Hace algunos días, alguien al conducir un tiempo de oración me convidó a conocerme mejor a mi mismo, a Nuestro Señor y Sus designios para mi vida y mi amigos,
y conocer el modo de relacionarme con las circunstancias de mi historia,
con las verdades y con todo lo que consideraba verdadero.
De manera muy tranquila esa persona cuestionó mi saber, mi conocimiento y me condujo a exorcizar esa ausencia de conocimiento.
De pronto quede paralizado, sin respirar, casi en apnea!
Al fin me pregunto si conocía a la hija predilecta del diablo: la ignorancia!
Con cariño y oración
tu hermano,
Ricardo Sá
fuente: www.cancaonova.com
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