sábado, 17 de septiembre de 2022

COMPRENDIENDO LA PALABRA

“El ha dado el fruto abundante”

El ha caído en tierra y ha muerto y ha dado mucho fruto(Jn 12,24). Se ha dejado caer como una semilla para recolectar en la siega al género humano. ¡Dichoso el seno de María donde la misma semilla ha tomado raíz! Dichosa ella a quien se ha dicho: “Tu seno es como un montón de trigo, rodeado de licor”(Ct 7,3). ¿No es como un montón de trigo, el seno de la Virgen, dilatado bajo la acción del que ha caído en él, y dónde ha levantado toda la siega de los rescatados? Si, nosotros mismos muertos al pecado, renacemos en Cristo en la fuente bautismal por el baño de la regeneración, a fin de vivir en el que ha muerto por todos. También el apóstol dice: “Vosotros todos que habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo”(Gal 3,27). De un solo grano vienen por tanto numerosas cosechas, de un grano salido del seno de la Virgen María.

El es llamado “montón” de trigo, no tanto a causa del nombre de los rescatados, sino a causa de la fuerza de esta semilla, por la eficacia del sembrador, más bien que por la abundancia del aquellos que cosechan. ¡Es tú Hijo, María! El es el que por ti ha resucitado de los muertos y en tu carne ha subido por encima de los cielos, para llenar todas las cosas. Tú estás en posesión de la alegría, oh Bienaventurada; tú has recibido en herencia el objeto de tu deseo, la corona de tu cabeza... Alégrate y sé dichosa, pues ha resucitado el que es tu gloria. Tú te alegras de su concepción, tu has sido afligida en su Pasión. Tú te alegras de su resurrección ahora. Nadie te quitará tu alegría, pues Cristo resucitado no muere más, la muerte no tiene dominio sobre él(Rm 6,9).



San Amadeo de Lausanne (1108-1159)
monje cisterciense, obispo
Homilía VI; SC 72

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