lunes, 20 de febrero de 2012

Sufrí sí, pero tendré un final felíz

Sanación interior:
una oportunidad para resurgir


¿Cuántos de nosotros tuvimos una infancia perfecta? ¿Cuántos tuvimos una familia perfecta? ¿Cuántos de nosotros tuvimos un país perfecto? Y para que nadie se quede fuera de esa lista de preguntas la última es… ¿cuántos de nosotros tenemos una historia perfecta donde todo fue de maravillas? Estoy cada vez más seguro de que ese tipo de personas no existe: por eso si tuviste o tienes problemas en tu historia, si tienes traumas y heridas que parecen eternas porque no cicatrizan nunca y si cargas, dentro o fuera de sí, las lagrimas de un pasado-presente que insisten en ahogar la esperanza y felicidad… entonces quiero decirte que no estás solo y así como tu muchas personas pasan por eso ahora, y que felizmente existe una forma para hacerte feliz aunque hayas tenido una historia muy difícil.


Si tuvieras la oportunidad de cambiar alguna cosa de tu vida, la cambiarías? Seguramente cambiaríamos muchas cosas… quien sabe, que esa persona no hubiese muerto? Que yo no hubiera sido rechazado… violentado… quisiera haber recibido más amor… en fin, tú conoces mucho mejor las escenas tristes de esa película. Si observamos mejor vamos a ver que también en la vida de Jesús, sucedieron cosas que no fueron muy buenas en sí, por ejemplo: recuerdas lo que José hizo ni bien se entero que María estaba embarazada? “José (…) decidió separarse de ella en secreto” (Mt 1,19) Y Jesús que estaba en el vientre de su madre también fue rechazado (aunque eso haya pasado inmediatamente en el corazón de José (Mt 1,20)), después Jesús sufrió el peligro del “infanticidio” o inclusive de un “aborto” (pues si Herodes hubiese sabido que iba a nacer y dónde, ciertamente lo iba a matar: Mt 2,3), y el nacimiento… no necesito comentar… vivió la pobreza teniendo que huir hacia Egipto (Mt 2,14) y después de haber amado a “los suyos” sin reservas (Jn 13,1), fue abandonado una vez más… si tu historia no fue fácil, ten presente que la de Él tampoco lo fue.


Jesús vivió en todo la condición humana (cf. Hb 4 ,15), significa que El sabe lo que es sufrir, significa que El sabe lo que tú sientes, es más, en las escenas más difíciles de tu historia… si observas un poco mejor, vas a descubrir que no estabas solo (a). Es verdad que no eres responsable de lo que hicieron contigo en el pasado, pero eres responsable de lo que harás con eso en tu presente y en tu futuro. Sabes algo más? Tu historia posee un Autor (con A mayúscula); el autor es aquel escribe y por eso determina como van a suceder las cosas, como en una película, en un teatro, en una novela, etc. Aunque durante algún tiempo “otros” hayan robado el lugar de “Autor” y que por eso esa historia haya comenzado de una forma triste o sombría, si dejas al verdadero Autor tomar su lugar, ten certeza de una cosa: esa historia no va a terminar como comenzó… tu historia va a tener un final feliz.


La película triste que pasaba por tu cabeza, de los recuerdos y pesadillas que asistías con los ojos abiertos precisan, como los villanos y los ladrones de las películas que vemos, ser encarcelados y destruidos… ser colocados donde no te pueden hacer más daño. Por eso, denuncia para el verdadero Autor, a aquellos villanos de tu historia, entrega las heridas emocionales que todavía no fueron cicatrizadas, entrega aquellas situaciones que están robando la escena de tu vida. No permitas que las cosas malas, que las personas que te lastimaron o inclusive tú, tomen el lugar del Autor, porque eso acabaría estropeando la historia que aún con calvario y cruz es llamada a ser historia de resurrección… a pesar de todos los sufrimientos que Jesús vivió… El resucitó, exactamente porque el Padre (Dios Padre), era y es el gran Autor de su historia; ten certeza de que el mismo Autor quiere transformar de una vez por todas tu historia de terror en una historia con un final feliz.

¡Dios te bendiga!
Padre Sostenes Vieira
Comunidad Canción Nueva

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