martes, 14 de mayo de 2019

COMPRENDIENDO LA PALABRA 140519


San Matías, testigo de la resurrección, escogido por Dios

"Uno de aquellos días, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos y dijo» (Hch. 1,15s). Pedro, a quien se había encomendado el rebaño de Cristo, es el primero en hablar, llevado de su fervor y de su primacía dentro del grupo: «Hermanos, tenemos que elegir de entre nosotros... a uno de los que nos acompañaron». Fijáos qué interés tiene en que los candidatos sean testigos oculares, aunque aún no hubiera venido el Espíritu.
«Uno de los que nos acompañaron, precisa, mientras convivió con nosotros el Señor Jesús». Se refiere a los que habían convivido con él, y no sólo a los que habían sido discípulos suyos. Es sabido, en efecto, que eran muchos los que lo seguían desde el principio...» hasta el día de su ascensión, y: Como testigo de la resurrección de Jesús.»
Pedro no dice: «Testigo de las demás cosas», sino: «Testigo de la resurrección». Pues merecía mayor fe quien podía decir: «El que comía, bebía y fue crucificado, este mismo ha resucitado». No era necesario ser testigo del periodo anterior ni del siguiente, ni de los milagros, sino sólo de la resurrección. Pues aquellos otros hechos, habían sido públicos y manifiestos, en cambio, la resurrección se había verificado en secreto y sólo estos testigos la conocían.

San Juan Crisóstomo (c. 345-407)
presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía 3, sobre los Hechos de los Apóstoles, 1.2.3. : PG 60, 33-36. 38 (trad. breviario 14/05)

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