viernes, 24 de mayo de 2019

COMPRENDIENDO LA PALABRA 240519


«Para que deis fruto y vuestro fruto permanezca»

¡Oh, cuán dichosos y benditos son los que aman a Dios y obran como dice el Señor mismo en el Evangelio: Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con toda la mente, y a tu prójimo como a si mismo! Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro corazón y mente pura... Y amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Y si alguno no quiere amarlos como a sí mismo, al menos no les haga el mal, sino hágales el bien.

Mas los que han recibido la potestad de juzgar a otros ejerzan el juicio con misericordia, como ellos mismos desean obtener misericordia del Señor... Tengamos, por lo tanto, caridad y humildad; y hagamos limosna, porque ésta lava las almas de las manchas de los pecados. Los hombres pierden todo lo que dejan en este siglo; pero llevan consigo la recompensa de la caridad y las limosnas que hicieron, por las que recibirán del Señor premio y digna remuneración.

Y sobre todos aquellos y aquellas que cumplan estas cosas y perseveren hasta el fin, se posará el Espíritu del Señor y hará en ellos habitación y morada. Y serán hijos del Padre celestial, cuyas obras realizan. Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo...

¡Oh, cuán glorioso es tener en el cielo un padre santo y grande! ¡Oh, cuán santo es tener un esposo consolador, hermoso y admirable. ¡Oh cuan santo...humilde y pacífico, dulce y amable y más que todas las cosas deseable! El cual dio su vida por sus ovejas y oró al Padre por nosotros, diciendo: Padre Santo, guarda en tu nombre a los que me diste. Padre todos los que me diste en el mundo, tuyos eran y me los diste a mí. Y las palabras que me diste, a ellos se las di; y ellos las recibieron, y conocieron verdaderamente que de ti salí y creyeron que tu me enviaste; ruego por ellos y no por el mundo; bendícelos y conságralos. También yo me consagro por ellos, para que ellos sean consagrados; bendícelos y conságralos. También yo me consagro por ellos, para que ellos sean consagrados. Y quiero, Padre, que donde yo estoy también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria en tu reino.

(Referencias bíblicas: Mt 22,37-39; Lc 6,37; Is 11,2; Jn 14,23; Mt 5,45; Mt 12,50; Jn 10,15; Jn 17,6-24)
San Francisco de Asís (1182-1226)
fundador de los Hermanos menores
Carta a todos los fieles, 2-3

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