jueves, 4 de julio de 2013

En la mañana lo deseo

Deseo intensamente que mis ojos se abran y sean iluminados por la luz de la verdad y de la bondad.
Que pueda percibir cada día quien soy. Descubrir mis potencialidades y capacidades, para edificar mi propia vida, hacerla lo mejor para mi y para quien está a mi lado.
Y de igual manera que pueda conocer mejor mis límites, mis defectos y las miserias que corroen mi coraz
ón. Para ser más humilde primero y para esforzarme con sinceridad en toda superación y así tener más paciencia con los límites de mi prójimo.
Que sean iluminados los ojos de mi mente para que mi razón no sea oscurecida por ilusiones ni por medias verdades. Que tenga sentido critico ponderado por el sentido común y por la certeza que no sé todo y que todo punto de vista parte siempre de un punto, dentro de una verdad bien mayor que yo aún no conozco en su totalidad.
Que sean cada vez más iluminados los ojos de mi corazón para que vea las realidades con amor y ternura.
Que no sea ingenuamente envuelto por ciegas pasiones, dejándome obsesionado por personas y por cosas que no me permitan percibir y seguir más adelante.
Si ayer encaré la vida de manera ciega y pequeña, que hoy sea cauteloso y pueda ver el mundo, la vida y las personas con sensatez, juicio y equilibrio.
Que los míos vean y se abran y consiga yo salir de mi pequeño mundo donde me cierro a mis problemas y dramas y así, yo también consiga mirar que todo lo que pase y sufra es muy pequeño delante de los dramas y atrocidades que perturban a la humanidad.
Que mis ojos se abran para no escabullirme en superficialidades y fantasía y pueda encontrarme siempre con el sentido real de mi existencia.
Que cada día pueda descubrir que existe siempre alguien a mi lado precisando de mi, de mi presencia y de mis ojos para ayudarlo a ver más adelante.
Que mi visión se amplíe para entender que la razón de ser del ser humano no es el placer, el dinero, ni el prestigio y así en cada persona aviste siempre más la bondad y ternura latente, difusa por su límites y defectos o por mi visión egoísta y hedonista.
Cuando permito a mi mirar interior ser purificado el mundo continúa siendo el mismo, pero el pequeño mundo que está dentro de mi se transforma, porque cuando la visión se transfigura todo mi ser también es transfigurado.


Pe. Roger Araujo cn
Adaptación del original en português.

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