lunes, 12 de octubre de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 121020


¿Razones para creer?

A los malos cristianos les falta fe y no lo niegan, sino que pretenden excusarse acerca de su insuficiencia para creer. Por eso es frecuente este discurso en su boca: “Si yo hubiera visto un milagro, sería un santo”. “¡Esta generación malvada y adúltera reclama un signo!” (Mt 12,39), los impíos buscan milagros.

Lo más extraño es que aunque hayan visto varios milagros, que se hacen ante sus ojos cada día, que estén rodeados de ellos, no cesan de buscar más. Como los escribas y fariseos, quisieran ver milagros en el cielo, luego de haberlos visto en la tierra. Pero ni los muertos que resucitó el Salvador durante su vida, ni el eclipse del sol a su muerte, los hicieron fieles. Su envidia se volvió más fuerte, su odio más envenenado, llegando hasta la furia. Mas su infidelidad no se curó. Así será para los que viven mal, esperando milagros para creer: “Mismo si alguien resucita de entre los muertos, no serán convencidos” (cf. Lc 16,31). (…)

Todas las dificultades que detienen a los incrédulos, las contradicciones que encuentran en los dogmas de fe, lo que hayan como contrariedades, todo lo que les parece nuevo, sorprendente, contrario al sentido común o a la razón, inconcebible, imposible, todos sus argumentos y pretendidas demostraciones, todo eso está lejos de quebrarme. Me afirma más, me vuelve inquebrantable en mi religión. (…) Las nuevas dudas son para mí nuevas razones para creer.


San Claudio de la Colombière (1641-1682)
jesuita
Reflexiones cristianas (Écrits spirituels, Christus n° 9, DDB, 1982), trad. sc©evangelizo.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario