lunes, 13 de enero de 2014

Curados y libres







No fuimos creados para vivir divididos, por la mitad,
porque el propio Señor dice:
"Yo vine para que todos tengan vida,
y la tengan en abundancia" (Juan 10,10)

Muchas veces nuestros miedos,
nuestras heridas emocionales y tantos otros factores nos hacen vivir por la mitad,
de modo que no experimentamos la verdadera libertad de los hijos de Dios.
No podemos conformarnos y hallar que es así como debemos vivir;
muchos llegan a decir: "Fue Dios quien lo quiso así!,
pero eso no es verdad!
Necesitamos pedir al Señor que cure nuestro corazón de todas las malezas interiores,
las que, tal vez, ni sepamos nombrar,
pero que experimentamos sus efectos nocivos en nuestro comportamiento
sintiéndonos algunas veces descontentos, otras veces angustiados,
otras agresivos.
Son tantas las reacciones que no sabemos de dónde ellas vienen
ni para dónde ellas van.

Señor, sana nuestro corazón y nuestra alma de todas las heridas
Gracias Jesús!
Yo confío en Vos!


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