sábado, 18 de mayo de 2024

COMPRENDIENDO LA PALABRA

«Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme»

Vuestra soy, para Vos nací,

¿qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad,

eterna sabiduría,

bondad buena al alma mía;

Dios alteza, un ser, bondad,

la gran vileza mirad

que hoy os canta amor así:

¿qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me criastes,

Vuestra, pues me redimistes,

Vuestra, pues que me sufristes,

Vuestra pues que me llamastes,

Vuestra porque me esperastes,

Vuestra, pues no me perdí:

¿qué mandáis hacer de mí?

¿Qué mandáis, pues, buen Señor,

que haga tan vil criado?

¿Cuál oficio le habéis dado

a este esclavo pecador?

Veisme aquí, mi dulce Amor,

Amor dulce, veisme aquí:

¿qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón,

yo le pongo en vuestra palma,

mi cuerpo, mi vida y alma,

mis entrañas y afición;

dulce Esposo y redención,

pues por vuestra me ofrecí:

¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida:

dad salud o enfermedad,

honra o deshonra me dad,

dadme guerra o paz crecida,

flaqueza o fuerza cumplida,

que a todo digo que sí:

¿qué mandáis hacer de mi?

Vuestra soy, para Vos nací,

¿qué mandáis hacer de mí?



Santa Teresa de Ávila (1515-1582)
carmelita descalza y doctora de la Iglesia
Poesía «Vuestra soy, para Vos nací»

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