viernes, 9 de octubre de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 091020


“El que no está conmigo, está contra mí” (Lc 11,23)

Mis hermanos, padres, hijos: ¡qué la palabra de mi humilde persona no los agobie! Crean que mis intervenciones continuas provienen del amor y de la preocupación que tengo por ustedes (…). Limpien el sendero de los mandamientos de Dios delante de los ojos de su alma, las espinas y los obstáculos. Sigan la ruta derecha y encuentren el reposo para sus almas, como está escrito (cf. Mt 11,29). (…)

Mis hermanos, vean bien ser una falange militante de Cristo, una armada activa para Dios. De todas formas, el enemigo golpeará. Pero si cada vez cierran realmente los rangos, se retirará lamentándose y protestando: “No tengo sitio dónde ir”. Lo dijo en una revelación hecha al bienaventurado Macario: “Todos me rechazan”. Quizás es eso lo que dirá a causa de ustedes. ¡Qué no encuentre a nadie voluble al viento y pronto a obedecerle!

Tienen a Cristo por guía y sus ángeles por defensores y protectores. La Escritura dice: “Él no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme! No, no duerme ni dormita el guardián de Israel” (Sal 120 (121),3-4). Hay que protegerse de todos lados y observar las leyes, las tradiciones y las reglas. ¡Qué en todo, Cristo, nuestro Dios, derecha del Altísimo (cf. Sal 91 (90),1), venga en nuestra ayuda! ¡Qué nos guíe, nos guarde, nos salve hasta el fin de nuestra vida! A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.



San Teodoro el Estudita (759-826)
monje en Constantinopla
Catequesis 23 (Les Grandes Catéchèses, Spiritualité Orientale 79, Bellefontaine, 2002), trad. sc©evangelizo.org

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