lunes, 12 de noviembre de 2012

De nuestra pobreza, ¡Dios hace Providencia!

Acostumbramos unir la “Providencia de Dios
sólo con aquellas cuestiones más materiales
que hacen a nuestra vida cotidiana.
Y lo cierto que la Divina Providencia
toca al “hombre entero”.
Dios nos fragmenta. No divide.
No parcializa.
Su Salvación nos alcanza enteramente.
Su Providencia también.

Nuestros días están hechos de “encuentros”.
Encuentros con “el otro”, con el hermano,
Con el conocido y el poco conocido…
y es en ése ámbito donde no sólo experimentamos
la gracia de ser Cuerpo Místico,
sino también la gracia de ser “Providencia de Dios”.
Gestos, Palabras y acciones,
hacen que nuestra pobreza sea para el otro,
muchas veces, “Divina Providencia” que
Sustenta. Acoge. Fortalece.
Sana. Reconcilia…


¡Bendito los pies que conducen tu vida!
Ellos cargan sobre sí, Divina Providencia!

Dios Te Bendice!



Miguel Angel Yunges
Comunidad Piedras Vivas.

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