sábado, 4 de septiembre de 2021

COMPRENDIENDO LA PALABRA 040921


“Guardarás el sábado como recuerdo, como un día sagrado.” (cf Ex 20,8)

Ahora que estamos en el tiempo de la gracia que nos ha sido revelada, la observancia del sábado, antiguamente simbolizada por el reposo de un solo día, ha sido abolida para los fieles. En efecto, en este tiempo de gracia, el cristiano observa un sábado perpetuo si hace todas las obras buenas con la esperanza del reposo futuro y no se gloría de sus obras como si fueran un bien propio y no un don recibido.

Así, recibiendo y comprendiendo el sacramento del bautismo como un sábado, es decir, como el reposo del Señor en el sepulcro (cf Rm 6,4) el cristiano reposa de sus obras antiguas para caminar, desde ahora en una vida nueva, reconociendo que Dios obra en él. Dios es quien, a la vez, actúa y reposa, reconociendo a su criatura la actividad que le es propia y también el gozo de un reposo perenne en Dios.

Dios ni se cansó al crear el mundo, ni ha recobrado sus fuerzas después de la creación, sino que ha querido invitarnos con estas palabras de la Escritura: “Dios descansó el día séptimo...” (Gen 2,2) a desear su reposo dándonos el precepto de santificar este día. (cf Ex 20,8)


San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Comentario sobre el libro del Génesis

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