viernes, 30 de septiembre de 2016

BUSCAR EL BIEN COMÚN

Con Jesús por la mañana.En este último día de peregrinar agradece a Jesús por el camino recorrido y ofrécete como instrumento disponible a construir el bien en tus ambientes. “El bien común se busca desde nuestras diferencias... Para que haya diálogo es necesario una base fundamental. El diálogo presupone, nos exige, buscar la cultura del encuentro. Un encuentro que sabe reconocer que la diversidad no solo es buena: es necesaria”” (Papa Francisco). El Bien común se construye en la vida cotidiana, con otros, en los pequeños gestos de amor, confianza, misericordia y perdón. Ofrece tu día por las intenciones del Papa. Deja resonar estas palabras en tu corazón ¿Qué te dicen a tí?

Con Jesús durante el día.«Jesús dijo a sus discípulos: El que a ustedes escucha a mí me escucha; el que a ustedes desprecia a mí me desprecia; y quien a mí me desprecia, desprecia al que me envió» (Lc 10, 16) ¿Eres agente multiplicador del diálogo y el encuentro con tu hermano? Ofrece el perdón de corazón a quien esté enemistado contigo.

Con Jesús por la noche. Reconocer a las personas.¿Con quiénes estuviste hoy? ¿Recuerdas algún encuentro personal en concreto? ¿Qué te dejaron esos encuentros? ¿Dijiste algo que no debías o actuaste mal con alguien?

fuente El Evangelio en casa


Meditación: Lucas 10, 13-16


San Jerónimo

El que los escucha a ustedes, a mí me escucha. (Lucas 10, 16)

Jesús acababa de dar instrucciones a sus discípulos para la misión que les encomendaba y les advertía que ciertos pueblos no los acogerían, porque algunos ya lo habían rechazado a él. Esos pueblos recibirían un castigo severo por no haber aceptado el mensaje de la salvación.

Cristo había venido a comunicar al pueblo la verdad de que Dios les ofrecía vida y paz; ahora enviaba a sus discípulos a ser sus portavoces, de modo que aceptar o rechazar el mensaje que ellos anunciaban equivalía a aceptar o rechazar a Dios mismo. Quienes escucharan la predicación tendrían que tomar la decisión más importante de su vida, ya que su destino eterno dependería de su respuesta.

El Señor pronunció una lamentación por lo que les tocaría sufrir a las ciudades que ya lo habían rechazado y eso debe haberles infundido un profundo sentido de responsabilidad a los discípulos por la tarea que el Señor les encomendaba.

Los creyentes de hoy, que formamos el Cuerpo de Cristo, compartimos el llamado a “propagar el Reino de Cristo por toda la tierra” (Catecismo de la Iglesia Católica, 863). Cada cual tiene su campo particular de misión allí donde está: la familia, el lugar de trabajo, el vecindario. Lo que suceda con las personas con quienes vivimos y trabajamos es muy importante para Dios y, por eso, a fin de que estemos bien equipados y preparados para una misión tan importante, Jesús nos ofrece su ayuda mediante la acción del Espíritu Santo, que se hace presente en la oración, la reflexión en su palabra y su presencia en la Sagrada Eucaristía (véase CIC, 864).

¿Conoces a alguien que se ha alejado de Dios? Nunca es demasiado tarde para intentar evangelizarlo. Ora por quienes sabes que han abandonado la fe; intercede para que el espíritu de revelación actúe en la vida de esas personas. Intercede por ellas y líbralas de las garras del maligno. Si te parece que Dios te pide que les des testimonio, hazlo con amor, tacto y comprensión, y sin presiones; demuéstrales que el Evangelio es el mensaje más esperanzador y poderoso que hay en el mundo.
“Jesús, Señor y Salvador mío, concédeme el deseo de trabajar para que muchas otras personas te conozcan. Quiero ser instrumento tuyo para que otros hombres y mujeres entren en tu Reino.”
Job 38, 1. 12-21; 40, 3-5
Salmo 139(138), 1-3. 7-10. 13-14

fuente: devocionario católico la palabra con nosotros


Liturgia Viva al amanecer 30092016

Los medios modernos de comunicación han hecho al mundo más estrechamente unido o globalizado, pero también nos han mostrado más claramente la presencia del pecado y del mal en el mundo;  más  de  la  mitad  de  la  población  mundial pasa hambre y está explotada; el mundo de la economía se ha ido fuera de control a pesar de las donaciones para la ayuda al desarrollo, y naciones enteras no son libres por causas y situaciones interiores o exteriores.. --- Y en nuestros propios pequeños mundos personales hay pertinaz  egoísmo, soberbia  a costa de los otros, sospecha... Mientras condenamos los pecados de la sociedad, no perdamos en el proceso nuestro sentido personal del pecado; no olvidemos nuestra solidaridad en el pecado, pero al mismo tiempo vivamos mejor nuestra solidaridad de amor y vida motivadas por Jesús. El pecado es un rechazo de Cristo y su mensaje.


CONSENTIR EN LA CONVERSION

Santa Catalina de Génova (1447-1510), esposa, mística
El libre albedrío
Consentir en la conversión

    Dios incita al hombre a levantarse del pecado. Luego, con la luz de la fe le ilumina la inteligencia; más tarde, gracias a un gusto y una cierta dulzura le enciende la voluntad. Todo esto lo hace Dios en un instante, aunque nosotros tengamos que expresarlo por muchas palabras e introduciendo un intervalo de tiempo.

    Dios obra todo esto en el hombre según el fruto que prevé. A cada uno se le otorga gracia y luz suficiente para que, haciendo lo que está a su alcance, pueda salvarse, sólo dando su consentimiento a la obra de Dios. Este consentimiento se realiza de la manera siguiente: Cuando Dios ha hecho su obra, basta al hombre con decirle: “Estoy contento, Señor, haz de mí lo que quisieres, me decido a no pecar más y dejar todas las cosas del mundo por tu amor.”

    Este consentimiento y este movimiento de la voluntad se realizan con tanta rapidez que el hombre se une a Dios sin que se dé cuenta de ello, ya que se realiza en el silencio. El hombre no ve el consentimiento pero le queda una impresión interior que le empuja a seguir en él. En esta operación se encuentra inflamado y aturdido, estupefacto, sin saber qué hacer y a dónde volverse. Por esta unión espiritual el hombre queda ligado a Dios por un lazo casi indisoluble, porque Dios hace casi todo, habiendo consentimiento por parte del hombre. Si éste se deja conducir, Dios lo conduce y lo encamina a la perfección que le tiene destinada.


RESONAR DE LA PALABRA 300916

Evangelio según San Lucas 10,13-16. 
¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió". 

RESONAR DE LA PALABRA
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo!

En la primera lectura Job consigue lo que tanto anhelaba: Dios le responde. Antes, Job había puesto en tela de juicio la moralidad de la creación. La respuesta de Dios invita a Job a una confrontación con sus propios cuestionamientos. Aunque la pedagogía de Dios es firme, sus palabras son respetuosas, diferente de los tres amigos de Job que le acusaron de haber pecado.

Las palabras de Dios, especialmente en forma de preguntas, hace que Job descubra sus propias limitaciones y deje de ser el centro del universo. Ponernos en el centro de todo es la tendencia tenemos cuando algo en nuestra vida no va bien. La mirada de Dios, sin descuidar de nosotros, es más grande que nuestro pequeño mundo. Las preguntas que Dios le dirige a Job es una invitación a confrontar la vida desde una perspectiva más amplia, es decir, desde la mirada del propio Dios. Es una actitud egoísta fijarnos solamente en nuestros problemas, encerrarnos en nosotros mismos y olvidar que existe un mundo que cuenta con nuestra ayuda, que hay personas que nos necesitan.

La respuesta de Job es una bella expresión de apertura al misterio, aún en medio del sufrimiento: “me siento pequeño”. Reconocerse pequeño fue su respuesta, su actitud y su oración. Esa es la actitud que nosotros debemos tener ante Dios y no sentirnos como el ombligo del mundo. Sin duda, la pequeñez nos hará ver nuestra existencia con otros ojos.

En cierto sentido es la misma crítica que Jesús dirige hacia las ciudades en las que se anunció la Buena Nueva. El rechazo al mensaje de Jesús es una evidencia de la autosuficiencia en la que viven. Este es el problema de algunos países europeos cierran sus fronteras frente a la necesidad de tantas personas que huyen de la guerra y de la escasez económica en la que viven. Los nacionalismos, que suelen reforzar la identidad en detrimento del rechazo a los demás, son contrarios a la identidad cristiana y al mensaje del Evangelio.

Celebramos la memoria de San Jerónimo, conocido especialmente por traducir la Biblia al latín, también conocida como Vulgata. Se puede ver, su amor por las Sagradas Escrituras reflejado en uno de sus escritos: “deseamos traducir las palabras en obras; no hablar de cosas santas, sino de hacerlas”. Pidamos su intercesión para que nosotros seamos capaces de traducir la Palabra de Dios en nuestras acciones.

Fraternalmente, 
Eguione Nogueira, cmf
fuente del comentario CIUDAD REDONDA

jueves, 29 de septiembre de 2016

Buen día, Espíritu Santo! 290916







Meditación: Daniel 7, 9-10. 13-14


Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

La siguiente es una historia verdadera: Mientras realizaba una peregrinación en Barcelona, un joven que pensaba en hacerse sacerdote tuvo un encuentro misterioso. Estaba solo, sin dinero y tenía hambre, cuando un desconocido alto y corpulento lo invita a cenar. Naturalmente acepta y luego se despiden, pero nunca le pregunta al hombre quién es ni cómo se llama.

Más tarde, en una calle angosta, un grupo de cinco matones lo arrincona para asaltarlo, pero de la nada aparece el mismo hombre corpulento y lo rescata. Dos semanas después el joven está en una tienda en Madrid, a más de 300 millas de Barcelona, y ¡ve al mismo hombre! El joven va a buscar a su madre (que entonces lo acompañaba) para que lo conociera, pero cuando regresa sólo encuentra una nota que dice: “Que Dios te bendiga. Miguel.”

¿Pudo éste haber sido el arcángel San Miguel, cuya fiesta celebramos hoy? Imposible saberlo con certeza, pero este episodio concuerda con la misión del arcángel, de proteger a la Iglesia y a sus miembros. De hecho, él fue el ángel que expulsó a Satanás del cielo (Apocalipsis 12, 7). El Papa León XIII le tenía tanta devoción que compuso la “Oración a San Miguel Arcángel” que todavía rezamos hoy.

¡Tenemos unos aliados muy poderosos en el Reino espiritual! Y aunque es difícil que nos encontremos un día con el arcángel Miguel, Gabriel o Rafael en persona, sabemos que hay muchos de ellos. ¿Quién sabe cuántas veces hemos sido protegidos por ángeles, especialmente donde había peligro?

Hoy es un buen día para recordar que no estamos solos. Tenemos naturalmente a Jesús, nuestro Señor, la Virgen María y los santos con nosotros, pero también están los ángeles, especialmente ¡nuestro propio ángel de la guarda! Podemos estar sumamente agradecidos porque lo que hacen en favor nuestro tiene por objeto ayudarnos a llegar un día a contemplar la hermosura de la faz del Señor. Por eso confía en que cada día tienes ángeles a tu lado, que te ayudarán en cualquier situación.
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.”
Salmo 138(137), 1-5
Juan 1, 47-51

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

COMPRENDIENDO LA PALABRA 290916

Simeón el Nuevo Teólogo (c. 949-1022), monje griego
Himno 2
«Los ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial» (Mt 18,10)

Te doy gracias, porque me has concedido vivir,
conocerte y adorarte, Dios mío.
Porque « la vida es que te conozcan a ti, único Dios verdadero» (Jn 17,3),
creador y autor de todo,
no engendrado, no creado, sin principio, único,
y a tu Hijo, engendrado de ti,
y al Espíritu santísimo, que procede de ti,
la trino-unidad digna de toda alabanza...

¿Qué hay donde residen los ángeles, los arcángeles,
las soberanías, los querubines y los serafines
y todos los demás ejércitos celestiales,
como la gloria o como la luz de inmortalidad,
qué gozo, qué esplendor de vida inmaterial,
sino la única luz de la Santa Trinidad?...

Cítame un ser incorpóreo o corpóreo
y verás que es Dios quien lo ha hecho todo.
Si se te habla de un ser cualquiera, sea del cielo,
sea de la tierra o de los abismos,
también para ellos, para todos, no hay más que una vida, una gloria,
un deseo y un reino,
una única riqueza, gozo, corona, victoria, paz,
o cualquier otro resplandor:
el conocimiento del Principio y de la Causa
de donde viene todo, de donde ha nacido.
Allí está el que mantiene las cosas de arriba y las cosas de abajo,
allí está el que pone orden a todos los seres espirituales,
allí está el que reina sobre todos los seres visibles...

Han crecido en conocimiento y redoblado en temor
viendo caer a Satán
y sus compañeros llevados de la presunción.
Los que han caído han olvidado todo esto,
esclavos de su orgullo;
mientras que todos los que han conservado el conocimiento,
levantados por el temor y el amor,
se han unido a su Señor.
Así el reconocimiento de su señorío
producía también el crecimiento en el amor
porque veían mejor y más claramente
el resplandor fulgurante de la Trinidad.

RESONAR DE LA PALABRA 290916

Evangelio según San Juan 1,47-51. 
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre." 

RESONAR DE LA PALABRA
¡ Queridos hermanos y hermanas en Cristo!

Si antes nuestro mundo estaba poblado de ángeles, actualmente está poblado de “pokémons”. Hace unos meses fue lanzado el Pokémon GO, un juego que une el mundo real con la tecnología de la realidad virtual. Este juego nos muestra algo más profundo que la diversión, nos muestra el desencanto con el mundo puramente real. Nosotros tenemos necesidad de salir del mundo que se nos impone, de ir más allá del límite de la realidad que podemos ver.

La humanidad siempre ha buscado la trascendencia, pues nunca se contenta con el mundo puramente material. La presencia de ángeles en nuestra vida es parte de la fe judaica y cristiana. Algunos tienen misiones especiales y son llamados de arcángeles. Son estos que la Iglesia celebra hoy: Miguel, Rafael y Gabriel. Aunque tenemos la costumbre de representarlos como hombres con rostro suave, en la Sagrada Escritura aparecen muchas veces como seres infunden temor, pues son la manifestación de la gloria y del poder de Dios que recuerdan a los hombres la adoración que deben dar a su Creador.

Los ángeles perdieron su espacio en nuestra sociedad, cada vez más tecnológica y científica. Muchos fueron relegados a las estanterías esotéricas. Pero el Evangelio nos recuerda algo especial en estas figuras celestiales: ellos suben y bajan al servicio del Hijo del Hombre. Es una alusión a la escalera de Jacob, que une este mundo a la misma divinidad. Los ángeles nos hacen descubrir los secretos del cielo y nos introducen en el mismo proyecto soñado por Dios, es decir, así como ellos, nosotros también estamos llamados a la construcción de una historia en la que Cristo es el centro y es nuestro fin. Ellos son expresión de la comunicación de Dios con los hombres y de los hombres con Dios.

Los pokémons pueden ser más entretenidos y nos hacen salir de nuestras casas con la misión de capturar otros pokémons, pero eso es un juego apenas, es lo virtual en lo real. La fe nos lleva a una aventura más emocionante: con Miguel somos llamados a combatir el buen combate de la fe, con Rafael a sanar las heridas de las personas y con Gabriel a anunciar buenas noticias, en especial la gran noticia de salvación del Evangelio. La realidad de los ángeles no es virtual, es celestial y, diferentemente de una pantalla de Smartphone, necesitamos los ojos de la fe para saber que existen seres que nos acompañan. 

Fraternalmente, 
Eguione Nogueira, cmf

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

miércoles, 28 de septiembre de 2016

El Anuncio

«El que proclama la esperanza de Jesús es portador de alegría y sabe ver más lejos, tiene horizontes, no un muro que lo cierra; ve lejos porque sabe mirar más allá del mal y de los problemas. Al mismo tiempo, ve bien de cerca, pues está atento al prójimo y a sus necesidades. El Señor nos lo pide hoy: ante los muchos Lázaros que vemos, estamos llamados a inquietarnos, a buscar caminos para encontrar y ayudar, sin delegar siempre en otros o decir: «Te ayudaré mañana, hoy no tengo tiempo, te ayudaré mañana»»

Francisco


Viñeta Leonan Faro

Desolación Espiritual

«Primero: reconocer en nosotros los momentos de la desolación espiritual, cuando estamos en la oscuridad, sin esperanza, y preguntarnos por qué. Segundo: rezar al Señor como nos enseña hoy la liturgia con este Salmo 87 en el momento de la oscuridad. ‘Que mi oración llegue a ti, Señor’. Y tercero: cuando yo me acerco a una persona que sufre, tanto por enfermedad como por cualquier tipo de sufrimiento, pero que es propio de la desolación, silencio; pero silencio con tanto amor, cercanía, caricias. Y no hacer razonamientos que al final no ayudan, sino que incluso le hacen mal»

Francisco


viñeta Leonan Faro

Liturgia viva al anochecer 28092016


Los 6 Lenguajes del Amor

¿Ya te detuviste a pensar en la manera en la que demuestras amor a las personas que te rodean?



El lenguaje es el modo en que los hombres se comunican unos a otros, exprimiendo sus pensamientos y sentimientos por medio de vocablos, también es una manera de hablar, es el conjuntos de señales que se emplean e interpretan (como el hablar, el grito, las miradas, los gestos, ect.)

Todos los días nos comunicamos, conversamos, abrazamos, esbozamos sonrisas, y con la simplicidad de los gestos expresamos a todos el amor que puede ser medido e interpretado de forma diferente. El Amor también tiene su lenguaje, su modo de comunicarse. Encontramos psicólogos y libros que hablar sobre los lenguajes del amor, la manera en la que amamos, y nos sentimos amadas, ¿Ya te detuviste a pensar en la manera en la que demuestras amor a las personas que te rodean? Los psicólogos mencionan 5 lenguajes del amor:

1. Palabra de afirmación: palabras de elogios y apreciación

2. Calidad del tiempo: Tener tiempo de calidad con las personas que amas: dar atención, escucharlas, salir juntos.

3. Recibir regalos: la persona que se siente amada cuando recibe un regalo, sea un objeto, aunque sea simple, sea alegra porque es tenida en cuenta y sorprendida, por medio de una llamada por teléfono o un cartelito.

4. Formas de servir: Expresar amor a través de las formas de servicios: arreglar la casa, preparar el café, etc.

5. Contacto físico: un abrazo, demostración de cariño, etc.

Hoy presento otro lenguaje del amor:
6. La Oración: en el entrenamiento del Amor, debemos estar fundamentados en la oración, rezar por las personas que te rodean también es una lenguaje del amor, rezar por tu familia, amigos, esposo, novio, compañeros de trabajo e inclusive por aquella persona con la que es difícil convivir y a la cual no logramos expresarle cariño; en la oración llevamos a las personas que amamos al corazón de Dios y Jesús nos recibe y nos enseña a amar. La oración brota del corazón de las personas que experimentaron el amor de Dios.

Reza conmigo así: Señor dame tu amo para que pueda amar; enséñame a amar. Dame tu Espíritu Santo, enséñame a expresar amor en las palabras, en la mirada, con mis gestos; enséñame a expresar amor en mi familia, con mi esposo, mis hijos, con mis padres y hermanos, enséñame a expresar amor con mis amigos. Retira de mi todo miedo de amar, enséñame el lenguaje de amor, que está en tu Evangelio, condúceme. Dios te salve María…

¡Prodigue amor! ¡Ven Espíritu Santo!

Jacilene Vasconcelos (Comunidad Canción Nueva)
blog.cancaonova.com/mulher
fuente Canción Nueva en español

La ternura nace en el corazón que se siente amado

La ternura ayuda para dejar de lado cualquier tipo de división o interés
Estimados parejas de novios, en el articulo anterior, buscamos el tema de admiración. En este artículo, tenemos la posibilidad de encontrarnos con una de las mayores virtudes y actitudes humanas: la ternura. No se trata aquí de definir, pero descubrir lo que debemos hacer para convertirnos personas amables, simples y próximas.

Ternura2

“La ternura nace en el corazón de quien se siente amado”, asegura Santa Teresa de Jesús, mística española del siglo XVI. Esta mujer enamorada por la vida dejó ser tocada, por la dulzura divina y cambio por entero.
En la vida de dos personas, que admiradas una por la otra se sienten llamadas na compartir momentos, circunstancias y esperanzas, la ternura viene contribuir para dejar de lado cualquier tipo de división o interés.

Falta constante de ternura

Hoy, escucho muchas parejas que, por varias razones, se quejan por el dolor que causa una cierta desconfianza, una incomodidad y incluso un aprieto en el corazón. “Mi novio, mi novia no confiá en mí”. Expresiones como estas viene de una actitud agresiva y nada tierna. Las desconfianzas son una señal visible de quien, no esta feliz con lo que se acerca, prefiere mantenerse lejos. En la vida que llevamos, muchas actitudes negativas proviene de la falta de madurez, pero en la relación de personas que se aman, proviene de una falta constante de ternura y bondad.

Ejercer la ternura en primero paso es acercarse. Es necesario sentir el olor del otro, tenemos que sensibilizar frente al rostro de él. Quien no se acerca nunca tendrá la oportunidad de practicar la ternura. El regazo de la madre es el espacio exclusivo por medio del cual por tras de un vidrio o miles de kilómetros de distancia. Los novios van ser próximos a medida que se sensibiliza uno para con el otro. Es agradable cuando la novia buena en matemática explica para su novio que es bueno en español. Esta complementariedad que nace de la ternura hace que las relaciones se conviertan cada vez más solidas.

Coraje de perdonar

Preguntas y respuestas duras, silencios vacíos o acciones indebidas endurece el corazón. Un segundo paso para la vivencia de la ternura es la consolación. Hasta es una obra de misericordia. Espiritual. Encuentro personas que, en el lugar de consolar, aumentan y dilata la herida, creando situaciones desproporcionadas. Quien vive la ternura sabe que un error no puede ser superado con una ofensa. Cuando existe un mal entendido, necesitamos consolar y no aumentar el tamaño de la situación o de la circunstancia que provocó aquel malestar. El Papa Francisco pide para que, siempre que ocurrir algo malo, tengamos el coraje de disculpar el otro mismo que no tengamos responsabilidad. Eso transforma, supera y suaviza el corazón de quien necesita ser acogido y perdonado con ternura.
Por último, existe quien dice que la enfermedad no dura mil años, porque no existe cuerpo que resiste. La ternura vence todos los conflictos interiores. Aprendamos, por ejemplo, en acusar de nuestras faltas, haciendo con que la relación de novio sean menos tensa. No digo justificar como algunos que pretenden hacer, pero acusarse. Aprender a pedir perdón sin dar tanta transcendencia, sin tanto conflicto. Los novios y los novios tiene tiempo todo para hacer bromas, para crecer en la alegría, en el conocimiento reciproco, y la ternura es un instrumento eficaz y valioso que contribuye en esta realidad. Evitemos, entonces, todo aquello que pueda convertirnos personas agresivas y vivamos la ternura de forma fuerte y feroz. ¡Ser terno no es ser meloso, pero amable!

Padre Rafael Solano
Sacerdote de la Archidiócesis de Londrina. Rector del Seminario Mayor Pablo VI.
Professor de la PUC – PR

¿Como construir un matrimonio sano?

Novios, aprenden a admirarse para la construcción del matrimonio sano
Todos los filósofos aseguran que la grandeza del pensamiento comienza en la capacidad que la persona tiene de dejarse de admirar y contemplar.

La admiración no es una actitud superficial, por el contrario, admirar es sinónimo de pausar y observar lentamente aquello que nos llama la atención. En la exhortación Amoris Laetitia, Papa Francisco escribe: “El primer nivel de eros es la capacidad de admirarse” (A.L 15). El verdadero noviazgo tiene su punto de partida en la admiración inicial, sano y pura de una mirada, de una sonrisa y una charla.

Novios
Foto: Wesley Almeida/cancionnueva.com


¿Como construir la admiración?

En la admiración, los novios aprenden y crecen en la virtud de la pureza. Muchos parejas de novios, después de conocerse, ya tiene necesidad de estar juntos todos los días, de compartir todo juntos y vivir juntos. El noviazgo no puede ser superados como si fuera un tiempo de posesión o dominio. El tiempo de noviazgo parte de primera admiración, va creciendo y generando en los novios la alegría de conocerse a los pocos.
Darse cuenta en nuestra sociedad, que los enamorados ya están vinculados “oficialmente” por una especie de pacto o por así llamar de oficial relacionamiento que, en el medio de familia y de los amigos, ya es acepto.
Los novios pasan vacaciones juntos, los fines de semana y mucho tiempo juntos. Un noviazgo sano y responsable nace en un tiempo oportuno, prudente y discreto. Cuando los novios establecen una relación en este nivel, pierden la capacidad de admirarse, dando mayor oportunidad para las peleas pequeñas que deterioran la relación.
Soy ciente de que hoy podemos entrar en contacto con las personas superando las distancias, el tiempo y hasta el espacio. Pero, el noviazgo, es vital la serenidad y la conciencia de saber que este periodo de relación no tiene en sí mismo ningún compromiso definitivo; por el contrario, es un tiempo que pasa en la jovialidad de la juventud.
Los novios, mucho más que admirar las calidades o la belleza física de cada uno, deben admirar el contenido de sus conversaciones, de los asuntos que juntos comparten, de las conquistas que realizan a nivel académico y familiar, especialmente preparando un proyecto de vida que vislumbre el futuro. Cuando el noviazgo es vivido en la serenidad y en la conciencia sana de que un no depende del otro, la admiración se convierte un camino viable para, tal vez, llegar a un tiempo de compromiso y, sin duda, un futuro matrimonio.

El tiempo de noviazgo

¿Cuando debe comenzar el noviazgo? Cuando nace la admiración y esta pasa por la confirmación de los miembros de la familia. Enamorarse a escondidas, por la internet no constituye un paso suficientemente fructuoso. El noviazgo debe ser experimentado en el encuentro abierto y reconocido por aquellos que “cuidan” de los novios. Cuidar no es sinónimo de vigilar, controlar y decidir en el lugar del hijo o de hija. Cuidar significa promover la descubierta de una nueva experiencia en la vida, que, se bien guiada, trae grandes beneficios para la madurez.
Dejémonos admirar, cada vez más, por las obras del Señor. Dios siempre nos admira. Permitámonos que el tiempo de novio sea de conquistas y realizaciones, contribuyan para que el camino sea mejor construido. No acelera ningún tipo de relacionamiento es la primera señal de una vida construida sobre la Roca, que es Cristo.
Vivir un noviazgo en la admiración sensata de, quien sabe que un día, tomar decisiones definitivas es una de las mayores conquistas en la vida afectiva. Novios, hagan de este tiempo una admiración simples y tierna, permitan que la ternura florezca en tu relacionamiento con don vivido y celebrado.

Padre Rafael Solano
Sacerdote de la Arquidiócesis de Londrina. Rector del Seminario Mayor Pablo VI

LOS DEMONIOS DE LA VIDA CONYUGAL

Identifique los demonios que aparece a lo largo de la vida conyugal
En el amor conyugal, el secreto no es luchar contra la edad, sino estar en unión con ella, tal es la regla de la sabiduría. Al inicio, la relación es, sobre todo, alegría y esperanza. El amor es nuevo y está intacto. Los dos viven en esta de descubrimiento permanente; sin embargo, el amor no escapa a los ataques del tiempo. Una primera crisis es la desilusión que sacude el hogar naciente. El demonio de la desilusión hace que la imagen ideal, que uno había construido del otro, comience a desvanecerse. Para vencer esa crisis, tendrá que aceptarse en sus imperfecciones. En esa frase, el matrimonio se construye realmente.

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Foto: Daniel Mafra/cancaonova.com


La juventud del amor

Al final de la fase de adaptación, un mutuo conocimiento impide mayores problemas. El amor se instala. Pero si la crisis de la desilusión no fue superada, el tiempo precipita la segunda crisis, la del silencio. Si el demonio mudo se apodera de los dos, estos caen en una especie de letargia. La pareja vive, entonces, en retroceso, sin crecer, sin un ritmo seguro, sin dinamismo. Vencer esa segunda crisis es indispensable para que el amor sobreviva.


La madurez del amor

Alrededor de los 15 años de vida conyugal, los esposos adquieren madurez. Con una juventud madura, viven con serenidad. Son los años más bellos de la vida conyugal. Ya no se habla de felicidad, como cuando se es joven, sino simplemente se es feliz. Pero también puede suceder lo contrario, si no encontraron el camino del diálogo y su unidad. Una tercera crisis, con frecuencia fatal, es la indiferencia. El amor se transformó en hábito, el hábito en rutina, y la ruta, finalmente, en indiferencia. Se vive junto al otro, pero los corazones ya no están en contacto: el tiempo paralizó o mató el amor. La vida en común no es más que una apariencia que se mantiene, sea por obligación, ya que hay hijos, sea por conveniencia social.
Con el demonio de la indiferencia instalado, siempre existe lugar para un nuevo amor y, por eso, para la infidelidad y la separación.


El mediodía del amor

Entre los 45 y 50 años, surge un nuevo peligro. En ambos es el difícil momento de los cambios físicos y psicológicos. La mujer pierde un atributo de su femineidad: la fecundidad. El hombre va perdiendo un carácter de su virilidad: el vigor sexual. Pero antes que se produzca este declive, muchas se da un regreso a la adolescencia.
A esa crisis de mitad de vida llamamos el “demonio del mediodía”. Si el matrimonio entra en esta etapa, minado por la indiferencia y por la rutina, el “demonio del mediodía” tiene grandes posibilidades de triunfar.

El renacimiento del amor

Si el matrimonio sabe soportar esa época turbulenta, entra en un período de una segunda madurez. Es el crepúsculo del amor, el momento en que el matrimonio disfruta de la unidad conquistada, de una harmonía profunda y de una nueva paz. Es la hora de una felicidad serena, sin choques ni conflictos. El tiempo, que no perdona, ofrece entonces a los conyugues la inapreciable recompensa del renacimiento del amor.


El reposo del amor

Llega, por último, la hora del reposo, en que, envejecidos en el amor, los dos tendrán solamente reconocimiento para el otro. Ni siquiera la dolorosa perspectiva de la muerte podrá perturbar la madurez del amor. Se habrán amados hasta el fin, cuando la muerte se convierte en ápice, en una victoria. Delante de los hombres, como delante de Dios, no existe un amor más perfecto que el de dos personas que envejecieron juntos y que se dieron las manos para vencer las últimas dificultades, para gozar las últimas claridades del día.


Preguntas para reflexionar

1 ¿Algunos de esos demonios me es conocido?
2 ¿Qué puedo hacer para enfrentarlos?
3 ¿Cómo andamos con el diálogo conyugal?

Padre Nicolás Schwizer
Shoenstatt – Movimiento Apostólico
publicado por Canción Nueva en español

LA DIFERENCIA ENRIQUECE

Con Jesús por la mañana.
«El otro puede ser una diferencia que desinstala mis juicios y mis posturas vitales. El emigrante de piel más oscura que la mía, colocado en el centro de la convivencia, vecino en la misma calle o compañero de oficina; el creyente de otra religión que estremece mis convicciones; la bondad del agnóstico que desarma mis argumentos…: todos los diferentes pueden ensanchar mi universo personal, que tiende a cerrarse en cómodos terrenos bien cercados donde los demás no caben» (B. González Buelta). Ofrece tu día por las intenciones del Papa. ¿Qué lugar ocupan en tu vida, en tu comunidad, en tu trabajo, aquellos con quienes mantengo diferencias?

Con Jesús durante el día.
«El que ha puesto la mano en el arado y mira atrás no es apto para el reino de Dios» (Lc 9, 62). Deja de lado el juicio a ese hermano que te incomoda y descubre la bondad de su corazón, pide a Dios que te dé sus ojos para verlo como Él lo ve.

Con Jesús por la noche. Califica tu día.
¿Con qué palabra calificarías el día que termina? ¿Qué sucedió en este día para que lo califiques de esa manera? ¿Cómo te sientes en este momento? Agradece el día. La actitud con la que cierres el día de hoy definirá tu mañana. ¿Hay alguien a quién tengas que pedir perdón?


ESPERANZA

"La esperanza no tiene nada que ver con el optimismo. Muchos piensan que la esperanza es el optimismo, el mirar el lado positivo de la vida. Pero Jesús nunca dice nada parecido... Jesús está diciendo que el mundo es oscuro y seguirá siéndolo.
 La esperanza es abrirnos para dejar que Dios realice su obra en nosotros de formas que superan cuanto podemos imaginar... Esto es la esperanza: que Dios te lleve a lugares nuevos".

Henri NOUWEN


Buen día, Espíritu Santo! 280916





Meditación: Lucas 9, 57-62


San Wenceslao o San Lorenzo Ruiz y Campañeros

Cuando Jesús nos dice “Sígueme”, casi podemos escuchar que también nos dice “Deja atrás a todos los que se niegan a seguirme; abandona todo lo que sea un obstáculo y no mires atrás.” Esto suena un poco drástico, pero en realidad Jesús no vino a darnos una vida fácil, sino una vida recta; vino a librarnos de la esclavitud del pecado, a quitar el sentido de culpa por nuestro pasado y concedernos una nueva visión para un futuro glorioso. Todas las promesas del Evangelio se hacen válidas cuando decidimos seguir a Cristo.

En efecto, por esa sola decisión, ratificada una y otra vez, abrimos el corazón para recibir toda la gracia, el gozo y la esperanza del cielo. Un simple y sincero “Sí, Señor mío” nos lleva a la vida de la libertad, en la cual Dios levanta el peso de la culpa, la incertidumbre o el desánimo que nos han agobiado por mucho tiempo y nos comunica la seguridad inquebrantable de su amor.

Tenemos, por ejemplo, la vida de la Santa Madre Teresa, recién canonizada, que le dijo “sí” al Señor. Ese “sí” la llevó de su ciudad natal en Albania (ahora parte de Macedonia) a la escuela de un convento y luego a las calles de Calcuta, una vida nada fácil ni cómoda. Su apostolado en Calcuta, atendiendo a los más pobres de los pobres, a los enfermos y moribundos, fue para ella el cumplimiento de la vocación que desde joven le dio el Señor, pero lo que la mantuvo activa y sin desfallecer fue su fe inquebrantable. Hacer la voluntad del Señor era para ella fuente de alegría y felicidad.

Seguir a Cristo significa escoger el camino angosto. No es un camino fácil, pero no imposible en el que nunca brille el sol. Es cierto que a veces el sendero angosto nos atemoriza, pero Dios está con nosotros y con él todo es posible. Si avanzamos por ese camino, siempre encontraremos la gracia necesaria en el momento preciso y en la medida correcta. Jesús, por medio del Espíritu Santo, se preocupará de eso, porque él quiere que todos salgamos victoriosos.
“Sí, Señor y Dios mío, te seguiré hoy y todos los días de mi vida. Muéstrame tus caminos, Señor, y enséñame tus senderos, para que donde tú vayas yo vaya también contigo. A partir de hoy no quiero seguir la guía de nadie sino la tuya.”
Job 9, 1-12. 14-16
Salmo 88(87), 10-15

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotro

Liturgia Viva al amanecer 28092016

Jesús se entregó totalmente a su misión. Él exige de nosotros la misma entrega al reino de Dios de justicia y amor; exige eso no solo de sus apóstoles, sino también de todos los que “le siguen” – de nosotros. Se nos pide un compromiso “radical”, es decir, que vaya a las “raíces” en las profundidades de nuestro ser; y tiene que ser consistente; es un compromiso y una entrega que no miran atrás, sino que tienen sus ojos puestos tanto en el presente como en el futuro.

COMPRENDIENDO LA PALABRA 280916

Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra
Meditaciones-Oraciones, Part III, 2,2 « Our Lord refuses sympathy »
“Te seguiré adondequiera que vayas.”

    Jesús renunció, en el principio, a María y a José, así como a sus amigos íntimos que le profesaban simpatía. Cuando llegó el tiempo tuvo que renunciar a ellos... Quedémonos unos instantes cerca de María antes de seguir el camino de su Hijo. En una ocasión, Jesús prohibió a alguien que quería seguirle despedirse de los suyos. ¿No fue ésta la manera de actuar con su propia madre?

    Oh María, pensamos en tu dolor de madre, causado por la despedida de tu hijo. ¿No es uno de los mayores dolores? ¿Cómo habéis soportado esta primera separación y pasado los primeros días, lejos de él? ¿Cómo habéis podido vivir estos tres años en los que no oímos hablar de ti, hasta el momento de la cruz?


RESONAR DE LA PALABRA 280916

Evangelio según San Lucas 9,57-62. 
Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!". Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos". Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". 

RESONAR DE LA PALABRA
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo!

Job, el personaje que nos acompaña en la primera lectura, da un paso más en su vida de fe. Sin dejar de cuestionar los dramas en los que vive reconoce su pequeñez ante la grandeza de Dios. Job no se siente escuchado por Dios (Job 9,16), como si su vida careciera de significado para Dios. También nosotros podemos sentirnos así en determinadas ocasiones: como si Dios pasara de largo ante nuestra vida; como si Él tuviera otras cosas más importantes que estar atento a nuestras súplicas. Ese es también el sentimiento del salmista: “¡Qué mi plegaria llegue a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor!” (Sl 87,3). Es la oración de quien aún sintiendo su vida en el abismo no deja de confiar en Dios.

Etty Hillesum, joven judía que murió en Auschwitz en 1943, descubre la presencia de Dios en un ambiente de hostilidad y desesperación. En uno de sus diarios escribe: «…Quiero  ayudarte, Dios, a que no me abandones, pero no puedo garantizar nada por adelantado. Sólo una cosa tengo clara: que Tú no nos puedes ayudar, que nosotros tenemos que ayudarte a Ti y que haciéndolo nos ayudamos en definitiva a nosotros mismos. Eso es lo único que importa: salvar en nosotros mismos un pedacito de Ti, Dios. Quizá podamos contribuir a hacerte resucitar en los corazones atormentados de los demás». Etty aún sintiendo que Dios no puede ayudarle, se siente protegida en sus brazos; siente que aún en la oscuridad, incluso cuando su fe vacile, no dejará de creer y esperar en un mundo nuevo:  «Probablemente vivirás tiempos de escasez en mí, Dios mío, en los que mi fe no se nutrirá con tanta energía, pero, créeme, seguiré obrando para Ti y te seré fiel y no te echaré de mi interior. […] la vida es algo magnífico y grande; después tendremos que construir un mundo completamente nuevo y oponernos a cada crimen, a cada crueldad, un trocito de amor y bondad que tenemos que conquistar en nosotros mismos».

La fe nos mueve contra toda desesperanza, nos hace mirar horizontes nuevos. Por eso, en el Evangelio Jesús pide a los que Él invita a seguirle, que sus ojos estén puestos en Reino de Dios, razón de su vida y muerte, esperanza de todos los que sueñan el sueño de Dios. Pidamos el don de dejarnos guiar, pese las contrariedades de la vida, a las oscuridades de nuestra fe y la «escasez» de Dios en nosotros, por la gracia que nos acompaña siempre.

Fraternalmente, 
Eguione Nogueira, cmf
Fuente del comentario CIUDAD REDONDA

martes, 27 de septiembre de 2016

Liturgia viva al anochecer 27092016


AMA PROFUNDAMENTE

"No dudes en amar y en hacerlo profundamente. Puedes asustarte por el dolor que un amor profundo es capaz de causar. Cuando te rechacen las personas a las que amas profundamente, cuando te abandonen o mueran, se te romperá el corazón. Pero eso no debe apartarte de amar profundamente. El dolor que procede de un amor profundo hace que tu amor sea más fructífero. Es un dolor que rotura el campo y que hace posible que la semilla eche raíces, crezca y se convierta en una planta fuerte".

Henri NOUWEN


Meditación: Lucas 9, 51-56



San Vicente de Paúl

El viaje de Jesús a Jerusalén fue una ruta de gloria, tanto para el Señor (que fue ascendido al cielo por su Padre) como para la iglesia, que lo seguía. Dios siempre ha tenido la intención de que su pueblo participe de su propia vida y de la gloria del cielo. Esto es lo que el Señor tiene planeado para nosotros como finalidad y culminación de nuestra vida.

Cuando pensamos en el viaje de Cristo a Jerusalén, conviene recordar la gloria de todo lo que allí sucedió: su pasión y su muerte, en las que se revelan su perfecto amor y obediencia al Padre; su resurrección de entre los muertos y su posterior aparición a los sorprendidos y gozosos discípulos; su ascensión en gloria al lado de su Padre. Su hora en Jerusalén, que ya se acercaba, era el momento en que se cumpliría el plan de Dios para salvar a su pueblo y llevarlo a la gloriosa presencia en el cielo.

Jesús emprendió el viaje con plena decisión, pese a todo el rechazo y el sufrimiento que sabía que encontraría. Cuando los samaritanos lo rechazaron, permaneció resuelto a cumplir su propósito, aun cuando dos de sus más cercanos discípulos se indignaron. En esto vemos un modelo para nuestra propia vida, en la que encontramos tantas pruebas y desencantos. Pero Dios quiere que tengamos la mirada fija en la gloria a la que nos llama el Señor, para que en cada situación sigamos avanzando constantemente hacia nuestro glorioso destino.

Es preciso observar cómo vivió Jesús su propia enseñanza. Había dicho a sus discípulos que debían amar a sus enemigos, bendecir a quienes los maldijeran y ofrecer la otra mejilla a quienes les golpearan. Ahora no quiso dejar que sus discípulos se dejaran llevar por la cólera contra los pueblos que se habían mostrado inhospitalarios.

A veces nos sentimos frustrados cuando los demás no comparten nuestras ideas, y cuando rechazan las verdades de Dios que nosotros atesoramos. Con todo, Jesús no quiere que usemos el enojo ni la fuerza para tratar de convencer a las personas para que acepten la buena nueva. Debemos seguir el ejemplo de Jesús, que habló la verdad con amor, pero sin obligar a nadie.
“Señor, Espíritu Santo, concédenos una porción de la gloria que Dios tiene reservada para la Iglesia, y ayúdanos a seguir el camino de Jesús en forma resuelta y gozosa.”
Job 3, 1-3. 11-17. 20-23
Salmo 88(87), 2-8

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

Liturgia viva al amanecer 27092016

El profeta Elías no encontró a Dios en el viento huracanado o en el terremoto o en el fuego, sino en la suave brisa. Los “Hijos del trueno”, Santiago y Juan, querían que cayera fuego sobre el pueblecito de Samaria que no quiso recibir a Jesús, pero Jesús les reprende. La violencia no es camino de Dios.


COMPRENDIENDO LA PALABRA 270916

San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Sermones « Sobre diversos », n° 1
«Valientemente cogió el camino de Jerusalén»

    Hermanos, es verdad que vosotros habéis comenzado ya a caminar hacia la ciudad en la cual habitaréis; no es en las espesuras que habéis avanzado, sino sobre el camino. Pero temo que esta vida os haga vivir en la ilusión de que va a ser larga y, de esta manera, lleguéis a obtener no una consolación, sino más bien la tristeza. Sí, temo que, para algunos, el pensamiento de que les queda todavía un largo camino a recorrer, les haga sentir un desaliento espiritual, y pierdan la esperanza de poder soportar tantos trabajos durante un tiempo tan largo. Es como si creyeran que las consolaciones de Dios no llenaran ampliamente de gozo las almas de los elegidos de manera mucho más grande que la multitud de trabajos que llenan su corazón.

    Es verdad que, actualmente, estas consolaciones no las reciben más que a la medida de sus trabajos; pero, una vez alcanzada la felicidad, ya no serán sólo consolaciones, sino delicias sin fin lo que encontrarán a la derecha de Dios (sl 15,11). Hermanos, deseemos esta derecha que abraza enteramente nuestro ser. Deseemos ardientemente esta felicidad a fin de que el tiempo presente nos parezca breve (lo cual es verdad) comparado con la grandeza del amor de Dios.  «Los sufrimientos del tiempo presente no son nada comparados con la gloria que muy pronto se nos revelará» (Rm 8,18). ¡Dichosa promesa que hace que nuestros deseos sean todavía más fuertes!

RESONAR DE LA PALABRA 270916

Evangelio según San Lucas 9,51-56. 
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?". Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo. 

RESONAR DE LA PALABRA
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo!

En la primera lectura de hoy acompañamos el lamento Job en silencio, junto a sus tres amigos que vienen de lejos (cf. Job 2,11-13). Ante el sufrimiento de los demás muchas veces sobran palabras. La cercanía, un abrazo o simplemente una mirada acogedora puede resultar en el mejor consuelo a quien lo necesita. El sufrimiento de Job es demasiado grande, lo perdió todo. Su silencio se rompe con un lamento, que maldice y cuestiona su existencia. Esa es su oración, una oración que busca comprender el misterio del mal, una oración que nace de su sufrimiento, una oración que hace preguntas existenciales.

De momento, Dios se mantiene en silencio ante sus lamentos, como también estuvo en silencio en Auschwitz o en la muerte de tantos inocentes en nuestros días. ¿Dónde está Dios? ¿Será que Él nos ha abandonado? Jesús asume ese grito de todos los inocentes y lo convierte en oración en la cruz. Lleva al cielo nuestras angustias. Para ello, Jesús camina con nosotros, con nuestras angustias, con nuestros sufrimientos y dudas.

Ese es el proyecto que comienza hoy en el Evangelio: un largo viaje hacia Jerusalén, su destino final (Lc 9,51). Su viaje no es de turista para visitar ciudades, sino para acercarse a la realidad humana, detenerse ante la gente, escuchar sus dramas y concederles a salvación. Por eso, encontrará a lo largo del camino muchas personas, unas necesitadas de respuestas, como el doctor de la Ley (Lc 10,25-37), otras que le darán hospitalidad, como Marta y María (Lc 10,38-42), muchos que necesitan su misericordia y entonces se sentará a la mesa con ellos y contará la hermosa parábola del Padre misericordioso (Lc 15), otros que quieren verle, aunque de lejos, y él decidirá entrar en su casa (Lc 19).

Tal vez aquí encontramos la respuesta de nuestros lamentos: Dios mismo viene a nuestro encuentro y camina con nosotros en la persona de su Hijo. Dios no es indiferente ante el sufrimiento de sus hijos, sino todo lo contrario, lo asume como suyos, y en el grito de la cruz lo hará subir hasta el cielo. Celebramos hoy San Vicente de Paul que entregó su vida al servicio de los pobres, viendo en cada persona doliente el rostro del Señor. En uno de sus escritos decía: “el servicio a los pobres ha de ser preferido a todo, y hay que prestarlo sin demora. Por esto, si en el momento de la oración hay que llevar a algún pobre un medicamento o un auxilio cualquiera, id a él con el ánimo bien tranquilo y haced lo que convenga, ofreciéndolo a Dios como una prolongación de la oración”. Cuidar de los demás es un modo que Dios tiene para decir a los que sufren: “¡Yo estoy contigo!”.

Roguemos al Señor que nos infunda sentimientos de misericordia y compasión, especialmente ante el sufrimiento humano.

Fraternalmente, 
Eguione Nogueira, cmf
fuente del comentario CIUDAD REDONDA

lunes, 26 de septiembre de 2016

Liturgia viva al anochecer 26092016


EL LIMITE QUE LIBERA

Con Jesús por la mañana.«El otro se puede presentar como un don que me complementa desde su belleza, su bondad, su inteligencia, su fortaleza… Pero todos somos limitados. En alguna parte acaban nuestras fuerzas, nuestra salud o nuestras habilidades aprendidas... Algunos límites se superan, pero otros Dios nos ayuda a reconocerlos y aceptarlos, a recibir de los demás lo que necesitamos para vivir y para cumplir la misión que Él nos confía. En vez de eliminar el límite que aumenta mi suficiencia, me enviará al otro que aumenta mi comunión» (B. González Buelta). Ofrece lo que vivas hoy por las intenciones del Papa. ¿Aceptas a los demás tal cual son o pretendes que actúen según tus expectativas sobre ellos?

Con Jesús durante el día.«Juan le dijo: Maestro, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo, porque no sigue con nosotros. Jesús respondió: No se lo impidan. Quien no está contra ustedes está con ustedes» (Lc 9, 49-50). Recibe con alegría lo que los demás tienen para darte, sin esperar que se ajusten a tus deseos.

Con Jesús por la noche. Agradece el día.Da gracias por los pequeños y grandes momentos que te llenaron de alegría y felicidad. Ahora pregúntate, ¿Cuál fue el momento del día en el que te sentiste pleno? ¿Cuál fue el momento en el que no te sentiste libre? ¿Te dejaste llevar por tus propios miedos, resentimientos, ansiedad, o pensamientos de desesperación?


Buen día, Espíritu Santo! 260916

Bendito seas, mi Señor y Salvador,
mi Roca y mi baluarte!
Tú eres mi Refugio, mi único y real refugio.
Bendito Tu Nombre, Tu Santo y dulce Nombre!
Bendito Tu Corazón y Tus entrañas de Misericordia!
Si en la noche clamé tu protección:
ser resguardado en tu regazo;
Ahora, en la mañana clamo tu auxilio y tu escudo.

¡Ven y asísteme Poderoso Dios,
Auxilio de los que en Ti confían y esperan!
¡Ven y cambia mis inseguridades!
Imprime sobre el ellas el sello de tu permanencia!

Porque Tú eres el que me sostienes,
sólo Tú el que me das vida,
sólo Tú el que por Puro y Delicado Amor,
haces un cielo de mis tormentos,
un paraíso de mis desiertos,
Y en todo y en todos te revelas
sólo para enamorarme,
sólo para seducirme.
Dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?