
Manejar estos miedos, incertidumbres es lo que verdaderamente ayudaría a estos jóvenes y no tanto dar una técnica concreta de afrontamiento del estrés (aunque pueda ayudar por supuesto pero no es la raíz del asunto). Es por tanto urgente proponer a los jóvenes actividades que les ayuden y favorezcan en su crecimiento personal, sino vienen dadas por las circunstancias que fueren hay que buscarlas y aprovechar esa oportunidad para aceptarlas. De ahí la experiencia del Camino de Santiago que muchos jóvenes han realizado durante todo este verano. Y es que la peregrinación es toda una metáfora de la vida, la vida misma que nos enseña a ver que los caminos fáciles no llevan a la verdadera felicidad, sino que todo es cuestión de esfuerzo, paciencia y perseverancia. Ahí es donde todos los miedos, inseguridades se redefinen, cambian y se les da un nuevo color facilitando no solo superar las ansiedades de muchos jóvenes a los exámenes o dificultades en sus relaciones de pareja sino algo mucho más central: un nuevo horizonte que los conduzca a revisar la propia vida y dar importancia a lo que es verdaderamente importante.
Mª Del Carmen González Rivas
Psicóloga
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