lunes, 26 de septiembre de 2016

EL LIMITE QUE LIBERA

Con Jesús por la mañana.«El otro se puede presentar como un don que me complementa desde su belleza, su bondad, su inteligencia, su fortaleza… Pero todos somos limitados. En alguna parte acaban nuestras fuerzas, nuestra salud o nuestras habilidades aprendidas... Algunos límites se superan, pero otros Dios nos ayuda a reconocerlos y aceptarlos, a recibir de los demás lo que necesitamos para vivir y para cumplir la misión que Él nos confía. En vez de eliminar el límite que aumenta mi suficiencia, me enviará al otro que aumenta mi comunión» (B. González Buelta). Ofrece lo que vivas hoy por las intenciones del Papa. ¿Aceptas a los demás tal cual son o pretendes que actúen según tus expectativas sobre ellos?

Con Jesús durante el día.«Juan le dijo: Maestro, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo, porque no sigue con nosotros. Jesús respondió: No se lo impidan. Quien no está contra ustedes está con ustedes» (Lc 9, 49-50). Recibe con alegría lo que los demás tienen para darte, sin esperar que se ajusten a tus deseos.

Con Jesús por la noche. Agradece el día.Da gracias por los pequeños y grandes momentos que te llenaron de alegría y felicidad. Ahora pregúntate, ¿Cuál fue el momento del día en el que te sentiste pleno? ¿Cuál fue el momento en el que no te sentiste libre? ¿Te dejaste llevar por tus propios miedos, resentimientos, ansiedad, o pensamientos de desesperación?


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