Muchos no tienen el coraje de amar porque ya sufrieron demasiado, sea en su familia, en su matrimonio. Tal vez tu también has sufrido y, es claro, no quieres volver a pasar por esa situación nuevamente.Dejaste de amar, para no sufrir.
Independientemente de los acontecimientos, es en el amor que está la salvación para vos.
Es en el amor-donación que las personas con quienes te relacionas serán salvas.
A pesar de las decepciones y de los problemas familiares, ¡ama!
¡Decídete por el amor!
No son sólo los jóvenes que necesitan despertar al amor; hay muchos adultos, mucha gente casada que precisa redescubrir la gracia de amar.
Cuantas personas guardan decepciones!
Cuántas personas padecen revueltas en su corazón!
Cuántas son víctimas de rebeliones por un padre alcohólico, irresponsable, ausente,
infiel, bruto, autoritario...
Cuántas personas decepcionadas con la familia ya no son capaces de amar.
Amar es la vida.
No amar es morir.
Es necesario re-aprender a amar.
Problemas existen y causan dolor al corazón, pero no es por eso que debes dejar de amar.
Dios te da la capacidad de amar, pero decidir amar sólo depende de vos.
Si te decides por el amor todo va a cambiar en tu vida.
El mundo es de quien ama.
Quien no ama permanece en la muerte.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
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