viernes, 14 de febrero de 2014

Esperar en Dios...

Esperar en Dios-dentroSí, esperar en Dios    

Si quieres, de verdad, ser feliz, no existe, no hay otra camino a no ser el de la espera

Todo ser humano es dotado de ganas, deseos y sueños. Nadie vive queriendo ser infeliz. Muy por el contrario, hacemos de todo para alcanzar la felicidad tan soñada. ¿Eres así? ¡Yo también! Entonces, cálmate. Eres normal.
Conforme pasa el tiempo, sentimos la necesidad de estar con alguien que sea especial, alguien que tenga la capacidad de estar a nuestro lado mirando en la misma dirección, que no ame solo nuestras cualidades, sino que aprenda a superar los defectos. Alguien que sea como un jardinero, el que, día y noche, no se cansa de regar el jardín que le fue confiado. Incluso entre los espinos, en tiempo de seca o días de lluvia, no desista a la misión que le fue confiada: amar y cuidar de su jardín.

A menudo, el deseo de tener alguien a nuestro lado es de tal envergadura que la ansiedad nos hace meter los pies por la manos. ¿No es? ¿Cuántos jóvenes no consiguen pasar, ni siquiera, un mes sin “salir” con alguien?! Sin embargo, perdemos la oportunidad de avistar lo correcto, porque no nos desprendemos de lo que es dudoso. Muchos de nosotros hemos vivido la vida así…buscando ser feliz, “estar con alguien” ahora, con una hoy, con otra mañana, acumulando momentos, que en realidad, aumentan aún más la carencia y la soledad.

Si tu quieres, de verdad, ser feliz, no hay otro camino a no ser esperar.
Esperar la persona adecuada, el momento correcto y la manera correcta de comenzar un noviazgo. ¡Eso es esencial! El noviazgo que comienza en los atajos, lejos del camino, difícilmente va a funcionar. Si quieres alguien especial en tu vida, empieza a no conformarte con las facilidades que el mundo te ofrece para satisfacer tus carencias.

Es la hora de levantarse, jóvenes, hombres, mujeres de garra y de fibra, capaces de soportar la tentación, de superar los impulsos, de vivir lo fácil siempre que la voluntad golpee.

Se que lo puedes conseguir y se que, así como tantos otros, a partir de hoy, vas a esperar en Dios. Él es Alguien muy especial para tu vida. No desvíes la mirada; permanece firme, porque tu tiempo llegara.


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