Estamos siendo oprimidos, pero el Señor nos quiere liberar y quiere colocar sobre nosotros una capa de protección. Jesús vino para enseñarnos a renunciar a la impiedad y a las pasiones mundanas.
Recemos: "¡Libérame, Señor! No quiero vivir de pasiones mundanas,
no quiero que ellas me dominen.
Señor, ven a dominar mi mente, todo mi ser, todo mi cuerpo,
todos mis sentimientos y mis emociones.
Libérame de toda impiedad, Jesús!"
No puedes dejarte dominar por el maligno.
Eres un templo de Dios, independientemente de tus pecados, de tus sentimientos.
Por el bautismo somos templos de Dios vivo.
Para expulsar al enemigo con el poder del bautismo necesitamos hacer sobre nosotros siempre la señal de la cruz, que es una señal de exorcismo. El enemigo siembra las pasiones mundanas. Necesitamos tener la protección de Dios en nuestras vidas. Clama el Nombre de Jesús,
pídele que tu voluntad esté de acuerdo la de Él.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canción Nueva.
fuente: www.cancaonova.com
adaptación del original en portugues
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