miércoles, 18 de septiembre de 2019

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 7,31-35


Evangelio según San Lucas 7,31-35
Dijo el Señor: «¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen?
Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: '¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!'.
Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'.
Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: '¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!'.
Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.»

RESONAR DE LA PALABRA

Queridos hermanos:

Hoy leemos el evangelio y nos deja un mal sabor de boca, parece que no tenemos remedio, que Jesús siente una gran decepción por su pueblo. Es inutil lo que haga, siempre habrá un excusa para no creer, siempre habrá una excusa para aquellos que interpretan las acciones de Jesús desde la sospecha culpable del que no quiere cambiar. En el fondo, creer en Jesús ayer, hoy y siempre requiere un primer movimiento en el corazón humano: abrirse honestamente a la Palabra, querer escuchar. Dios no se nos impone, se muestra y se esconde a la vez, se ocuta y se revela, es luz y sombra.

Por eso creer en Jesús requiere un acto de confianza primero, querer ver la luz. Creemos porque en el fondo hemos dado ese paso, libres, decididos, honestos que nos pone en la onda del Espíritu. El problema está en aquellos que damos el paso pero a medias, siempre jugando entre la luz y la sombra, el hombre nuevo y el viejo. El problema está en los que queremos nadar y guardar la ropa al mismo tiempo, cruzar el mar y no arriesgarnos.

Jesús viene a nosotros, y para acogelerle con corazón sincero tenemos que reconocer nuestra oscuridad, poner nombre a nuestras esclavitudes, dejara de congeniar con la mediocridad... si le dejamos El es capaz de iluminar todas nuestras oscuridades. Si no queremos, siempre econtraremos una excusa para justificar nuestra incledulidad.

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario