sábado, 13 de febrero de 2016

RESONAR DE LA PALABRA - 13 FEB 2016

Evangelio según San Lucas 5,27-32. 
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?". Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan". 
RESONAR DE LA PALABRA
Juan Lozano, cmf
Querido amigo/a:

El sábado es un día más relajado, laboralmente hablando. Es un buen momento para descansar y dedicar un poco más de tiempo para orar con más calma y sosiego, para saborear a Dios en el banco de un parque, contemplando la naturaleza, encontrando el silencio y la quietud que apacigüa nuestra alma. El corazón necesita escuchar a Dios. Cuando somos capaces de estar a la escucha de forma pacífica y confiada, nuestro interior puede oír la voz de Dios que llama insistentemente y con dulzura a nuestra puerta, como la voz que hoy llama a Leví, sentado al mostrador de los impuestos.

…Se levantó y lo siguió. Sólo un corazón disponible es capaz de levantarse. Levantarse implica dejar todo lo que estás haciendo, dar prioridad a quien te llama, renunciar. No se puede permanecer sentado en el mostrador de los impuestos y seguir a Jesús al mismo tiempo. El seguimiento implica cambio de dirección. Este es el problema que, en ocasiones, nos impide avanzar en la vida de fe: nos da miedo levantarnos y abandonar nuestras seguridades. El profeta Isaías lo explica muy bien en la primera lectura: …cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.

Cuando somos capaces de avanzar en el seguimiento de Jesús porque superamos el inmovilismo que nos estanca, nuestro corazón se alegra, hace fiesta. El banquete de Jesús con Leví expresa la alegría del encuentro. Jesús está deseando sentarse a nuestra mesa. Es necesario estar muy atentos para escuchar sus llamadas y estar vitalmente dispuestos a levantarnos y dejar lo que tengamos entre manos para abrir la puerta a nuestro Señor, aquel que viene a traer mucha paz y alegría a nuestra vida. Que este sábado sea un día propicio para ello. ¡Feliz jornada!

Tu hermano en la fe.
Juan Lozano, cmf.
Comentario publicado por Ciudad Redonda

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