domingo, 26 de mayo de 2019

LUCHANDO CONTRA EL ORGULLO

El orgullo es maléfico a nuestro corazón. El no nos permite ceder, perdonar y reconocer nuestros propios errores y límites.

El orgullo es el gran mal a ser combatido dentro de nosotros. El es la causa de la mayoría de nuestros conflictos, sufrimientos y angustias. Cuando quedamos presos de él, solo pretendemos ser el centro de todo. No podemos ser contradecidos, decepcionados o molestados. La soberbia hace crecer en nosotros los desentendimientos, las incomprensiones y el malestar en las relaciones.

Cuando alguna cosa está errada, el orgullo nos ciega y nos conduce a creer que los problemas son siempre del otro, nunca nuestros. El no nos permite ceder, perdonar, y reconocer nuestros propios errores y límites. Por causa de él, queremos siempre tener razón. Justificándonos con facilidad nuestras faltas y somos duros y crueles con los errores de los otros.

Un gran paso para ser mejores es reconocer los estragos que el orgullo hace en nuestra vida. Será un buen comienzo reconocer que, de alguna forma, yo soy orgulloso y así procurar conocer de que forma el orgullo actúa en las áreas de mi vida.

Si cada día me esfuerzo por alcanzar la virtud de la humildad, parar de pensar que siempre tengo la razón y dejar de culpar siempre a los otros por mis problemas, veré que mi interior será más pacífico, y las relaciones con los otros serán menos conflictivas. Trata al orgullo como veneno y no tengas recelo de combatirlo en tu vida.
El orgullo es la causa de la mayor parte de nuestros conflictos, sufrimientos y angustias. Combatirlo es una decisión sabia, tomada en pro de una vida mejor!
P. Roger Araujo
Repensando la vida. Reflexiones simples como simple debe ser la vida.
Pag. 85-86 - Editora Canção Nova

No hay comentarios:

Publicar un comentario