.
La ALEGRÍA DEL PERDON –del ABRAZO-
Implica LA CONCIENCIA DEL PECADO

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.

Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se había vuelto un fruto seco.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.

Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era un principio ahora y siempre
Por los siglos de los siglos. Amén.





G3
Escuchando al Santo Padre
7

Queridos amigos,
Así como la noche cobija la naturaleza, Todo lo creado;
Así la Presencia Viva de Jesús quiere cobijar,
Abrazar nuestras vidas.
Este momento es un momento de GRACIA,
De grandes GRACIAS!
No hay cosa más grande, más bella, más pura bajo las estrellas,
En éste mundo que nos rodea QUE LA PRESENCIA VIVA DE JESUS.
El está aquí esperando HACER SU OBRA.
Mientras le contemplamos… Él nos contempla.
Mientras le suplicamos… Él nos escucha…
Mientras callamos…. Él NOS HABLA…
Mientras contemplamos el Rostro Misericordioso de Dios,
Escuchemos con atención

 Es triste constatar como la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más.
Incluso la palabra misma en algunos momentos parece evaporarse.
Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto desolado.
Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón. Es el tiempo de retomar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y las dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza (MV10)

En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas; tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos (cfr. Lc 15, 1-32) En éstas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón.  
    
Cantamos:
ACEPTAME COMO OFRENDA DE AMOR,
COMO UN SACRIFICIO AGRADABLE EN TU HONOR;
GRATO PERFUME, YO QUIERO SER SEÑOR!
Tal como soy Señor, sin nada que ofrecer más que mi canción,
No tengo más que darte pues todo es Tuyo, Señor!
Tal como soy Señor, sin nada que entregar, más que el corazón,
Me rindo todo a Ti, tómame, Señor! Tal como soy.

 Es triste constatar como la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más.
Incluso la palabra misma en algunos momentos parece evaporarse.
Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto desolado.
Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón. Es el tiempo de retomar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y las dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza (MV10)

En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia.Conocemos estas parábolas; tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos (cfr. Lc 15, 1-32) En éstas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón.

Cantamos
ACEPTAME COMO OFRENDA DE AMOR…

De otra parábola, además, podemos extraer una enseñanza para nuestro estilo de vida cristiano. Provocado por la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces fuese necesario perdonar, Jesús responde: “No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete” Mt 18,22 y pronunció la parábola del “siervo despiadado” (Mt. 18,35) Y Jesús concluye: “lo mismo hará también el Padre celestial con ustedes, sino perdonan de corazón a sus hermanos”. (Mv 9)

Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella, además se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia… ¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices. La palabra del perdón puede llegar a todos la y la llamada a experimentar la misericordia no debe dejar a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida (MV19)

Cantamos:
ACEPTAME COMO OFRENDA DE AMOR…

Muchas personas están volviendo a acercarse al sacramento de la reconciliación, y entre ellas muchos jóvenes, quienes en una experiencia semejante suelen reencontrar el camino para volver al Señor, para vivir un momento de intensa oración y redescubrir el sentido de la propia vida. De nuevo ponemos convencidos en el centro el sacramento de la reconciliación, porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior (MV 17)




G3
INTENCIONES
8

A cada intención respondemos:
¡Señor de la Compasión, ayúdanos a perdonar de corazón!

·        Acompaña y bendice al papa Francisco, quien, con sus gestos significativos, nos transmite continuamente la alegría del perdón. Oremos…
·        Que la Iglesia sea como un “hospital de campaña” donde todos puedan acudir en busca de consuelo y perdón. Oremos…
·        Te rogamos por los que nos han dañado, para que sepamos comprenderlos, aceptarlos y perdonarlos. Oremos…
·        Haz que nos perdonemos y perdonemos a nuestros hermanos las veces que sea necesario para que podamos crecer en el amor, en la esperanza y en la fe. Oremos…
·        Te pedimos perdón por nuestras indiferencias, nuestra cólera y violencia, nuestros rencores y venganzas y por todas nuestras debilidades, limitaciones y cobardías, para que Tu Espíritu Misericordioso las transforme en bálsamo de misericordia para los demás. Oremos…
·        Ayúdanos a transformar nuestras debilidades en fortalezas y a salir adelante en las dificultades en nuestro caminar por la vida. Oremos…




G3
ENSEÑANZA
Obras de Misericordia
9

Enseñanza referida a OBRAS DE MISERICORDIA:

El Papa nos invita a vivir las obras de misericordia: siete materiales y siete espirituales

El Papa Francisco nos ha anunciado una buena noticia: el Año de la Misericordia. Afirma el Papa que Jesús es el rostro de la misericordia de Dios Padre. Lo es con sus palabras, con sus gestos, con toda su persona. Más aún, el Santo Padre nos invita a experimentar en nuestra vida lo mismo que le aconteció al apóstol Mateo: miserando atque eligendo (“Le miró con misericordia y lo eligió”). Es también lo que expresó la Virgen en el Canto del Magníficat y es, igualmente, el lema elegido por el Papa en su Pontificado. Hagámoslo nuestro.

¿Por qué tenemos que vivir la misericordia? Porque estamos llamados, como Jesús y María, a ser signos visibles de lo que Dios es en sí mismo: Amor y Misericordia. Y porque, como afirma el Papa, la misericordia es fuente de alegría, de serenidad y de paz. La misericordia sabe perdonar todo y va más allá de la mera justicia. En otras palabras: el misericordioso, trata a los demás como Dios nos trata a cada uno. Por eso rezamos en el Padre Nuestro que perdonamos como Dios nos perdona. Y, añadimos, amamos como Dios nos ama, y somos misericordiosos como Dios lo es con cada uno de nosotros.

Las catorce obras de misericordia

¿Cómo podemos concretar la misericordia en nuestra vida cotidiana? El Papa nos invita a vivir las obras de misericordia: siete materiales y siete espirituales. Las recordamos, porque son todo un programa existencial.
Comenzamos por las materiales: dar de comer al hambriento; dar de beber al sediento; vestir al desnudo; acoger al forastero; curar enfermos; visitar y redimir presos; y enterrar a los muertos.

Las obras espirituales son: dar consejo al que lo necesita; enseñar al que no sabe; corregir al que yerra; consolar al triste; perdonar las ofensas; soportar con paciencia las molestias de la vida y a los molestos; y rogar a Dios por los vivos y los difuntos.
En definitiva, al final, se nos va a juzgar por cómo hemos practicado las catorce obras de misericordia (Mt 25, 31-46): “Lo que hicisteis con uno de éstos, lo hicisteis conmigo”, nos dirá el Señor. En nuestros días, no nos olvidemos de visitar y atender especialmente a los enfermos y ancianos.

¿Qué sentido tienen las obras de misericordia? Si abrimos el Catecismo de la Iglesia (nn. 2447-2448), se afirma que, bajo sus múltiples formas, son las maneras de atender “las miserias humanas”, signo de la debilidad física y moral humana, muchas veces fruto de los pecados.

Las obras de misericordia tienen su fuente en la misma actitud misericordiosa de Jesucristo, que quiso cargar sobre sí las miserias humanas e identificarse con “los más pequeños de sus hermanos”. Más en concreto, la atención a los más necesitados, mediante las obras de misericordia, se inspiran en las bienaventuranzas, en la pobreza y misericordia de Jesús mismo y en sus manifestaciones hacia los necesitados. De ahí, que los oprimidos por cualquier miseria sean objeto de amor preferencial por parte de la Iglesia. A pesar de los fallos y pecados de muchos de sus miembros, la Iglesia siempre ha estado al lado de los necesitados para aliviarlos, defenderlos y liberarlos.

La Biblia, en el Antiguo Testamento, ya ofrece una serie de medidas jurídicas para aliviar las miserias y la pobreza: así, el año jubilar, la prohibición de préstamos a interés alto, la retención de los salarios, la obligación de compartir los diezmos, etc. Hay que abrir siempre la mano al indigente (Dt 15,11). Dios bendice a quienes ayudan a los pobres y reprueba a quienes se niegan a hacerlo.

Dos notas importantes: por un lado, es verdad que la Iglesia ha sintetizado en “catorce” las obras de misericordia, pero no es un número cerrado. Hay otras miserias que podemos encontrar en los caminos de la vida y en la humanidad de hoy. Por otro lado, en el tema que nos ocupa, más que “hacer”, hay que “ser”: no basta hacer obras de misericordia; hay que ser misericordiosos. A veces, podemos hacer poco, pero nada nos impide tener un corazón misericordioso.

Esta semana procuraremos vivir particularmente dos:

CORREGIR AL QUE ESTA EQUIVOCADO

La corrección fraterna es una obra de misericordia, realizada con humildad, con cierto sentido del humor y desde la caridad. Conscientes de que no somos infalibles y de que nosotros también nos equivocamos. No seamos hipócritas, como nos advierte el evangelio, de querer sacar la paja del ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro.

DAR POSADA (acoger) al PEREGRINO

No es fácil hoy. Tenemos muchos prejuicios y experiencias reales negativas. Tenemos miedo a que nos quiten o mermen nuestros derechos como ciudadanos “de primera”. El Padre Dios nos recuerda que todos tenemos la misma dignidad de hijos y que todos somos hermanos en Jesucristo. ¡El forastero es mi hermano!



G3
CORONILLA a Jesús Misericordioso  
10

Escribía Santa Faustina:

“Alienta a las personas a decir la coronilla que te he dado…
Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte.
Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en mi misericordia…”

Presenta en el silencio de tu corazón tus intenciones

CORONILLA DE LA MISERICORDIA

Al comenzar:

PADRE NUESTRO…
AVEMARIA…
CREDO…
CUENTAS GRANDES
Padre eterno, te ofrezco el cuerpo
La sangre, el alma y la divinidad
De tu amadísimo Hijo
Nuestro Señor Jesucristo,
Para el perdón de nuestros pecados
Y los del mundo entero.
CUENTAS PEQUEÑAS
POR SU DOLOROSA PASIÓN,
Ten misericordia de nosotros y del mundo entero
Al finalizar las CINCO DECENAS
Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros
Y del mundo entero

ORACIÓN FINAL (Celebrante)
“Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús
Como fuente de misericordia para nosotros, en ti confío”




G3
Oración de Protección
11

Habiendo implorado la Misericordia Divina,
Pidamos ahora que la Preciosa Sangre de Jesús
Nos cubra, nos guarde y nos libere de todo mal.
REZANDO TODOS JUNTOS la ORACIÓ A LA SANGRE DE JESÚS.
Invitamos a los que puedan hacerlo,
PONERSE DE RODILLAS.

·       Señor Jesús, en tu nombre y con el poder de tu sangre preciosa sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.
·       Con el poder de la sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos movemos hoy.
·       Con el poder de la sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del maligno. Te pedimos Jesús que envíes a nuestros Hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
·       Con el poder de la sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la habitan, las personas que el Señor enviará a ella, así como los alimentos y los bienes que él generosamente nos envía para nuestro sustento.
·       Con el poder de la sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos, y en fe colocamos un círculo de su sangre alrededor de toda nuestra familia.
·       Con el poder de la sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar este día, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar.
·       Con el poder de la sangre de Jesús  sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia, y los vehículos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar.
·       Con tu sangre preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra patria a fin de que tu paz y tu corazón al fin reinen en ella. Amén                             







G3
Oración Año Jubilar
12

Recemos en dos coros, mujeres y varones,
La oración que el Santo Padre Francisco nos ha propuesto
Para éste año de la misericordia.
  • ·     Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
  • ·     Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios!
  • ·       Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.
  • ·       Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
  • ·       Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.
  • ·      Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.




G3
ORACION FINAL
13


Señor del perdón y la misericordia,
Te pedimos que nos ayudes a vivir una vida nueva,
Transformadora de los límites que nos empequeñecen como personas.
Que vivamos la experiencia de perdonarnos y perdonar.
Que aprendamos a perdonar siete veces siete,
Como lo hizo Tu Hijo, Jesús,
¡Señor del perdón y la misericordia, ayúdanos a ser un bálsamo de la misericordia para nuestros hermanos, como signo visible del Reino de Dios presente en medio de nosotros!
¡Te lo pedimos a ti, que vives y reinas, por los siglos de los siglos!
¡Amén!



G3
Despedida
14

Después de haber sido ABRAZADOS por el Padre,
Nos disponemos en familia a compartir lo vivido
Llevando en nuestros corazones
Los Regalos de Dios que darán frutos de Vida Nueva.
Pidiendo, para aquellos que no están a nuestro lado
Una lluvia de Misericordia.
Es tiempo de vivir esta semana dos nuevas obras:
Dar posada al peregrino
Corregir al que está equivocado.
Que podamos hacerlo de la mano de María Santísima,
Madre de la misericordia.