domingo, 25 de septiembre de 2016

Liturgia viva al amanecer 25092016

Sabemos que en nuestro país, y en cualquier otra parte -de hecho en amplias zonas del mundo-, existe un ancho y escandaloso espacio entre ricos y pobres. Mucha gente se pregunta -espero que nosotros también-: “¿Qué puedo hacer yo frente a toda esta miseria? Mis medios y recursos son muy limitados, y no puedo cargar sobre mis hombros todo el peso del mundo”. --- Pero sí sabemos lo que el evangelio del pobre Lázaro y del rico epulón nos pide. Si todos -cada uno en su propio lugar- contribuyeran con su participación a solucionar los problemas de pobreza, necesidad y sufrimiento, ¡cuánto mejor llegaría a ser nuestro mundo y cuánto más cercano estaría el Reino! No necesitamos que venga un ángel a decirnos nada. Escuchemos el claro mensaje del Señor mismo, en el evangelio de hoy.


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