viernes, 13 de septiembre de 2019

¡DALE A DIOS EL TIEMPO QUE ES SUYO!


Sin alimento nadie vive. Cada día tenemos que cosechar nuestra porción de comida, así como lo hacía el pueblo de Dios en el desierto cosechando su porción de "maná". De lo contrario, tropezaremos con el desierto de la vida y tal vez no lleguemos a la Tierra Prometida. Pereceremos en el desierto por falta de comida.
Pero felices son los que se alimentan del Pan de Vida, porque vivirán para siempre. Felices son aquellos que han entendido la importancia de la Biblia en su vida diaria. Estos serán los vencedores.
¡Dios los bendiga!

Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués


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