jueves, 24 de octubre de 2019

COMPRENDIENDO LA PALABRA 241019


«Prender fuego en la tierra»: el don del Espíritu Santo (Hch. 2,3)


Oh Espíritu de Dios, Espíritu de verdad y de luz,

vive en mi alma constantemente con Tu gracia divina.

Que Tu soplo disipe las tinieblas,

y que las buenas obras se multipliquen en tu luz.

Espíritu de Dios, Espíritu de amor y de misericordia,

que infundes en mi corazón el bálsamo de confianza,

tu gracia afirma mi alma en el bien,

dándole la fuerza irresistible, la perseverancia.

Oh Espíritu de Dios, Espíritu de paz y de alegría,

que confortas mi corazón sediento

Y viertes en él la fuente viva del amor de Dios,

y lo haces impávido para la batalla.

Oh Espíritu de Dios, huésped amabilísimo de mi alma,

por mi parte deseo ser fiel a Ti.

Tanto en los días de alegría como en los tormentos,

deseo siempre vivir en Tu presencia, oh Espíritu de Dios.

Oh Espíritu de Dios que penetras mi ser en su totalidad,

y me das a conocer Tu vida divina, trina,

y me confías los secretos de Tu esencia divina,

y unida a Ti de este modo, viviré por la eternidad.


Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Diario, Segundo Cuaderno, 1411

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