domingo, 3 de noviembre de 2019

Renuncia completa para llenarse de Dios

Renuncia completa para llenarse de Dios
«¡Zaqueo, baja deprisa!» (Lc 19,5)
Sermón 68

Podemos leer en el evangelio que Zaqueo quería ver a Nuestro Señor pero que era pequeño de estatura. ¿Qué hizo? Se subió a una higuera seca. Esto es lo que el hombre sigue haciendo. Desea ver a aquel que obra prodigios y causa tumulto en su interior, pero no tiene una talla adecuada para ello, es demasiado pequeño. ¿Qué hace entonces? Tiene que subirse a la higuera seca. La higuera muerta significa la muerte de los sentidos y de la naturaleza y la vida del hombre interior sobre el que Dios se inclina.

¿Qué dice Nuestro Señor a Zaqueo? «Baja deprisa.» Debes descender, no debes retener ni una gota de consolación de todas las impresiones que tienes en la oración, sino descender a tu pura nada, a la pobreza, a tu impotencia... Si te quedas atado todavía a alguna cosa de la naturaleza, desde el momento que la verdad te ha iluminado, no posees todavía la luz, no es tu posesión: naturaleza y gracia trabajan todavía conjuntamente y todavía no has llegado al abandono perfecto... Todavía no es la pureza consumada. Por esto, Dios invita al hombre a bajar, es decir, lo llama a una renuncia completa, a un desapego de la naturaleza. «¡Porque hoy me tengo que alojar en tu casa!» ¡Que lleguemos a este hoy eterno!

Juan Taulero

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