martes, 16 de febrero de 2016

Día a Día el cerco en mi casa - 17 FEB


María, todavía una muchacha, dice su “sí” a Dio y se convierte en madre de Jesús.

Lucas 1, 26-38
En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido.Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.”

María es una muchacha como todas y vive la vida ordinaria de su aldea. Pero sobre ella se posa la mirada del Señor, pues es elegida para ser la madre de Jesús. Un día el ángel entra en su casa, y ella escucha sus palabras. Una vez más un ángel ingresa dentro de una casa. El comienzo del evangelio parece privilegiar el lugar propio de la familia: la casa. Una antigua tradición dice que María misma está rezando cuando aparece el ángel. ¿Cómo no ocuparse, entonces, de encontrar momentos para rezar mientras estamos en casa? ¡Cuán oportuno sería hacerlo juntos! Durante la orción el ángel habla. La suya es una palabra importante, tan importante que María se turba al escuchar lo que él le dice. En efecto, la palabra de Dios no deja nunca indiferente. A diferencia de Zacarías, María, si bien consciente de su propia debilidad, dice su “sí” al evangelio, lo recibe en su corazón. Desde ese día cambia la historia del mundo; han pasado más de dos mil años desde el momento en que “la Palabra se hizo carne”. Con su “sí” María se convierte en la primera de los creyentes, en la primera que acoge con el corazón la palabra de Dios, que se convierte en carne de su carne. María está delante de nosotros y continúa enseñándonos el camino de la fe, el cual consiste en la escucha del evangelio. Junto a María, también nosotros podemos responder al ángel: Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.

ENTRE EL SÍ Y EL NO.

Con los SI y los NO que pronunciamos cada dia hacemos el mundo mas bello y mas verdadero, o bien mas triste y oscuro. Decidamos juntos a qué decir SI y a qué decir NO el dia de hoy.

Adaptación de "Una casa rica en misericordia" - Ed Paulinas

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