lunes, 30 de septiembre de 2013

Actitudes para Salvarnos

13 ACTITUDES PARA SALVARNOS

Cuando Noé tenía ya 600 años y ni nubarrones de tormenta aparecían en el horizonte, Dios le pidió construir un arca de madera en tierra firme.
Esto fue motivo de risas y burlas entre sus vecinos.
El relato bíblico es una rica universidad para quienes tenemos que enfrentar diluvios o terremotos, enfermedades o catástrofes en el viaje de la vida (cfr.Gen 6)
Hazte un arca de maderas resinosas. Haces el arca de madera y la calafateas por dentro y por fuera con betún. Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una pareja para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra. Así lo hizo Noé y ejecutó todo lo que le había mandado Dios: Gen 6, 14. 19. 22 

Uno
No pierdas el barco de las oportunidades. Tu vida, como la los demás, podría depender de una de ellas.

Dos
Todos estamos en la misma barca, y lo que afecta a uno, repercute en los demás.

Tres
Planifica y prevé con anticipación, para que el diluvio no te sorprenda.

Cuatro
Aunque llegues a una edad avanzada, alguien te puede pedir que hagas algo realmente grande.

Cinco
No te desanimes por las críticas, y que no te afecten las burlas. Sigue lo que te dicta tu corazón, que siempre habla en voz baja, pero con claridad.

Seis
Por seguridad, viaja en pareja, no viajes solo.

Siete
Viaja ligero de equipaje, sin sobrepesos que amenacen la embarcación.

Ocho
La velocidad no siempre es una ventaja. Los caracoles y los leopardos, zarparon al mismo tiempo.

Nueve
Cuando te estreses, flota un rato.

Diez
Recuerda que el arca fue construida por amateurs; el Titanic por profesionales.

Once
Después de la tormenta, siempre emerge un arco iris, pero lo importante no es que aparezca, sino que levantemos la cabeza para dejarnos fascinar por él.

Doce
Si la paloma que soltaste, no regresa; no has perdido nada; al contrario, las aguas ya han bajado de nivel.

Trece
Ama a todos los animales, pero ten cuidado con el pájaro carpintero, que puede provocar el naufragio del arca de madera.

Hoy nuestro mundo, como nuestra sociedad o familia, viaja en un arca, donde cada uno es responsable de los demás.
Formamos una familia con todos los animales, y hasta la creación, por lo que no podemos permitir la extinción de ninguna de las especies, ni descuidar la naturaleza. Nuestro planeta es la nueva Arca de Noé.

Señor Jesús, así como Noe fue el instrumento para que la humanidad no sucumbiese en esa catástrofe universal, permíteme aprender sus actitudes para viajar en el arca de la vida con mis hermanos y con la creación entera.
Si Noé fue capaz de construir una barca a la edad de 600 años en tierra seca cuando no llovía; yo, Señor, hoy puedo volver a comenzar de nuevo.
Dame optimismo y confianza en mí mismo y en mis capacidades para emprender tareas que antes nunca realicé, y que no me deje influir por las críticas y burlas de los demás, sin pensar que mi avanzada edad es un obstáculo para grandes empresas y misiones.
Dame amigos para no viajar solo, ni querer llegar antes que los demás, sino con ellos a tiempo.
También enséñame a descubrir los pájaros carpinteros que pueden hacer naufragar la embarcación.
... y que después de cualquier diluvio sepa levantar mi cabeza para ver el arco iris de tu promesa. Amén.

Todos los hombres, los animales y hasta la creación,
viajamos en la misma barca, que es nuestro mundo


José H. Prado Flores
Escuela de Evangelización San Andrés - Internacional

domingo, 29 de septiembre de 2013

Rosario de Liberación

ROSARIO DE LIBERACION Y SANIDAD

+En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Señor Jesús escucha mi oración
hoy quiero repetir tu nombre 205 veces
para que me vayas liberando, a través de esta oración
y a través de repetir tu nombre tantas veces,
te pido vayas liberándome señor de los traumas,
de los vicios, de los odios, de los rencores,
de los resentimientos, que vaya huyendo de mi vida la influencia del demonio,
a través de tu glorioso nombre Jesús quede atado
todo espíritu de perturbación, todo espíritu de envidia,
todo espíritu de lujuria, todo espíritu de vicio y de corrupción,
todo espíritu de calumnia, todo espíritu de gula,
todo espíritu de pereza, todo espíritu de soberbia,
que el nombre de Jesús someta todo aquello
que esta dañando mi dignidad de hija de Dios
para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo,
en la tierra y en los abismos y toda lengua proclame que Jesús es el Señor,

Hoy quiero decirte como el ciego de Jericó,
Jesús ten piedad de mi,
Hoy quiero repetirte aquellas palabras del Evangelio;
Jesús sáname.

Hoy quiero repetirte aquella petición
que te hicieron aquellos poseídos Jesús libérame,
Jesús sálvame;
Hoy Jesús se levanta mi voz para que con esta oración
tu nombre al ser repetido tantas veces
sea la espada afilada por la cual caiga el enemigo a tus pies,
hoy quiero repetir tu dulce nombre Jesús para que
el Padre al escuchar tu nombre glorioso,
tenga compasión de mi, tenga compasión de mis enfermedades.

Bendito seas Jesús, Alabado seas Jesús,
Glorificado seas Jesús. Libérame Jesús,
libérame Jesús del odio, del vicio,
de la apatía religiosa; libérame Jesús de la influencia maligna,
¡rompe las cadenas que me han atado al mal a través de esta alabanza!

Todos juntos decimos
Creo en Dios Padre todopoderoso...

Para rezar éste Rosario de Liberación usaremos un simple rosario
En cada cuenta pequeña estaremos proclamando el Santo Nombre de Jesús

Al Comenzar la Decena juntos diremos ésta jaculatoria:
            "Si Jesús me libera, quedo verdaderamente liberado"
Decimos Juntos:
            "Si Jesús me libera, quedo verdaderamente liberado"
Repitamos una vez más:
            "Si Jesús me libera, quedo verdaderamente liberado"

PRIMER MISTERIO
Al Nombre de Jesús diremos juntos:
            ¡Ten piedad de Mi!
(10 VECES)
¡JESUS!   ----    Ten piedad de mí!
¡JESUS!   ----    Ten piedad de mí!
¡JESUS!   ----    Ten piedad de mí!
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Así como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

"Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".
Repetimos:
 "Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".

Por el Santo Nombre de Jesús Padre, te pido que me liberes,
por el Santo Nombre de tu Hijo Jesucristo sana mis enfermedades,
por el Santo Nombre de tu Hijo Jesucristo libera a mi familia,
libera mi casa, por el Santo Nombre de tu Hijo Jesucristo
libérame de todos mis enemigos, por el Santo Nombre de tu Hijo Jesucristo,
libérame Jesús de la corrupción y los vicios,
por el Santo Nombre de tu Hijo Jesucristo,
libérame Jesús de la desgracia, de la pobreza,
de los fracasos, de los accidentes, de las enfermedades,
liberame de la lujuria, de la ira, de la soberbia,
de la pereza, de la gula, de la envidia, de la avaricia.
Al Nombre de Jesús toda rodilla se doble, en la tierra en el Cielo y los abismos,
y toda lengua proclame que Jesús es el Señor.

SEGUNDO MISTERIO
Al Nombre de Jesús diremos juntos:
                ¡SÁNAME!
(10 VECES)
¡JESUS!   ----    ¡sáname!
¡JESUS!   ----    ¡sáname!
¡JESUS!   ----    ¡sáname!

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Así como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

"Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".
Repetimos:
 "Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".

Padre Santo, Padre Bueno, Padre Misericordioso,
por el amor que le tienes a tu Hijo Jesucristo, y por su dulce Nombre,
hoy te pido que tengas compasión de mis enfermedades físicas y espirituales,
que me liberes de la los opresion.
Padre bueno: muchos hombres y mujeres estamos oprimidos,
por los vicios, por el resentimiento, por el recuerdo de una amarga infancia,
por el abandono de un padre o de una madre.
Padre bueno: por el dulce Nombre de tu Hijo Jesucristo,
libéranos; muchos hombres y mujeres hemos andado en la corrupción y el pecado;
en la brujería, en los horóscopos;
en la ouija, en el satanismo,
¡libéranos por el Santo Nombre de tu Hijo Jesucristo,
porque al Nombre de Jesús toda rodilla se dobla en el Cielo,
en la tierra y los abismos, y toda lengua proclama que Jesús es el Señor.

TERCER MISTERIO
Al Nombre de Jesús diremos juntos:
                ¡SÁLVAME!
(10 VECES)
¡JESUS!   ----    ¡SÁLVAME!
¡JESUS!   ----    ¡SÁLVAME!
¡JESUS!   ----    ¡SÁLVAME!
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Así como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

"Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".
Repetimos:
 "Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".

Al Nombre de Jesús ¡huye el espíritu de la lujuria!,
al Nombre de Jesús ¡huye el espíritu de la ambición!,
al Nombre de Jesús ¡huye el espíritu del resentimiento y del odio!,
al Nombre de Jesús ¡huye el espíritu de pereza espiritual!,
al Nombre de Jesús ¡huye el espíritu de la ira, al Nombre de Jesús
¡huye el espíritu de la gula, al Nombre de Jesús
¡huye el espíritu de la soberbia.

CUARTO MISTERIO
Al Nombre de Jesús diremos juntos:
                ¡LIBÉRAME!
(10 VECES)
¡JESUS!   ----    ¡LIBÈRAME!
¡JESUS!   ----    ¡LIBÉRAME!
¡JESUS!   ----    ¡LIBÉRAME!

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Así como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

"Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".
Repetimos:
 "Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".

¡Bendito seas Señor!¡Alabado sea el Señor!,
a ti el honor y la Gloria;
¡Oh dulce Nombre de Jesús!
¡Oh dulce Nombre de Jesús!
¡Oh dulce Nombre de Jesús!
¡Ten compasión de tu pueblo Señor!, ten compasión de tu pueblo.

QUINTO MISTERIO
Al Nombre de Jesús diremos juntos:
                ¡SÁNAME, SÁLVAME, LIBÉRAME!
(10 VECES)
¡JESUS!   ----    SÁNAME, SÁLVAME, LIBÉRAME!
¡JESUS!   ----    SÁNAME, SÁLVAME, LIBÉRAME!
¡JESUS!   ----    SÁNAME, SÁLVAME, LIBÉRAME!

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Así como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

"Si Jesús me libera quedo verdaderamente liberado".
Al Nombre de Jesús toda rodilla se dobla, en el Cielo,
en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame que Jesús es el Señor.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Líbranos Señor de todo mal.

Terminamos orando juntos a la Madre del Cielo:

"Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia. Vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo." Amen.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Un amigo venido del cielo

"Y comenzaron a bendecir y cantar himnos a Dios, celebrando Sus grandes obrar. Y especialmente porque les había aparecido un ángel de Dios" Tb 12,22

Cuando mi primer hijo - Jonas- nació, mi corazón de padre se lleno de una alegría especial. Era la realización de un sueño. Finalmente experimentaba en mi vida la bendición que es la paternidad.

Mi hijo nació con hipoglucemia. Por eso fue necesario llevarlo rápidamente a la Unidad de Cuidados Intensivos de la maternidad y dejarlo al cuidado de los médicos dentro de una incubadora.

Gracias a Dios, mi esposa consiguió quedar en una dependencia del hospital que la Divina Providencia había reservado para nosotros. De esta forma ella podía sentirse próxima, cercano de nuestro hijo a la vez que se recuperaba de todo el desgaste del parto. Mi suegra también estaba presente para dar toda la asistencia necesaria a ella. En cuanto a mí, sólo podía ver a mi hijo diez minutos por día y no podía siquiera tomarlo en mis brazos, pues él tenía que se medicado dentro de la incubadora.

En una de mis visitas, vi a mi pequeño Jonas contorcionándose en aquella caja de vidrio. Percibí en esa hora que él estaba sufriendo y coloqué mis manos sobre la incubadora. Entonces comencé a orar: "Jesús, cura a mi  hijo! No lo dejes sufrir. Soy un padre afligido pidiendo Tu ayuda. Señor, misericordia!"
Recuerdo que, aquella noche, hice el trayecto del subterráneo desde la estación Itaquera (donde estaba el hospital) hasta la estación Santana (donde vivía) llorando sin parar.
Las personas dentro del subterráneo me miraban asustadas, pero no me importaba pues todas mis fuerzas estaban vueltas a un único pedido: "Jesús no dejes mi hijo morir!
Cuando llegue, para mi sorpresa, recibí la visita del padre Jonas, que estaba volviendo de una misión y tuvo la deferencia de ver cómo estábamos. Lo abracé llorando (para variar) y le mostré el cuarto de Jonas, preparado para recibirlo, pero vacío. Él bendijo el cuarto y dejó una tarjeta de "bienvenida" para él (mi hijo tiene ésa tarjeta guardada hasta hoy) y me dice que estaba orando por nosotros y que debía ser fuerte en aquella situación. Como fue consoladora esa frase del padre, la que oí tantas veces en la comunidad: "¡Aguanta firme, mi hijo!"

Al día siguiente, mas reconfortado por la visita y las palabra del padre, me levanté con una decisión en mi corazón: voy a orar delante del Sagrario hasta que el cielo se mueva a favor de mi hijo. Llevé a la capilla una botella de agua, la Biblia y una guitarra, mi rosario y el celular por si recibía alguna llamada de mi esposa o de mi suegra que se encontraban en el hospital.

Mientras llegaba a la capilla fui diciendo al Señor: "Jesús, sólo salgo de la capilla cuando mi hijo esté curado!" Y comencé a orar. Quedé por horas alabando, cantando, orando en lenguas y meditando la Palabra de Dios. Recordé entonces que mi hijo nació el día 29 de setiembre, día de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Comencé a invocar el auxilio de ellos y oré intensamente en el Espíritu.

Después de la oración en lenguas el Señor me dio la siguiente imagen: un trono visto desde atrás, o sea, no conseguía ver quien estaba sentado en él. Yo solo veía tres ángeles enorme al lado del trono. Comprendí que ellos eran los Arcángeles de dios. Vi luego otro ángel menor tomando en las manos a un niño envuelto en sábanas. Ese ángel se curvaba delante de Aquel que estaba en el trono y presentaba al niño que traía en las manos. Entonces, Aquel que estaba en el trono levanto la mano derecha y la extendió en dirección al niño. Y la visión terminó así.
De alguna forma sabía que aquel ángel con el niño en los brazos era el Ángel de la Guarda de Jonas. ¡qué alegría!, Dios estaba curando a mi hijo en aquel exacto momento. Mientras asimilaba todo eso, mi celular sonó, era mi suegra que, muy emocionada, me decía: "Alejandro, Rosení y yo acabamos de recibir la noticia que Jonas está mejor y que durante la semana recibirá el alta del hospital".

Mi Dios, cómo lloré en aquel momento! Todavía hoy me emociono al contar este testimonio. No me avergüenza derramar lágrimas, pues son lágrimas de gratitud.


El próximo día 29, mi hijo festejará 11 años de vida. Veo mi pequeño creciendo saludable, feliz y, sobretodo, bendecido por Dios.
A pesar de los años que fueron pasando, confieso que, en aquellos días aprendí una lección que nunca más olvidé en la vida: podemos y debemos contar siempre con los ángeles, esos amigos fieles que Dios colocó a nuestro lado.


Así como yo experimenté el auxílio de los Santos Arcángeles en una situación bien concreta de mi vida, tu también puedes experimentar el mismo auxilio de lo Alto. ¡Cree en eso! Dios nos bendijo con amigos fieles y poderosos, los ángeles, que están siempre dispuestos a presentar delante del trono de Dios nuestras necesidades más urgentes.

Por eso, mi hermano, aquí está la sugerencia: deja de querer caminar y resolver todo por tí mismo, solo, con las propias fuerzas, aprende a pedir el auxilio de los Santos Arcángeles. Verás, definitivamente, que el cielo también se mueve en tu favor!.
Un abrazo fraterno.

Alexandre Oliveira
Miembro de la Comunidad Canção Nova
fuente: www.cancaonova.com
adaptación y traducción del original en portugues.

Señor de nuestra casa


Es necesario que el Señor sea el Señor de nuestra casa.

"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y, de repente,
estarás haciendo lo imposible"
(San Francisco de Asis)

Vuelvo a repetir: para nosotros, católicos, es una vergüenza cómo estemos viviendo los domingos y feriados santos, pues para muchos de nosotros esos días son sinónimos de fiestas, viajes y descanso. Estamos viviendo de cualquier manera, pero, aunque también es cierto que están aquellos que lo viven adecuadamente, Cristo no es el Señor de sus casas, de manera que están viviendo una mentira, una farsa, olvidándose que la venida del Señor está cada vez más próxima... Viviendo como aquellos sepulcros que nos hablan los evangelios.

Debemos revertir todo y colocar al Señor como el primero en nuestras vidas,
proclamando: Jesús es mi Señor!
Es necesario que el Señor sea el Señor de tu familia, de tu trabajo, de tu noviazgo, de tu matrimonio.
¡De todo!
Es necesario "arremangarnos las mangas".
Necesitamos cambiar mientras hay tiempo, por eso,
pidamos hoy que al Espíritu Santo nos ayude.

Mons. Jonas Abib
Fundador da Comunidade Canção Nova
fuente: www.cancaonova.com
Adaptación y traducción del original en português

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Un Arcángel para nuestros días

Algunas sensaciones rondan nuestro interior mucho tiempo
sin poder, incluso, hacerse concretas en una idea particular.
No sé por qué, pero esto suele pasar.
Sí puedo testimoniar que hoy al levantarme,
y al descubrir "mi Arcángel Miguel" tan cercano,
tan aquí, tan "mío", la intuición se hizo palabra:
¡Un Arcángel para nuestros tiempos!

Sí, mi patrono, mi protector, "mi Arcángel Miguel"
es un Santo Arcángel para nuestros tiempos.
¿Es que acaso podría pensarse en San Miguel como un desocupado, -o poco ocupado- en nuestros tiempos?
Nunca como en nuestros días el hombre habla tanto
de libertades;
Nunca como en nuestros días,
somos tan esclavos y poco afectos a la verdadera libertad.
Contradictorio pero real: libres y esclavos.
Esclavitudes interiores. Cadenas mentales.
Ataduras de pecado y muerte.
Mentiras y odios.
Envidias y celos.
Si estas queriendo caminar más flojo de carga.
Abrí los ojos, tal vez como yo, hoy descubras también
quien es tu arcángel para estos tiempos.
¡Bendecida novena de arcángeles!

Miguel
Comunidad Piedras Vivas


martes, 24 de septiembre de 2013

Ábrete a la sanación de tu corazón

Abra-se a cura do seu coração
O dom da fé é o que leva em suas engrenagens o dom da cura e o dom dos milagres. Além da cura física – coisa muito bela –, ela promove cura interior, a cura do coração, da alma, dos sentimentos. Nem imaginamos o quanto a vida nos fere! Por isso é lindo que haja a cura interior, além da física. O Senhor quer que nos abramos ao dom de orar pela cura interior das pessoas. Você pode pensar: “Mas como vou orar?”... Pedindo pela pessoa, rogando por ela. 

Quem se sente chamado ao ministério de cura do coração sabe de sua importância. Muita gente gostaria de progredir na vida espiritual e não consegue por causa dos traumas, dos bloqueios, das feridas e das marcas do próprio passado. 

A primeira vez que rezaram pela minha cura interior foi quando o Pe. Robert DeGrandis, SSJ, veio ao Brasil e reuniu apenas alguns líderes da Renovação. Enquanto ele ministrava aquele seminário de dons, um casal que ele trouxe consigo orava pela cura interior dos participantes. Oraram à noite pela cura do meu coração durante umas três horas. Como chorei! Coisas que eu não imaginava que me marcaram, me feriram, surgiram naquela ocasião. Só pararam de orar quando se sentiram cansados. No dia seguinte, rezaram mais de uma hora e meia por mim. Mas viram que faltava algo; depois, à tarde, voltaram a rezar junto com Pe. Robert, e então, terminaram, graças a Deus. Eu ainda receberia muitas outras orações.

Eu não imagina precisar de tanta cura interior! Mas hoje não duvido que era desígnio do Senhor que eu fosse objeto daquela oração [de cura interior], para que Ele pudesse me usar depois como instrumento. E o melhor é que quando começamos a orar pela cura interior as palavras de ciência começam a vir, pois ambas estão ligadas.

Abra-se a esse dom, disponha-se a orar pela cura interior de seus irmãos. Não espere, no começo, fazer grandes orações; apenas ore, e, se vierem as palavras, ore de acordo com elas. Tenha coragem: comece a rezar e verá quantas coisas o Senhor vai fazer por intermédio de você. 


Monsenhor Jonas Abib
Fundador da Comunidade Canção Nova

Escuchar es un arte

Sí, escuchar es un arte, y todos precisamos pedir a Dios la gracia de aprender bien éste arte.
Hoy, el propio Señor nos da esa orden:
"Por lo tanto, presten atención y oigan bien" Lucas 8,18

La cuestión no está en escuchar, sino en cómo nos escuchamos.
Algunas veces escuchamos una cosa y entendemos otra; entonces reproducimos la información para las otras personas de manera distorsionada y generamos un trastorno.
Escuchar bien significa que necesitamos hacer silencio.
Es un desafío vivir la escucha y el silencio,
pero cuando el Señor nos pide alguna cosa, Él nos da la gracia propia para vivirlo.

Oremos a Dios para que seamos hombres y mujeres que saben escuchar y hablar en el momento cierto:

"Señor, danos una lengua de discípulo para que sepamos reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo"

Luzia Santiago
Co-Fundadora Comunidad Canción Nueva
Fuente: www.cancaonova.com
Adaptación y traducción del original en portugues

domingo, 22 de septiembre de 2013

Sugerencias

7 sugerencias para confiar en Jesús Misericordioso 
Ricardo Sá
1 –VIVIR CON JESÚS.
Esto significa que la devoción a la misericordia no es algo mágico.
"Jesús yo confío es Vos" es un modo de vida.
Es necesario tener vida de oración.
De qué está hecha tu vida de oración?
Tener resuelta una vida de oración es saber de qué está hecha nuestra oración. Es necesario rezar al punto que cuando nos vean digan: ése hombre, ésa mujer es de oración!
Enumera lo que necesitas orar, no importa la cantidad sino la constancia!


2 – ENCONTRARSE CON EL OTRO.
Hoy estamos viviendo en un mundo de superficialidad, apenas nos hablamos. Necesitamos aprender a ver a Jesús en el otro. Dios está en tu vecino!
Si tienes el coraje de visitar personas en hospitales, asilos, geriátricos, verás que el mundo no está sin Dios.

3 – PREGUNTAR A JESÚS.
Sí, preguntarle como comportarnos, cómo vestir, decidir y qué hablar. Hablo de una relación interior que está siempre ligada con lo que Cristo espera.
Quien vive de éste modo descubrió que es necesario "escuchar"
Esta tercera sugerencia te hará más observador.
Y te hará comprender la palabra de Dios. Necesitamos vivir esa comunicación directa con Dios.


4 - ENTREGAR A JESÚS LOS PROBLEMAS.
No retengas los problemas.
Entrega a Dios lo que no puedes resolver.
¿qué necesitas entregar? Qué estás reteniendo dentro de ti, que te hace mal?
Habla ahora a Jesús, dile: Jesús necesito entregarte...

5- VACÍATE DE TI MISMO.
No es posible vivir ésta sugerencia sin vivir previamente las anteriores.
Éste vaciamiento es en verdad un llenarse de Dios. Y esto no se improvisa, esto es una vida vivida en la confianza de Dios.

6 – OBEDECE A DIOS.
Obedece a tu conciencia, tú ya sabes lo que es bueno y lo que es malo, sabes los que es errado y lo que es correcto hacer.

7- HABLA MENOS
Sí, habla menos para educar la lengua según la palabra de Dios. Las personas no quieren saber qué vivo, ellas quieren ver lo que vivo.

Adaptación del original en portugues
fuente: Portal www.cancaonova.com




Otras bombas

Hoy nuevamente tuvimos un atentado contra cristianos en un país en que ellos representan apenas el 0,05% de la población.
Sucedió que un coche-bomba llegó al final de la Santa Misa y fue detonado.
Hasta donde se sabe más de 60 personas murieron.
Sabemos bien que el mundo no quiere saber de cristianos, para ellos ser cristianos es un crimen. Estos que murieron son mártires. Es necesario que los pueblos tengan la libertad de ser lo que quieren ser: cristianos.
Son nuestros hermanos los que lo están reclamando.
Existen otras bombas que también caen sobre nuestras casas: bombas de adulterio, donde tanto el esposo o la esposa se traicionan. Hay bombas de hijos que entran en el mundo de las drogas. O el alcoholismo que está haciendo estragos. Padres de familia completamente embriagados. Tal vez en tu casa estén aconteciendo atentados como esos y es por eso que el Señor, hoy nos invita a orar.

No seamos egoístas, nuestras casas necesitan de la oración, pero recemos los unos por los otros. Hay familias donde no se tiene más a Dios como centro de la vida. Familias donde no existen más principios ni valores, estos también son una especie de coche-bombas para las familias.

Estas corrupciones entre familias son como un virus que hace que las dolencias proliferen. Hoy la Palabra de Dios proclama una palabra que quiero recordarte, ella dice "recomiendo", es el deseo del Señor, nos recomienda una vida de oración.
San Pablo dice: "Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador; él quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad", por eso recemos para que la divina misericordia caiga sobre las familias y sobre los que están siendo perseguidos.

Mons. Jonas Abib
Campamento de la Misericordia.


El administrador infiel

Comentario Lucas 16, 1-13

José María Vegas, cmf
El vil metal y el Reino de Dios
Al leer la primera lectura caemos en la cuenta de que la especulación, el fraude y la explotación del hombre por el hombre son cosas que vienen de antiguo. No hace falta esperar el advenimiento del capitalismo para encontrarnos con ese proceder injusto. Ni tampoco hay que esperar a que aparezcan los críticos del capitalismo y del neoliberalismo para encontrar la indignación y la protesta contra esos comportamientos inmorales. Quien piense que “la religión” se ha dedicado tradicionalmente a justificar la injusticia o la pasividad ante ella en este mundo en nombre de un futuro paraíso celeste, es que no ha leído nunca los textos del Antiguo Testamento. Sobre todo (aunque no sólo) los profetas descalifican la falsa religiosidad de los que elevan oraciones a Dios y le ofrecen sacrificios, mientras explotan a sus semejantes cometiendo todo género de injusticias en el campo social y económico. En múltiples textos proféticos se subraya con una fuerza tremenda que el ver­dadero sentido religioso requiere como condi­ción la justicia, el derecho, la atención de los necesitados. Sin esto, los sacrificios y todos los actos de culto le son aborreci­bles a Dios, que expresa por boca de sus profetas el hastío que le producen holo­caustos y sacrificios realizados por corazones tor­cidos, insensibles a los sufrimientos de los pobres. Al texto que leemos hoy, del profeta Amós, especialmente sensible en este campo, se podrían añadir muchos otros (cf. Am 5,22; Os 6,6; Zac 7,10; Is 1,11-17). Los deberes de justicia son tan “sagrados” como los deberes directamente relacionados con Dios, precisamente porque es en el hombre, imagen y semejanza de Dios, en donde encontramos el ámbito principal para mostrar la verdad de nuestras actitudes religiosas.
Pero, por otro lado, el cumplimiento de nuestros deberes de justicia no debe servirnos de excusa para distraernos de nuestra relación con Dios. Son dimensiones profundamente implicadas entre sí, pero cada una de ellas tiene su espacio propio. Precisamente, la parábola del administrador injusto del Evangelio nos ayuda a comprender esa mutua implicación y, al tiempo, la especificidad de cada uno de ellos. Esta parábola hace pie en un problema administrativo y de falta de honestidad para enseñarnos una verdad más profunda. El administrador infiel se encuentra en una situación de gran apuro, prácticamente sin salida: pillado en su deshonestidad, no encuentra alternativas válidas para poder “salvarse”, en el sentido más inmediato de la expresión: ni el trabajo físico ni la mendicidad son salidas válidas para él. De ahí que busque la salvación por medio de la astucia, haciendo que los deudores de su amo se conviertan en deudores suyos, y así poder ganarse su favor futuro.
¿Debemos entender que Jesús alaba esa astucia deshonesta, en la que el fin justifica los medios, cualesquiera que estos sean? ¿No estaría esto en flagrante contradicción con lo que escuchamos en la primera lectura, en la que se condena sin paliativos el fraude y el engaño? La clave para entender la provocativa parábola de Jesús está en las palabras con que la concluye: “los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”. Ese “con su gente”, que puede entenderse además como “en sus asuntos”, indica que también nosotros debemos ser astutos, sagaces, inteligentes, con nuestra gente, en el asunto que nos ocupa, si es que somos hijos de la luz. Así como hay que tener habilidad para “salvarse” de las situaciones apuradas en que nos pone la vida, así debemos saber cuáles son los medios para que nos reciban “en las moradas eternas”. Porque, en un cierto sentido, todos somos hijos de este mundo y todos estamos llamados a ser hijos de la luz. Y la cuestión está en que, con frecuencia, mostramos un interés, una sagacidad y una habilidad para resolver nuestros asuntos mundanos, que brilla por su ausencia en el asunto capital de la salvación religiosa, en la que se decide nuestro destino de manera definitiva.
¿En qué consiste esa habilidad, astucia y empeño para que nos reciban en las moradas eternas? Siguiendo con la lectura del Evangelio nos encontramos con una frase de Jesús todavía más enigmática que la anterior. ¿Qué significa hacerse amigos con el dinero injusto?Posiblemente no debamos entender aquí el adjetivo injusto como una cualidad que el dinero puede tener o no, sino como un adjetivo explicativo, que expresa y subraya una cualidad propia del objeto en cuestión; como cuando decimos “la fría nieve” o “el sol ardiente”. Jesús estaría usando una expresión coloquial, como cuando en español decimos “el vil metal”, aludiendo a las pasiones (la avaricia, la codicia, la ambición…) que suscita, sin que queramos decir que toda relación con el dinero haya de ser deshonesta.
Precisamente, el trato con el injusto dinero, con el vil metal o con los bienes y los asuntos pasajeros de este mundo (económicos, políticos, sociales, etc.) son parte esencial de nuestro camino hacia las moradas eternas. Es en el trato con estos bienes, reales, pero no definitivos, donde se pone a prueba si somos realmente hijos de la luz o sólo hijos de este mundo. Los que son sólo hijos de este mundo se entregan a estos asuntos en cuerpo y alma, y por obtener este género de bienes son capaces de vender su alma al diablo, de hacer todo tipo de pactos con el mal, de cometer todo género de injusticias; se hacen así siervos del dinero y de los bienes que desean poseer. Si somos hijos de la luz, entonces estamos llamados, no a inhibirnos de estas dimensiones de nuestra vida (también somos hijos de este mundo), sino a llevar a ellos la luz, a iluminarlos con la sabiduría que nos viene de Dios, a usarlos sin entregarles nuestro corazón ni hacernos servidores suyos. Hacerse amigos con el vil metal (y con todo lo que ello significa) quiere decir establecer también en este ámbito relaciones nuevas, no marcadas por el interés egoísta y la idolatría del dinero, sino por la justicia (aun a costa de perder a veces en los propios intereses), y más allá de la justicia, por la generosidad. No hace tanto (hace tres domingos) escuchábamos en el evangelio cómo Jesús nos exhortaba a invitar no a aquellos que pueden correspondernos, sino a los pobres, lisiados, cojos y ciegos, que no pueden pagarnos pues la paga será cuando resuciten los muertos (cf. Lc 14, 13-14). Con el vil metal o el injusto dinero es posible realizar obras de justicia, establecer relaciones nuevas y fraternas, acoger a los necesitados, en una palabra, hacerse verdaderos amigos (que no lo son por interés, si es que son verdaderos). En medio de los asuntos cotidianos que nos ocupan, preocupan y agobian, podemos vivir de tal manera que nos hagamos amigos de Jesús, que vive y sufre en los necesitados. La frase entera de Jesús es altamente significativa: “Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas”. No dice, “por si os falta”, sino “cuando os falte”; pues esos bienes por los que nos afanamos a causa de las necesidades de la vida nos han de faltar con seguridad: nadie puede llevarse a la tumba su fortuna. Pero los bienes que hayamos acumulado en honradez, justicia y generosidad (precisamente en el trato con aquellos otros bienes efímeros) serán los que nos abran el camino a las moradas eternas, pues serán el vínculo de la amistad con Jesús, ganada en el trato con sus pequeños hermanos.
Entendemos, pues, que los bienes de esta tierra, que nos ocupan y preocupan, y los bienes de allá arriba no son extraños entre sí. En los primeros se hacen ya patentes los valores del Reino de Dios, dependiendo de cómo nos relacionemos con ellos. Es en el trato con ellos como se pone a prueba si somos o no de fiar, si somos responsables, honestos, justos, generosos y desprendidos. Y es Jesús, amigo y maestro, el que nos enseña la justa jerarquía de todos los bienes.
Así vamos entendiendo la mutua implicación de los dos órdenes, mundano y religioso, que no tienen ni que mezclarse indebidamente, ni tienen por qué estar en guerra o en conflicto (aunque lo estén frecuentemente). En esta clave podemos entender las palabras de Pablo en la carta a Timoteo, que no habla de economía, sino de política. La necesaria autonomía de estos órdenes (el más externo de la vida social, económica y política, regido por el derecho; y el más personal, ético y religioso, que atañe a la conciencia) pueden y deben tratar de coordinarse desde el mutuo respeto y la cooperación. Igual que en la economía, también en la política es posible ver las semillas del Reino de Dios, en la medida en que en ella ha de procurarse por la vía jurídica la justicia, la paz y el bien de la persona humana. Si nos parece que los “hijos de este mundo” tienen más habilidad para imponer en estos órdenes sus criterios, tratando con frecuencia de exiliar de ellos cualquier vestigio del Reino de Dios, nosotros, llamados a ser hijos de la luz e implicándonos sin temor en todos esos asuntos, hemos de tratar de iluminar el sentido trascendente de los bienes pasajeros de este mundo, de modo que podamos así dar a conocer también la voluntad salvífica de Dios, del Dios que se ha encarnado en Jesucristo, y que “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Haceos amigos...


...Con el dinero

Los pobres, decía San Agustín, son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se está construyendo para nosotros en el más allá. 




 

 
El Evangelio de este domingo nos presenta una parábola en cierto modo bastante actual, la del administrador infiel. El personaje central es el administrador de un propietario de tierras, figura muy popular también en nuestros campos, cuando regían sistemas usufructuarios.

Como las mejores parábolas, ésta es como un drama en miniatura, lleno de movimiento y de cambios de escena. La primera tiene como actores al administrador y a su señor y concluye con un despido tajante: «Ya no puedes ser administrador». Éste no esboza siquiera una autodefensa. Tiene la conciencia sucia y sabe perfectamente que de lo que se ha enterado el patrón es cierto. La segunda escena es un soliloquio del administrador que se acaba de quedar solo. No se da por vencido; piensa enseguida en soluciones para garantizarse un futuro. La tercera escena –el administrador y los campesinos— revela el fraude que ha ideado con ese fin: «“¿Tú cuánto debes?” Respondió: “Cien cargas de trigo”. Le dijo: “Toma tu recibo y escribe ochenta”». Un caso clásico de corrupción y de falsa contabilidad que nos hace pensar en frecuentes episodios parecidos en nuestra sociedad, si bien a escala mucho mayor.

La conclusión es desconcertante: «El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente». ¿Es que Jesús aprueba o alienta la corrupción? Es necesario recordar la naturaleza del todo especial de la enseñanza en parábolas. La parábola no hay que trasladarla en bloque y con todos sus detalles en el plano de la enseñanza moral, sino sólo en aquel aspecto que el narrador quiere valorar. Y está claro cuál es la idea que Jesús ha querido inculcar con esta parábola. El señor alaba al administrador por su sagacidad, no por otra cosa. No se afirma que se vuelva atrás en su decisión de despedir a este hombre. Es más, visto su rigor inicial y la prontitud con la que descubrió la nueva estafa, podemos imaginar fácilmente la continuación, no relatada, de la historia. Tras haber alabado al administrador por su astucia, el señor debe haberle ordenado que devolviera inmediatamente el fruto de sus transacciones deshonestas, o pagarlas con la cárcel si no podía saldar la deuda. Esto, o sea, la astucia, es también lo que alaba Jesús, fuera de parábolas. Añade, de hecho, casi como comentario a las palabras de ese señor: «Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz».

Aquel hombre, frente a una situación de emergencia, cuando estaba en juego su porvenir, dio prueba de dos cosas: de extrema decisión y de gran astucia. Actuó pronta e inteligentemente (si bien no honestamente) para ponerse a salvo. Esto –viene a decir Jesús a sus discípulos— es lo que debéis hacer también vosotros para poner a salvo no el futuro terreno, que dura algunos años, sino el futuro eterno. «La vida –decía un filósofo antiguo— a nadie se le da en propiedad, sino a todos en administración» (Séneca). Somos todos los «administradores»; por ello debemos hacer como el hombre de la parábola. Él no dejó las cosas para mañana, no se durmió. Está en juego algo más importante como para confiarlo al azar.

El Evangelio a menudo hace diversas aplicaciones prácticas de esta enseñanza de Cristo. En la que se insiste más tiene que ver con el uso de la riqueza y del dinero: «Yo os digo: haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas». Es como decir: haced como aquel administrador; haceos amigos de quienes un día, cuando os encontréis en necesidad, puedan acogeros. Estos amigos poderosos, se sabe, son los pobres, puesto que Cristo considera dado a Él en persona lo que se da al pobre. Los pobres, decía San Agustín, son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se está construyendo para nosotros en el más allá. 

Cabellos blancos

Foto: Quando  eu olhei para minha cabeça e percebi  mais um cabelo branco, eu agradeci muito a Deus.  Eu ficarei imensamente feliz em ver todos os meus  cabelos embranquecidos pelo passar dos anos. Num mundo onde a vida humana vale tão pouco, cada dia, cada ano vivido é uma dadiva Divina. Eu só  queria que os anos que passam na minha   vida fossem acompanhados com  a  maturidade dos afetos e da minha própria humanidade.  A medida que os anos avançam que  eu não fique mais azedo, pessimista e sem foco na vida. Eu quero ir deixando para trás as magoas e as decepções. Eu desejo reparar os males e enganos que cometi ao longo da caminhada.  Eu quero viver a vida com intensidade da beleza que vislumbro em cada horizonte que desponta na minha frente. Eu desejo olhar  a vida com aquela  imensa simplicidade dos meus passos  de criança que sonhava apenas em estudar e em  ser alguém na vida.  E com tudo que estudei eu descobri que ser alguém na vida consiste em eu ser  eu mesmo com autenticidade, simplicidade, honestidade e firmeza de  caráter. Que cheguem os cabelos brancos. Que a vida siga a sua rota e que eu não perca a direção do horizonte que aponta para o infinito e para o Eterno. O importante é caminhar sem perder a direção. Mesmo, que seja necessário paradas para abastecer, fazer manutenção e calibrar as forças. Eu descobri que quanto mais simples eu  for mais gostosa a vida fica. Então, eu não quero muitas coisas não, apenas o suficiente para viver com dignidade e não me tornar pesado para ninguém. Isto não significa que  eu não precise e nem vou precisar de ninguém.  É  que eu  já conheci tanta gente generosa nesta vida e que tornou minha vida melhor. Eu gostaria de dizer para a vida, que a face mais bela dela se chama BONDADE… Como eu colhi muita bondade ao longo da estrada,  eu gostaria de morrer semeando o que eu mais colhi!!  ( by Roger Araujo)

Cuando miré mi cabeza y percibí el blanco de mis cabellos, agradecí mucho a Dios.
Estoy inmensamente feliz de ver todos mis cabellos emblanquecidos por el paso de los años.
En un mundo donde la vida humana vale tan poco, cada día, cada año vivido es una gracia divina.
Yo solo quería que los años que pasen por mi vida estuviesen acompañados con la madurez de los afectos y de mi propia humanidad. A medida que los años avanzan que no me quede amargado, pesimista, sin foco en la vida. Yo quiero ir dejando atrás las peleas y las decepciones. Deseo reparar los males y los engaños que cometí a lo largo del caminar. Quiero vivir la vida con la intensidad de la belleza que vislumbro en cada horizonte que despunta en mi frente. Deseo mirar la vida con aquella inmensa simplicidad de mis pasos de niño que soñaba apenas con estudiar y en ser alguien en la vida. Y con todo lo que estudie descubrí que ser alguien en la vida consiste en ser uno mismo con autenticidad, simplicidad, honestidad y firmeza de carácter.
Que lleguen los cabellos blancos.
Que la vida siga su ruta y que yo no pierda la dirección del horizonte que apunta para el infinito y para lo eterno.
Lo importante es caminar sin perder la dirección.
Aunque sean necesarias paradas para abastecer, hacer manutención, calibrar las fuerzas.
Descubrí que cuanto más simple sea, más sabrosa la vida será.
Entonces, no quiero muchas cosas, no, apenas lo suficiente para vivir con dignidad y no volverme pesado para nadie.
Esto no significa que no precise o que no voy a precisar de nadie. 

Es que ya conocí tanta gente generosa en esta vida y que volvió mi vida mejor. Me gustaría decir a la vida que el rostro más bello de ella se llama Bondad... Como recogí mucha bondad a lo largo del camino me gustaría morir sembrando lo que mas recogí.



p. Roger Araujo

viernes, 20 de septiembre de 2013

No hay primavera sin invierno

Primavera

 
Estamos nuevamente en setiembre y pareciera que este año ha transcurrido raudamente sin dejarnos tiempo de respirar.
Lo lindo de este mes es la Primavera que consigo trae las más bellas flores, los pájaros que migraron regresan cantando las más bellas canciones felices por esta maravillosa estación. Los árboles estrenan trajes nuevos de impecable color verde, como engalanados para recibir a tan hermosa señora.
Vemos también a las personas como más felices, con nuevas esperanzas y más fe.
Pero me detengo aquí para hacerte una pregunta: ¿La Primavera llegó así de fácil? ¿Fue en un abrir y cerrar de ojos que las plantas dieron sus flores y frutos?
¡No! Como dice el Papa Francisco: “No hay nada fácil en la vida”.
Y es así mismo. Para que llegue la Primavera fue necesario pasar antes por un duro otoño y un crudo invierno.
El otoño es la estación que se caracteriza por el “perder”, porque es donde los árboles pierden todas sus hojas y quedan desnudos, desprotegidos y sin nada. Y cuanto más desprotegidos se encuentran llegan sin piedad el crudo invierno, la estación que no se compadece de nada ni de nadie, la que con toda la frialdad que lo caracteriza va en pos de alguna victima. Sólo el más fuerte sobrevive.
Así también sucede en nuestras vidas, necesitamos pasar por duros otoños, donde perdemos todo lo que creíamos tener, todas nuestras seguridades… Para que luego llegue el cruel invierno que también sin compadecerse de nuestro nada se arremete con todo sobre nosotros, estos son los momentos difíciles que todos pasamos, pero que son necesarios para que por fin la Primavera llegue a nuestras vidas.
Es necesario perder para ganar, perder las hojas viejas que muchas veces impiden el paso de nuevas hojas en nuestras vidas. Muchas veces tememos que perder nuestras hojas, pensando en el frio invierno que se acerca, pero es necesario dar lugar a lo nuevo que Dios nos prepara. En el otoño de la vida deja tus hojas caer para que cuando llegue la Primavera puedas feliz florecer.
Así también necesitamos vencer el cruel invierno, los momentos de difíciles pruebas, de sufrimientos, de soledad, de abandono… Por que solo después del invierno llega la Primavera.
Recuerda, es necesario pasar por el otoño y el invierno para dejar entrar a la Primavera; así también Jesús debió pasar antes por la Cruz para poder resucitar.
Para vencer el frio invierno de la vida no te fíes de tus propias fuerzas, abandónate en Dios y Él hará llegar la Primavera en tu vida.
Luz Torres
fuente: www.cancionnueva.com

jueves, 19 de septiembre de 2013

4ta. Escuela de María



¡ CONFIRMADO !
Sí, la 4ta. Escuela de María en Itatí -Corrientes- e Iguazú, -Misiones- ya tiene fecha.
Te invitamos a vivir una experiencia de comunión fraterna y encuentro con Dios junto a hermanos de la Comunidad Carismática "Piedras Vivas".
Fecha 15, 16 y 17 de Noviembre de 2013
Salida desde Recreo Jueves 14 - 23 hs.
Consultas 0342 154419901