sábado, 14 de diciembre de 2013

El Señor estará a nuestro lado

Confía en el Señor

Face-materia da homilia monsenhor¡Sólo en el Señor la fuerza y la victoria!


En el campamento “Hosana Brasil” traemos pedidos al Señor, pero, sobre todo, traemos agradecimientos, porque el “Hosana” es en especial un momento de acción de gracias.
En este “Hosana” estoy trayendo muchos agradecimientos al Señor.


Mi agradecimiento, mi profundo agradecimiento al Señor es por estar totalmente restablecido. Le agradezco a Dios de todo corazón. Estoy profundamente agradecido, es acción de gracias. Hoy me sumerjo en el Corazón de Dios, agradecido, y mi corazón es de quien recibe muchas bendiciones.

“¡Felices son aquellos que esperan el Señor!” Yo me identifico mucho con este versículo bíblico, porque yo esperé en el Señor, me uno a muchos que esperan y que, como yo, alcanzarán gracias, y le digo a aquellos que todavía no las recibieron: ¡vale la pena esperar!



El salmo siempre esta de acuerdo con la primera lectura, que dice (Is 30,19-21.23-26): “Así dice el Señor, el Santo de Israel: “Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido: apenas te oiga, te responderá” Te digo a ti yo he confiado en las palabras de esta lectura, el Señor quiere que confíes tu también. Espera en el Señor, confía en Él. La palabra maestras es confiar, di con fe: “Señor, confío en Ti, por eso continuo, porque creo que seré atendido”.
Cuando buscamos a Dios, necesitados, el Señor se conmueve, por que Él es Padre, y podemos decir que este Padre tiene corazón de madre. El Señor se conmueve con los dolores de sus hijos.

Y sigue la lectura: “Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se esconderá tu Maestro” No es el Señor quien da el pan de la angustia, eso viene de los propios acontecimientos y de la fragilidad de nuestro cuerpo; pero cuando la angustia viene a nuestro corazón el Señor no se aparta de nosotros. El Señor estará a nuestro lado, como Maestro, para conducirnos en nuestra angustia y tribulación. Es Señor es un maravilloso pedagogo. Y cuando estamos en la angustia y en la aflicción, Él está como un Maestro, que nos toma de la mano.

La aflicción y la angustian nos desorientan. Y tú que estás pasando por eso, que pasarás, no olvides que Dios está ahí y Él es tu Maestro.

“Tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: Éste es el camino, camina por él” El Señor dice que en la hora de la aflicción cuando tus oídos no escuchen a Dios, Él dice que lo escucharás. Entonces dile al Señor que quieres escucharlo. Le pido al Señor que en la hora de la aflicción tú puedas sentirlo. Dile: “Señor quiero verte y escucharte en el dolor y en la aflicción”.
La Palabra de Dios nos muestra el camino a seguir si desviarnos ni a la derecha ni a la izquierda. Y también afirma: “Te dará lluvia para la semilla que siembras en el campo, y el grano de la cosecha del campo será rico y sustancioso” Cuantos agricultores siembran y se quedan esperando que llueva, yo te digo: mi hermano, confía en el Señor. Sé que ya pasaste por varias situaciones que no salieron como esperabas, pero el hombre que cuida de la tierra tiene una esperanza: si no llovió este año, el próximo año lloverá. Confía en el Señor y el obrará.

El evangelio (Mateo 9,35-10,1.6-8) de hoy comienza haciendo una síntesis de la vida de Jesús: “En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias”

Jesús fue de pueblo en pueblo, curando y realizando muchos milagros, después de este recorrido el Señor vio como estaba el pueblo y San Mateo relata: “Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”
Mis hermanos, nuestro pueblo está de esa misma forma, casado y abatido como ovejas sin pastor. Necesitamos mucho de buenos sacerdotes, de religiosos. Necesitamos de nuevas comunidades. El Señor nos dice: “Necesito también de ti, tu debes ir y ser mi apóstol”. Jesús te dice: “Cuento contigo”.
El Señor quiero que tú vayas y lleves la evangelización con ardor. En esta tarde el Padre Adriano Zandoná presentó su nuevo libro, Dios le concedió ese don a él. Tal vez tú también tengas este don. Y hoy tenemos las redes sociales donde se puede escribir, yo te digo: aventúrate en este medio. Tal vez no tengas el don de predicar, pero utiliza otros medios. ¡Habla de Jesús, no dejes de hablar del Señor! Si Dios te dio la capacidad de predicar, ¡predica!

Sé apóstala, evangelizadora, sabemos que la mujer habla más que el hombre, entonces, mujer, usa ese don para hablar de Dios. Testimonia lo que Dios hizo en tu vida. Son esos operarios que el Señor necesita.

Estamos en pleno adviento, este tiempo en que nos preparamos para la Venida del Señor, entonces preparémonos. Y preparémonos también para la Venida Gloriosa del Señor. Es por causa de la Segunda Venida del Señor que necesitamos evangelizar urgentemente.

Sé como el pastor que perdió una oveja y que fue detrás de esa que se perdió.
Tuvimos al Papa Benedicto XVI, el Pontífice de la nueva evangelización, mostrando que la iglesia quiere la nueva evangelización. Y ahora viene el Papa Francisco, presentando el Evangelii Gaudium (la Alegría del Evangelio), su primera Exhortación Apostólica.
Tal vez en tu casa exista una oveja perdida, o hasta una oveja negra, esa oveja necesita de cuidado especial, tal vez ya hiciste mucho e incluso creas que ya has hecho todo, pero no, ¡no desistas! Reza por esta persona.

¡Hoy el Señor está de brazos abiertos para recibirte! ¡Reciben el llamado de Jesús! El abrazo más lindo es el del padre y el hijo pródigo. Entrégate a Jesús.


Monseñor Jonas Abib (Fundador de la Comunidad Canción Nueva)
Traducción: @ExequielAlvarez
Fuente: www.cancionnueva.com

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