lunes, 20 de febrero de 2012

Crea en mi un corazón puro y decidido

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu” (Sal 51,12).


Buscar a Dios ya es una fuerte decisión por parte de cada uno de nosotros. Muchos vienen a Canción Nueva motivados por amigos, o por varios problemas en la vida, son muchas las motivaciones que te trajeron a Canción Nueva en el retiro de carnaval, pero ten la absoluta certeza de que Dios está te está mirando y esta sonriendo, Él está feliz de verte aquí en este retiro, porque has elegido estar aquí rezando.
Quien toma una decisión está prácticamente solucionando un problema y quien demora demasiado para tomar una decisión, está prácticamente queriendo un problema. Acuérdate de la Palabra: “¿Si fuéramos tibio Dios nos vomitaría?” – el tibio crea problema para sí mismo. Él va retrasando la decisión.


Quien da la vida a mi alma es el Espíritu, eso dice el salmista, renueva en mi un espirito resuelto, una alma decidida, pura, resuelta, con personalidad. Tú dices así: “Yo resuelvo mañana”, pero el día de mañana todavía no existe, el día que existe es hoy.
Para hacer el papel, la materia prima es el eucalipto, que pasa por un proceso para quedar todo blanco. Si comparamos este proceso con cada uno de nosotros, vamos a percibir como Dios ha trabajado en nosotros con su infinita misericordia.


A menudo en el auge de nuestro pecado, nos quedamos cansados, porque el pecado nos cansa hasta el placer del cuerpo tiene fin, incluso el placer de la comida es rápido, el cuerpo no aguanta tanto tiempo en el pecado. No puedes dormir más de 8 horas, porque tu cuerpo ya empieza a quejarse, empiezas a tener dolores en el cuerpo, en la cabeza. Si el proceso de la madera para hacer el papel es duro, para que se convierta en un papel blanco, imagina cumplir esta palabra: Crea en mí un corazón puro”, piensa en el trabajo de Dios para convertir este corazón puro, va dar mucho trabajo, es exactamente eso lo que quieres?
En cada paso que das hacia Dios, las impurezas de tu corazón van saliendo. Aquel pensamiento en el que te deleitabas, pide hoy a Dios que te lo quite. Si pediste un corazón puro lo tendrás, verás los cambios, la naturaleza va continuar pidiendo que atiendas los deseos de la carne, pero tu interior va a querer vivir en santidad.


Como fue difícil llegar a este retiro arrastrando tus cosas, yo no sé lo que es, puede ser el hombre viejo, el pecado, tus problemas. Es un gran esfuerzo el que estás haciendo para llevar todo eso, yo no desconfió del peso que estas llevando, pero el Espíritu Santo ya está trabajando en ti. Es necesario que cortes la cuerda que te esta atando a todo ese peso, necesitas tomar esta decisión. No puedes vivir de resentimientos, vivir de nuevo aquellos sentimientos que tanto te hicieron mal, eso te va agotando. Vas al médico y no encuentras nada en ti, pero sabes que estás sufriendo por causa del deseo de venganza, del resentimiento. Has confesado pero no has asumido que Dios ya te ha perdonado.


La decisión que estás tomando de venir aquí es fácil, pero la decisión de cortar todo aquello que te esta atando es mucho más difícil. Cuando tomas la decisión, entraras en un nuevo tiempo, vas a ver la gracia de Dios suceder en tu vida.
Jesús en la Palabra se encontró con diez leprosos, y puedes considerar que aquellos diez leprosos es tu casa, aquellos que viven contigo. Jesús oyó gritar: “Jesús, maestro ten piedad de nosotros”. Tu casa necesita gritar esa frase.
Jesús no sano a los leprosos inmediatamente, pero Él dijo a los leprosos que se presentaran al sacerdote, y en el camino a cada paso las heridas iban desapareciendo, y ellos iban viendo uno a uno en el otro las sanaciones realizadas por Jesús. Tenemos toda la vida para ver en las personas la sanación de Dios en los hermanos y también en las personas de nuestra casa.
Dunga
Comunidad Canción Nueva

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