martes, 6 de febrero de 2024

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Marcos 7,1-13


Evangelio según San Marcos 7,1-13
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,

y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.

Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;

y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.

Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?".

El les respondió: "¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.

En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.

Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres".

Y les decía: "Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios.

Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte.

En cambio, ustedes afirman: 'Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte...'

En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.

Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!".


RESONAR DE LA PALABRA

Ver bien lo que quiere Dios

Jesús defiende a sus discípulos cuando son acusados por no cumplir determinados ritos. Desobedece preceptos y rituales religiosos que no sirven para nada y son un “culto vacío”. Llama hipócritas a los acusadores fariseos. Desenmascara con tenacidad una religión que se basa en prácticas aparentemente piadosas, pero que en verdad solo sirven de tapadera para la codicia y el engaño. Fariseos y letrados anteponían las normas ceremoniales a los principios del Evangelio.

Jesús pone el ejemplo concreto de la practica establecida por los hombres de la religión que engañaban a la gente para quedarse con el dinero que se debía dedicar a atender a los padres ancianos y desamparados. El cuidado de los padres necesitados “vale” más que dar dinero al templo.

Las tradiciones y las costumbres religiosas son buenas cuando nos ayudan a vivir el mandato el amor a los necesitados. Pero no hay que dar valor absoluto a las tradiciones humanas, la adhesión primera es a Dios. En ocasiones puede ser bueno no acatar alguna tradición que impida avanzar la construcción del Reino de Dios.

Salvador Leon, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

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