sábado, 4 de mayo de 2013

Permanezcan en mi amor


Acostumbrados a los continuos cambios.
Habituados a todo tipo de cambios.
A cambiar para no aburrirnos. Cambiar por moda. Cambiar por cambiar. Cambiar porque sí…
Hoy, la Palabra que orienta nuestra adoración, nos enfrenta con la realidad opuesta: el “permanecer”.
Es cierto que nuestra vida necesita de determinados cambios.
Los necesitamos para crecer, para avanzar. Los necesitamos porque vivir anclados en determinadas situaciones no nos permite alcanzar la madurez humana, la madurez espiritual a la que somos llamados. También es cierto que, con la misma fuerza y demanda, existen realidades, estructuras y verdades que imperiosamente deben “permanecer”.
Nosotros, hombres y mujeres de fe, sabemos y entendemos que todo cambio provechoso debe llevarnos por el camino de nuestra santificación. Sabemos que no existe nada que pueda “proclamarse como bueno” si no conduce a los brazos del Padre de los Cielos.
Bien lo entendía Benedicto XVI cuando nos decía que en nuestro tiempo de inquietudes e indiferencias, en el que tanta gente pierde el rumbo y el fundamento, en el que el amor y la amistad es frágil y efímera, sólo el “permanecer-en-Cristo” ofrece refugio, luz, esperanza y confianza.

¿Cómo y dónde permanecer?
Fijemos la atención en las Palabras de Jesús:
“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me amó, yo también los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Les he dicho esto, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto”.

“Señor, aquí estoy, de rodillas ante Ti.
Dame en éste día la gracia de rendirte todo mi ser.
Dejo todo ante Ti y en Ti espero y aguardo.
Sé que todo lo haces nuevo.
Viviendo Contigo permanecer es cambiar.
Sé que aquel que entró y aquí, de cara a tu Cuerpo y Sangre te habla, al salir no será ya el mismo, porque Ti, Dios de infinita Misericordia estás obrando y trabajando sin cesar para hacer nuevo mi corazón y mis entrañas.
Quiero permanecer Contigo.
Dame la gracia de vivir Tu Palabra.
La Gracia de permanecer en Tu Amor y, con los Ángeles y los Santos cantar para Ti himnos de alabanza, porque Tu Amor es Grande y Permanecer para siempre.
Amén!

Miguel
Comunidad Piedras Vivas
Viernes de Adoración – Mayo de 2013

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