sábado, 18 de junio de 2016

RESONAR DE LA PALABRA 180616

Evangelio según San Mateo 6,24-34. 
Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción. 

RESONAR DE LA PALABRA
Fernando Torres cmf

      El discurso de Jesús en el Evangelio de hoy es largo. Vamos a fijarnos en las primeras frases. Nos dice Jesús que no podemos servir a dos señores al mismo tiempo. Luego concreta  que esos dos señores son Dios y el dinero. 

      No podemos menos que reconocer que tiene razón. Lo de servir a dos señores puede que no siempre sea complicado. Depende de cómo sean de opuestas las intenciones de los señores. Por poner un ejemplo: ser médico en un hospital público y echar unas horas en una ong que trata de ayudar a mejorar la salud en una zona necesitada diría que es perfectamente compatible. Pero es que Jesús concreta con claridad los dos señores a los que se refiere: Dios y el dinero. 

      Es que el dinero se ha levantado para muchos como uno de los modernos ídolos a los que se sacrifica todo. Entiendo que para mucha gente obtener un mínimo de dinero es parte esencial del esfuerzo por sobrevivir. No creo que sea a ellos a los que se refiera Jesús. Pero hay otros que tienen como objetivo central de su vida el tener más dinero. Y están trabajando y esforzándose de tal modo por ello que a ese objetivo someten todas las demás dimensiones de la vida. Desde la familia hasta los amigos. Incluso las cosas que tienen están sometidas a ese objetivo. Conocí a una persona que se compraba las cosas no para disfrutar de ellas sino para enseñárselas a los demás y decirles así el mucho dinero que tenía. Se había comprado un sistema de sonido super moderno y super caro pero nunca le vi escuchar con calma y disfrutar de una buena pieza de música. 

      Los que así viven es difícil que puedan tener a Dios como señor. Su señor es el dinero y a ese ídolo sacrifican todas las cosas, todo su tiempo, todo su ser. El dinero es un tirano. Sólo quiere esclavos. 

      Y Dios nos quiere libres. Dios quiere personas capaces de amar, de ser responsables, de construir la fraternidad. Es todo lo que nos dice Jesús en el Evangelio. De tener un señor mejor tener a Dios y dejar el dinero. Así cambiaremos la esclavitud por la libertad. 

comentario publicado por Ciudad Redonda

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