viernes, 24 de enero de 2014

Primera vocación: la santidad

musiicosMúsico, modelo de santidad

    
Quien vive repleto del Espíritu Santo no deja brechas ni vacíos en su vida.Ser cristiano y ser santo son sinónimos.
Tú debes ser santo por Dios y necesitas ser santo por tus hermanos: 99 ovejas perdidas. Por ellas y porque Dios no quiere perder ninguna, porque Jesús no quiere perder a nadie.
Tú unica opción es ser santo. Tu primera vocación, antes que nada, es ser santo. Antes de ser músico, debes ser santo.
Necesitas desear la santidad y luchar por ella. Necesitas decir: Antes de cualquier cosa, mi primera vocación es la santidad.
“Llegará el día del Señor como hace un ladrón, y entonces los cielos se desarmarán entre un ruido ensordecedor, los elementos se derretirán por el calor y la tierra con todo lo que hay en ella se consumirá. Si el universo ha de descomponerse así, ¡cómo deberían ser ustedes! Les corresponde llevar una vida santa y piadosa, mientras esperan y ansían la venida del día de Dios, en la que los cielos se desarmarán en el fuego y los elementos se derretirán por el calor. Mas nosotros esperamos, según la promesa de Dios, cielos nuevos y una tierra nueva en que reine la justicia.” (2 Pe 3,10-13).

¡Qué maravilla! El final de todo no va a ser una catástrofe, el final de todo serán “cielos nuevos y tiera nueva, donde reine la justicia”.
Nosotros, que estamos esperando y apresurando la venida del día del Señor, debemos decir:
Qué vida santa! Qué hombre/mujer debo ser, qué respeto para con Dios,
yo que espero y puedo apurar con mi vida, el regreso del Señor.
Qué vida santa! Qué hombre/mujer debo ser, qué respeto para con Dios

Cristiano quiere decir santo, quiere decir consagrado.
No se puede jugar más con los Ministerios de música. No se puede jugar con la guitarra, bajo, teclado, batería, micrófonos, como si estuviesen en manos de niños y niñas.
Si hasta ahora estabas jugando, déjate tocar por la contricción del Señor. Déjese penetrar por el arrepentimiento que el Señor te da, porque tú jugaste con una cosa santa, jugaste con armas de guerra, con almas. Jugaste con la confianza que el Señor depositó en tí, en tu grupo, en tu Ministerio de Música y en la música cristiana.

Pero ahora, puedes decir al Señor:
“¡Perdón Señor, estoy arrepentido!. Sí Señor, me lanzo al suelo como David, coloco polvo sobre mi cabeza porque me equivoqué, Señor, porque pequé, jugué con algo santo. Jugué con la música católica, con la música de guerra. Jugué con la música que existe para salvar almas, me exhibí por la música, la utilicé como grada para subir, para aparecer. Misericordia, Señor!

Pido al Señor que derrame sobre tí y sobre tu Ministerio de música su unción, para que puedas ser un guerrero ungido. Un músico guerrero y un guerrero músico, que con armas en la mano, tu instrumento, tu voz, vayas salvando almas. Que con tu método lleves el Espíritu Santo a los corazones y seas canal para que las curas, prodigios, milagros y señales, se realicen por el Nombre Santo de Jesús.

Esto es lo que tú y yo queremos que suceda. Es para esto que te consagras con sinceridad, de corazón. Que el propio Espíritu Santo complete aquello que aún necesita ser realizado en tí.

Monseñor Jonas  Abib (Fundador de la Comunidad Canción Nueva)
fuente: www.cancionnueva.com

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